Las pequeñas empresas ponen a prueba a sus bancos tras la quiebra del Silicon Valley Bank

Small businesses, such as the owner of Butcher & the Boar restaurant in Minneapolis, are examining their banking practices.
Las pequeñas empresas, como el propietario del restaurante Butcher & the Boar de Minneapolis, están examinando sus prácticas bancarias. FOTO: CAROLINE YANG/ THE WALL STREET JOURNAL

Algunos propietarios de pequeñas y medianas empresas están trasladando fondos a otras instituciones, dividiéndolos entre varios bancos, moviendo el efectivo a fondos del mercado monetario o comprando bonos del Tesoro. Otros están revisando más de cerca las finanzas de sus bancos, mientras que algunos empresarios están pensando incluso en los riesgos potenciales para socios y clientes clave.


Las quiebras del Silicon Valley Bank y de Signature Bank han creado una nueva preocupación para muchas pequeñas empresas: qué hacer con su efectivo.

Algunos propietarios de pequeñas y medianas empresas están trasladando fondos a otras instituciones, dividiéndolos entre varios bancos, moviendo el efectivo a fondos del mercado monetario o comprando bonos del Tesoro. Otros están revisando más de cerca las finanzas de sus bancos, mientras que algunos empresarios están pensando incluso en los riesgos potenciales para socios y clientes clave.

Responder a las recientes turbulencias del sector bancario es especialmente difícil para las pequeñas firmas, que no suelen tener grandes equipos financieros ni sofisticadas estrategias de gestión de tesorería. Los propietarios de pequeñas empresas con hábitos conservadores suelen tener mucho efectivo a mano como colchón. Las restricciones de los préstamos pueden dificultar la división de ese efectivo entre varias instituciones.

“Creo que tenemos que analizar a los bancos como ellos nos analizan a nosotros”, afirma Brent Frederick, propietario de Jester Concepts, con sede en Minneapolis, que tiene cinco restaurantes, entre ellos Butcher & the Boar, y un negocio de concesiones que incluye camiones de comida, un remolque de comida y locales en estadios. “¿Cuál es el valor fundamental del banco? ¿Cómo son sus balances?”, plantea.

Frederick, que tiene más de 300 empleados, lleva mucho tiempo depositando millones de dólares en un gran banco nacional. Ahora está considerando la posibilidad de transferir fondos a un puñado de bancos más pequeños que han concedido préstamos al grupo de restauración.

“Parece que los grandes bancos son los que tienen más problemas”, señala. “Los bancos más pequeños, los bancos locales, proporcionan ese apoyo a las pequeñas empresas”, agrega.

Brent Frederick, Jester Concepts’ owner, says, ‘ I think we need to analyze banks just like they analyze us.’
Brent Frederick, propietario de Jester Concepts, afirmó: "Creo que debemos analizar a los bancos igual que ellos nos analizan a nosotros". FOTO: CAROLINE YANG/ THE WALL STREET JOURNAL

Muchos propietarios de pequeñas empresas no están haciendo nada por ahora, pero las acciones de otros son un primer indicio de cómo los problemas del sector bancario se están propagando por la economía y están llevando a algunos empresarios a revisar relaciones y hábitos que daban por sentados.

“Hay un efecto dominó muy amplio”, sostiene Jennifer Pearce, directora ejecutiva de AVL Growth Partners, con sede en Boulder (Colorado), proveedor de servicios de contabilidad y dirección financiera a pequeñas y medianas compañías. “No se trata sólo de dónde has hecho tú tus operaciones bancarias. Se trata de dónde realizan operaciones bancarias mis clientes. Dónde realizan operaciones bancarias mis proveedores”, explica.

Esas preguntas han sido más frecuentes entre las empresas cuyos socios comerciales tenían alguna relación con Silicon Valley Bank, dice Pearce.

Gabe Abshire, fundador y director ejecutivo de Utility Concierge en Dallas, está en conversaciones con posibles inversores de capital para su firma de 150 personas, que ayuda a los clientes a configurar los servicios domésticos y públicos cuando se mudan.

Abshire recibió la semana pasada una llamada de un banquero representante de un posible inversor, asegurándole que la financiación del banco era sólida. Ahora planea obtener más información sobre dónde guardan sus fondos otros posibles inversores, cómo se financian, dónde realizan operaciones bancarias y cómo aseguran sus fondos.

En los últimos días, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y el Presidente Biden han tratado de calmar la inquietud de consumidores y empresas, y asegurarles que el sistema bancario estadounidense es sólido. Los grandes prestamistas, incluidos los que aportaron capital al First Republic Bank, también trataron de calmar los temores de los depositantes sobre las operaciones bancarias con instituciones regionales, medianas y pequeñas.

Ami Kassar, CEO de MultiFunding, empresa asesora de préstamos, indicó que le preocupa que si los clientes deciden trasladar fondos de los bancos más pequeños a los más grandes, esa salida podría perjudicar en última instancia a las pequeñas empresas, al dejarles con menos opciones de préstamo.

Los bancos habían empezado a endurecer sus normas de concesión de préstamos a finales del año pasado, a medida que el aumento de las tasas de interés incrementaba el flujo de caja necesario para cubrir los pagos de los préstamos, según James Arnold, director ejecutivo del American Bank of Commerce de Lubbock (Texas).

“Estábamos viendo un endurecimiento antes de que se produjera este problema de Silicon Valley”, comentó Arnold, cuyo banco comunitario tiene US$ 1.500 millones en activos. “Puede que sea demasiado pronto para saber si esto va a exacerbarlo”, añadió. Como muchos banqueros, Arnold ha estado respondiendo a las preguntas de sus clientes y tratando de tranquilizarlos.

Griffin Dooling, por su parte, director ejecutivo de Blue Horizon Energy en Minnetonka (Minnesota), está considerando la posibilidad de transferir uno o dos meses de efectivo a un segundo banco o conseguir una línea de crédito con otro prestamista a la que el promotor de proyectos solares comerciales e industriales pueda recurrir en caso de emergencia.

“Estamos teniendo conversaciones sobre la gestión de tesorería que nunca habíamos tenido antes”, contó Dooling, cuyo banco llamó la semana pasada para ofrecer garantías.

Muchos propietarios de pequeñas compañías desearían tener suficiente efectivo como para preocuparse por superar el límite de US$ 250.000 del seguro de depósitos de la Federal Deposit Insurance Corp (FDIC). Pero es fácil que incluso una empresa de tamaño modesto con hábitos conservadores supere ese límite, afirma Ryan Hurst, socio de RKL LLP, una empresa de contabilidad de Lancaster, Pensilvania.

“Llámelo el fondo para días de lluvia”, aseguró Hurst. “Se sienten más cómodos teniendo más efectivo a su disposición”. La mayoría de los clientes de pequeñas empresas de RKL no parecen afectados por las recientes quiebras bancarias, dijo.

A diferencia de las grandes corporaciones, la mayoría de las empresas más pequeñas no tienen sofisticadas operaciones de gestión de tesorería, lo que hace que responder a los recientes acontecimientos sea más difícil.

“No estoy preparado para evaluar el balance de un banco”, reconoció Alan Pentz, director ejecutivo de Corner Alliance Inc, un contratista federal con sede en Washington D.C. y 70 empleados. “La gestión de tesorería la lleva la misma persona que hace las nóminas, las proyecciones y otras 50 cosas”. El banco de Corner Alliance llamó la semana pasada ofreciendo garantías, dijo.

Las cláusulas de los préstamos pueden suponer otro reto para las firmas que se replantean la gestión de tesorería. Peter Elitzer, CEO de Huck Finn Clothes Inc., que tiene unos 600 empleados, señaló que sus acuerdos de préstamos han exigido normalmente que su empresa mantenga todos sus depósitos con el prestamista o, al menos, una cantidad superior al límite estándar de cobertura de seguro de depósitos de US$ 250.000 de la FDIC.

Huck Finn, con sede en Latham (Nueva York), tiene 60 cuentas bancarias diferentes en cerca de sus 71 tiendas Label Shopper y Peter Harris, situadas en ciudades pequeñas y medianas. El banco que tiene la principal línea de crédito del minorista revisa esas cuentas dos veces por semana y transfiere el dinero a una cuenta del banco más grande. Un segundo prestamista que gestiona los préstamos inmobiliarios de la empresa tiene sus propios requisitos de depósito.

Elitzer dijo que está pidiendo a sus prestamistas que relajen los requisitos de depósito. “He iniciado la conversación y no estoy teniendo una gran acogida”, aseguró. “Dicen que son muy estables. Todo el mundo lo es hasta que deja de serlo”, concluyó.

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