Las declaraciones de las “muñecas de la mafia” por millonario fraude a Primus Capital
Seis personas, cinco venezolanas y una chilena, declararon ante el fiscal Felipe Sepúlveda sobre su participación en un fraude millonario contra Primus Capital. Reclutadas con la promesa de dinero fácil, firmaban documentos en notarías y recibían pagos en efectivo o por transferencia. Marcelo Rivadeneira, técnico en cocina, es señalado como el organizador del esquema, utilizando la sociedad Needsolutions para involucrar a venezolanas con visa en tránsito. Primus Capital denunció en marzo de 2023 a su gerente general, Francisco Coeymans, y a su gerente comercial, Ignacio Amenábar, como los cerebros detrás del plan.
Seis personas, cinco venezolanas y una chilena, han declarado voluntariamente ante el fiscal Felipe Sepúlveda sobre su participación en un millonario fraude a Primus Capital. Reclutadas bajo la promesa de dinero fácil, estas personas firmaban documentos en notarías y recibían pagos vía transferencia o en efectivo, a veces alcanzando un millón de pesos al mes. Las declaraciones apuntan a Marcelo Rivadeneira, técnico en cocina, como el organizador del esquema, operando bajo la sociedad Need Solutions para contactar a venezolanas con visa en tránsito y utilizarlas como representantes legales de sociedades que adquirían millonarias deudas con el factoring.
En marzo de 2023, Primus Capital denunció a su gerente general, Francisco Coeymans, y a su gerente comercial, Ignacio Amenábar, acusándolos de organizar el fraude. Según Primus Capital, los presuntos artífices del fraude llamaban “muñecas de la mafia” a la estructura creada para implementar el plan. Este equipo externo, compuesto por administrativos, contadores y representantes legales, operaba en coordinación con Coeymans y Amenábar para crear sociedades rápidamente, firmar cheques falsos y llevar a cabo otras actividades ilegales. El término “muñecas de la mafia” salió a la luz pública en agosto de 2023, cuando Primus Capital respondió a una denuncia de tutela laboral presentada por Coeymans. En la respuesta, se incluyó un correo electrónico de Marcelo Rivadeneira a Coeymans detallando pagos que debían hacerse, mencionando específicamente a las “muñecas de la mafia” y montos significativos de IVA y otros pagos relacionados.
Según un informe de KPMG encargado por Primus Capital develó que el modo de operar del esquema era sencillo: Rivadeneira y otras personas como Hugo Villagrán, Marcelo Haristoy, Mauricio Pinilla, Rodrigo Mardones su ex cónyuge Fabiola Gallardo constituían las sociedades, contraían millonarios préstamos y posteriormente pasaban a manos de venezolanas. La otra alternativa era más directa. Las mismas ciudadanas venezolanas constituían empresas en un día y las endeudaban. Hoy ellas dicen que no sabían lo que firmaban.
Ante la fiscalía, Alannieth Caraballo, una de las testigos, declaró que fue aval de seis sociedades. Detalló cómo, a poco de llegar a Chile en 2018, comenzó a trabajar en la empresa Need Solutions y firmó numerosos documentos, incluyendo pagarés. Rivadeneira luego le indicó que debía vender sus derechos en las empresas a extranjeros que estuvieran por salir de Chile para evitar repercusiones legales. Rosme García, otra testigo, relató cómo operaban las transferencias de dinero provenientes de Primus Capital a diversas sociedades y finalmente a cuentas en Panamá. Ambas describieron cómo Rivadeneira “desapareció de la oficina tras descubrirse el fraude” y posteriormente admitió estar involucrado en serios problemas legales antes de despedir a los empleados.
Oriana Dabuy, cosmetóloga venezolana, relató al fiscal que conoció a Marcelo Rivadeneira en 2021. “Rivadeneira me explicó que necesitaba crear unas microempresas por un problema que tenía y que esto duraría un máximo de tres meses. Nos pagaría un millón de pesos por cada mes y necesitaba gente de confianza”, explicó Oriana. En septiembre de 2023, Paula Cereso le contó a Oriana que la estaban buscando en su domicilio y le dejaron cinco notificaciones por deudas de más de $2.500 millones a su nombre como avalista. “Ahí nos quedó claro que fuimos víctimas de una estafa o algo parecido. Realmente creímos que íbamos a la cárcel”, comentó Oriana. Rivadeneira intentó excusarse diciendo que no era la mente maestra del plan. “Dijo que quienes habían planeado todo eran dos personas que estaban más arriba de él y que él cayó como caímos nosotras”, señaló Oriana.
Posteriormente, Primus Capital demandó a Oriana y hoy enfrenta una deuda de $1.594 millones.
“Todo Ok”
Miriam Madrid, educadora de párvulos venezolana, contó que fue contactada por su connacional Joslyn Guerra y le pasó el dato a su sobrino Henry Madrid. “Me ofreció firmar unos documentos en una notaría a cambio de un pago de alrededor de $500.000″. También mencionó que otro venezolano, Keiver Blanco, debía firmar por seis sociedades: Seguridad Industrial Safe Guard, Montaje y Construcción Korda, Distribuidora y Servicios Marbella, Ingeniería y Montaje Barolvento, e Ingeniería y Construcción Ollague. “Amiga, son empresas que están en movimiento. El jefe de mi amiga tiene muchas empresas y, para no pagar tantos impuestos, las traspasa a otras personas, como tú. Ellos se encargan de seguir operándolas, pagando su IVA e impuestos. Es lo que sé y lo que han hecho varios amigos míos desde hace un año, y todo ha estado OK”, le comentó Joslyn Guerra.
Paula Cereso, nutricionista chilena, sostuvo en su declaración que en junio de 2021, “y con más confianza en nuestra relación de presunta amistad”, Rivadeneira le ofreció un negocio que consistía en transferirle unas empresas debido a sus problemas económicos. “En primera instancia desconfié de la propuesta, ya que me parecía poco creíble que realizara esta operación con alguien que no fuera de su círculo cercano. No obstante, debido a la situación social en Chile por la pandemia, necesitaba ingresos para poder subsistir, por lo que decidí aceptar”.
“Tiempo después, me reuní personalmente con Rivadeneira para pedirle explicaciones, ya que me parecía extraño. Él me dijo que el negocio no lo había planeado él, sino unos conocidos ‘más cabrones que yo’. Me aseguró que esto no me traería problemas con impuestos ni deudas, y que no era una estafa. En cuanto a las remuneraciones, que supuestamente serían los días 20 de cada mes, se realizaron. Sin embargo, me llamó la atención la forma en que nos pagaron: un junior llegaba a mi domicilio en un vehículo, me llamaba por teléfono para avisar que estaba cerca y yo debía salir a encontrarlo para recibir un sobre con dinero en efectivo”, concluyó.
Marcelo Rivadeneira, asesorado por el abogado Leonardo Battaglia, declinó efectuar comentarios sobre este artículo.
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