La primera prueba del renovado aeropuerto de Santiago
Ya hay aerolíneas proyectando que su demanda durante julio será, por primera vez, superior a los viajes prepandemia. Las vacaciones de invierno serán un catalizador de la industria y, de la mano de ellas, un desafío para el nuevo terminal 2 del aeropuerto capitalino. Si bien nadie prevé que las imágenes de colapso y suspensiones de vuelos en los terminales de EE.UU. y Europa se repliquen en Chile, sí podrían profundizarse ciertos atochamientos que ya se han visto en los últimos meses. En Nuevo Pudahuel llaman a la calma. Reforzaron su personal y están en tratativas para poder distanciar ciertos arribos.
”Si han sufrido retrasos y cancelaciones, les pido disculpas (...) Estamos reconstruyendo nuestra operación desde las profundidades de 2020, al tiempo que nos acomodamos frente a un nivel récord de demanda”. El CEO de Delta, Ed Bastian, envío el jueves este mensaje a los usuarios. La noche anterior, el director general de Air Canada, Michael Rousseau, remitia un mail a los pasajeros, anunciando la reducción de frecuencias diarias de vuelos durante julio y agosto para descomprimir los aeropuertos, disminuyendo el volumen de pasajeros. Serían del orden de 154 vuelos menos al día. Delta hizo lo propio: redujo en unos 100 vuelos en julio.
Prácticamente toda la zona norte del mundo está colapsada. Han sido miles los vuelos suspendidos. Sólo en EE.UU. se interrumpieron más de 3.000 vuelos en los últimos dos fines de semana. En Europa, el panorama es aún más dramático. Solo Lufthansa ha bajado 3.000. Y a nivel de industria, cada día se suman más de 2.000 cancelaciones, según datos de FlightAware. Aeropuertos como el de Paris, Frankfurt o Londres han mostrado escenas caóticas.
El inicio del verano en ese lado del mundo ha sido, por decirlo menos, complejo. Una mezcla entre repunte de la demanda -en IATA estiman que esta ya es del orden de un 66% de lo que había previo a la pandemia en trafico internacional, y de un 72%, doméstico-; junto a la falta de personal. La crisis del Covid-19 impulsó fuertes despidos. 2,93 millones de puestos activos tenía la industria en 2019, y para 2022 se prevé que se llegue recién a los 2,7 millones, unos 230.000 menos. Contratar trabajadores ha sido complejo, lo que se ha sumado a una seguidilla de huelgas: ya partieron los tripulantes de Ryanair en varios países de Europa, exigiendo mejoras en las condiciones laborales. A lo que se sumarían en las próximas semanas EasyJet y British Airways, donde algunos de sus sindicatos ya votaron favorablemente la paralización, y, además, los controladores de Francia.
La realidad internacional no ha sido ajena a la industria local. El tema ha sido parte de las conversaciones del sector. “En la última semana hemos ido conversando el tema y les he preguntado si es que a raíz de la falta de tripulación han tenido que cancelar vuelos. Y no ha sido así”, señala el gerente general de la Asociación Chilena de Líneas Aéres (Achila), Cristóbal Lea-Plaza. “Obviamente el 2020 las aerolíneas redujeron fuertemente su personal, y ese proceso de recontratación ha costado, pero en ningún caso ha afectado o se prevé que puedan generar posibles cancelaciones de vuelos en Chile”, insiste.
Hoy, eso sí, se preparan para su primera gran temporada post pandemia: las vacaciones de invierno. Y puntualmente, para las semanas que transcurrirán entre el 8 y el 25 de julio, fechas en las que originalmente estaban fijadas las vacaciones de los escolares. Será una primera prueba, no sólo para evaluar las nuevas dimensiones de la industria si no también para la capacidad del renovado aeropuerto capitalino.
A nivel regional, IATA proyecta que si bien las pérdidas del sector bordearían los US$3.200 millones este año, la demanda de pasajeros alcanzará el 94,2% de los niveles precrisis, y del 93,2% en capacidad.
Mejor gestión
Nuevo Pudahuel proyecta que 1,5 millones de pasajeros transiten por el aeropuerto de Santiago durante julio, 15% más que los 1,3 de junio. ¿Las recomendaciones dadas? Llegar 3 horas antes para vuelos nacionales y 4 antes para los internacionales, dado el mayor flujo...Previo a la pandemia esa espera era de la mitad.
El nuevo terminal internacional 2 del recinto capitalino se inauguró hace cinco meses. Hace unos dos, las aerolíneas, autoridades de la Junta Aeronaútica Civil y de la concesionaria Nuevo Pudahuel hicieron un recorrido simulando ser clientes para evaluar todo el proceso. Hoy, si bien la gran mayoría de los procesos funcionan correcta y agilmente, el problema principal está en el proceso de check-in en los horarios de alta demanda: desde las 18:00 hasta las 23:00, que es cuando salen los vuelos hacia Europa y Estados Unidos. “Creo que podríamos tener un problema en el área de check-in, especialmente ahora en las vacaciones de invierno, y de cara a la temporada alta”, explican en Achila.
Desde Nuevo Pudahuel justamente reconocen que en horarios de alta demanda, debido a los controles adicionales que ha impuesto la pandemia, el proceso de embarque de pasajeros no ocurre con la fluidez con la que estaba contemplado en el diseño, lo que debiese subsanarse en la medida en que las medidas por el Covid-19 se flexibilicen. Asimismo, aún hay líneas aéreas que deben integrar el sistema de ´self bag drop’ o autochequeo de equipaje que permite agilizar el ingreso de los viajeros.
Hacer el trámite frente a una persona puede demorar entre 5 a 8 minutos, versus los hasta segundo que puedes tardar en hacerlo automáticamente. “Se han visto aglomeraciones importante”, puntualizan en la industria. En Nuevo Pudahuel aseguran, sin embargo, que las demoras no han sido excesivas...pero reconocen que la asignación de horarios de aterrizajes para aviones de alta capacidad -con 300 o más pasajeros-, procedentes de Europa y Estados Unidos, tiende a ocurrir en horarios coincidentes, lo que genera una mayor exigencia a la infraestructura y a la disponibilidad de funcionarios públicos para los diversos procesos aeroportuarios de arribo, generando una mayor concentración de pasajeros.
El personal de la PDI y del SAG han ido aumentando su dotación para no generar atochamientos. El SAG puntualmente también está migrando hacia una declaración online, lo que se ha traducido en retrasos por desconocimientos de los pasajeros a la hora de hacer el trámite.
Entre enero y mayo han sido transportados 2.462.314 pasajeros con origen o destino internacional, ello refleja un alza de 293,4%, en comparación con igual periodo de 2021, y una baja de 49% frente a 2019. Sólo JetSmart supera ampliamente el nivel precrisis. Respecto al tráfico doméstico, las personas movilizadas superan los 5,7 millones, un 12,6% menos que en los primeros cinco meses de 2019.
Para esta temporada de invierno, no obstante, ya se visualiza una recuperación más constante. Información de Sky Airline, por ejemplo, apunta a que en julio moverán un 9% más de pasajeros que en 2019: 416.407 versus 381.917. A Sao Paulo, por ejemplo, el incrementó será de un 87%; a Río de Janeiro, un 54% más, y a Buenos Aires, los datos apuntan a transportar un 36% más de usuarios que hace tres años.
“La demanda se está manifestando con mayor anticipación debido a la disminución de restricciones”, señalan en Latam. Añaden que se ha visto una recuperación internacional más enfocada en zonas turísticas como Cancún, Punta Cana y Miami. Incluso tienen usuarios que están consultando por posibles viajes para los feriados de septiembre.
Atochamientos
Para evitar los atochamientos en horas de alta demanda, se planteó la posibilidad -comentan varios contactados- de fijar slots, franjas horarias que permitieran distribuir los viajes de forma más uniforme. El problema era que establecer vuelos a Europa o a EE.UU. en los tramos de menor demanda (entre las 13:00 a 17:00), implicaba que los pasajeros llegaran al otra lado a horarios que les imposibilitaba moverse, por ejemplo, a las 2 de la mañana. El gobierno, de hecho, habría deshechado esa posibilidad.
Desde el aeropuerto aseguran ser absolutamente contrarios a una política de slots. “Los slots son la última opción para gestionar adecuadamente la infraestructura, debido a que rigidizan la operación de un aeropuerto”. Sí reconocen estar trabajando con la DGAC, que es justamente la que asigna los horarios para los vuelos, para que existe una mayor distancia entre algunos vuelos. “Hemos requerido distanciar los horarios de llegada en 15 ó 20 minutos o abreviar los tiempos de los procesos de despegue o aterrizaje, entre otras medidas de gestión”, destaca.
Hoy, las aerolíneas con Nuevo Pudahuel están trabajando en avanzar en una mejor gestión. Basicamente en optimizar sus procesos para evitar nuevos colapsos.
Y si bien, desde el aeropuerto son claros en señalar que la nueva estructura impedirá que se observen las situaciones de aglomeración en el nivel en que ocurrían en 2019, sí están reforzando la cantidad de funcionarios en horas punta, incentivando a los pasajeros a concurrir antes al aeropuerto, llegar con el check-in y utilizar los sistemas de depósito automático de maletas, para así sortear con éxito esta primera prueba.
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