Legisladores republicanos y demócratas intensifican sus esfuerzos para adoptar leyes tecnológicas más estrictas

FILE PHOTO: People pose with laptops in front of projection of Facebook logo in this picture illustration taken in Zenica
REUTERS/Dado Ruvic/File Photo

Las propuestas para proteger a los niños en el mundo online y desalentar el contenido dañino ganan terreno en el Congreso después de años de inacción.


La legislación para frenar la influencia de las grandes empresas tecnológicas, incluida la imposición de nuevas restricciones al contenido online, está comenzando a ganar fuerza en el Congreso a medida que los legisladores ajustan sus objetivos y buscan aprovechar la atención pública.

Un grupo bipartidista de senadores que incluía a Amy Klobuchar (Demócrata, Minnesota) y Chuck Grassley (Republicano, Iowa) se pronunció la semana pasada a favor de una legislación que prohibiría que las plataformas dominantes favorezcan sus propios productos o servicios, impulsando esfuerzos similares que ya están en marcha dentro de Cámara de Representantes.

Mientras tanto, los líderes del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes ofrecieron su propia propuesta, de gran alcance, para disuadir a las empresas de redes sociales de promover contenido dañino.

“Ahora hay un sentido diferente de urgencia, junto con un nivel de bipartidismo que es realmente raro”, afirmó Tim Wu, asistente especial del presidente Biden para tecnología y competencia. “Este es, como dicen, el momento”.

Detrás de gran parte de la acción reciente se encuentran las revelaciones en la serie de artículos The Facebook Files que realizó The Wall Street Journal, incluida una respecto de que la investigación interna de Facebook Inc. mostró que su aplicación de Instagram empeora las preocupaciones sobre la imagen corporal de una minoría sustancial de chicas adolescentes. Las revelaciones provocaron dos audiencias en el Senado y renovaron los pedidos de soluciones legislativas.

Una de las medidas con mayores posibilidades de aprobación es una actualización de la Ley de protección de la privacidad infantil online (Children’s Online Privacy Protection Act o Coppa por su abreviación en inglés) de 1998, que cuenta con el apoyo bipartidista de los legisladores y también está respaldada por grupos de defensa de la infancia.

“Si se va a hacer algo, es alrededor de los niños”, afirmó Josh Golin, director ejecutivo de Fairplay, un grupo sin fines de lucro anteriormente conocido como Campaign for a Commercial-Free Childhood, hablando sobre las perspectivas de una legislación tecnológica.

Golin y otros quieren que se actualice la ley para prohibir que las empresas de Internet recopilen información personal de jóvenes que tengan de 13 a 15 años sin el consentimiento del usuario. También quieren una declaración de derechos de marketing digital para menores que limite la recopilación de información personal de los adolescentes.

La acción no está asegurada de ninguna manera. Facebook y otras importantes empresas de tecnología, incluidas Amazon.com Inc., Google de Alphabet Inc. y Apple Inc., realizan amplias operaciones de lobby en Washington.

Durante el primer semestre de este año, Amazon gastó US$ 10,2 millones en operaciones lobbistas y Facebook gastó US$ 9,6 millones, según la organización no partidista OpenSecrets, ubicándolos en primer y segundo lugar entre los lobbistas empresariales.

Las grandes empresas tecnológicas han dicho en general que apoyan la actualización de la regulación de internet.

Facebook ha estado publicando anuncios en servicios de streaming y televisión instando a una nueva regulación por parte del Congreso, y señaló que la última vez que los legisladores aprobaron regulaciones integrales de Internet fue en 1996. “Las empresas como Facebook tienen desafíos y responsabilidades completamente diferentes, y esta es la razón por la que Facebook apoya que se actualicen las regulaciones de internet “, afirmó la compañía.

Pero las empresas también se han opuesto a muchas propuestas específicas en el Congreso. Cuando se trata de la modernización de las leyes antimonopolio, las empresas y sus partidarios generalmente sostienen que operan en mercados muy dinámicos y advierten que las propuestas actuales del Congreso podrían dañar gravemente la economía online y la competitividad de Estados Unidos.

Mark Isakowitz, vicepresidente de asuntos gubernamentales y políticas públicas de Google, afirmó que la empresa es parte de una “industria competitiva, en rápido cambio y movimiento” y no se opone al escrutinio antimonopolio ni a una mayor regulación de la privacidad y de las plataformas online que prestan servicios a los niños.

Respecto de las nuevas propuestas antimonopolio, agregó, “el Congreso debe considerar cuidadosamente las consecuencias no deseadas para los estadounidenses y las pequeñas empresas de romper una gama de productos populares que la gente usa todos los días”.

También hay antecedentes de apatía del Congreso. Una ley federal de privacidad integral, la modernización de las leyes antimonopolio y un replanteamiento del amplio escudo de responsabilidad federal de las empresas tecnológicas han quedado inconclusas desde que el péndulo político comenzó a oscilar contra las empresas después de las elecciones del 2016.

Cinco años después de la reacción pública contra las principales plataformas de Internet, apodado el “techlash” (haciendo alusión a la expresión en inglés “backlash”, que se refiere a una manifestación negativa por un gran número de personas respecto de algún tema específico), los legisladores solo han aprobado un puñado de reducidos cambios que afectan el entorno online.

“Es francamente patético”, afirmó el senador Mark Warner (Demócrata, Virginia), un crítico de la industria desde hace mucho tiempo. En el entorno actual, dijo, “sería un comentario bastante condenatorio sobre el Congreso” si los legisladores “no pusieran algunos puntos en la pizarra”.

Sin embargo, Warner y otros tienen esperanzas, en gran parte debido a los documentos internos revelados en los artículos de The Facebook Files y los proporcionados por Frances Haugen, una ex empleada de Facebook que posteriormente testificó ante un panel del Senado.

“La denuncia de irregularidades de Frances Haugen puso al descubierto que cuando Facebook ve a niños online, ven signos de dólar”, afirmó el senador Ed Markey (Demócrata, Massachusetts), autor principal de la ley de privacidad infantil de 1998 que está presionando para endurecerla. “El público exige acción y hay un apoyo bipartidista a los esfuerzos del Congreso para, al menos, actualizar las leyes que protegen a nuestros niños online”.

La ley Coppa ha sido criticada tanto por liberales como por conservadores debido a su requisito de que un operador de plataforma tenga conocimiento real de que está recopilando información personal de niños antes de que entren en vigor las restricciones más estrictas de la ley.

Los críticos dicen que ha animado a plataformas como Facebook a mirar para otro lado cuando los niños usan sus sitios. Facebook lo niega, alegando que controla sus plataformas enérgicamente.

“Es hora de que realmente lo resuelvan”, afirmó la representante Kathy Castor (Demócrata, Florida), patrocinadora de la actualización de la Coppa en la Cámara. “Creo que existe un amplio consenso para actualizar Coppa para así proteger a los niños online”.

Otros legisladores ven una oportunidad para aprobar nuevas reglas de transparencia sobre cómo operan las empresas, por ejemplo, al permitir que los usuarios de la plataforma eludan sus algoritmos de caja negra. Esa es una solución que ha sido propuesta por un grupo bipartidista de senadores encabezados por el senador John Thune (Republicano, Dakota del Sur).

“Si estás buscando un enfoque práctico y moderado, tenemos una solución y es bipartidista”, afirmó Thune.

Otros legisladores buscan aprovechar el momento para renovar su búsqueda de objetivos más amplios y ambiciosos.

La semana pasada, los líderes del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes lanzaron una nueva propuesta para actualizar el escudo de responsabilidad conocido como Sección 230, que generalmente aísla a las plataformas de Internet de la responsabilidad por los daños causados por las publicaciones de los usuarios en sus sitios.

La legislación eliminaría el escudo de responsabilidad cuando una plataforma utiliza algoritmos personalizados para promover contenido dañino. Ese es un cambio potencialmente importante que desalentaría la promoción dirigida de contenido engañoso y dañino, según los patrocinadores.

El problema de modificar el escudo de responsabilidad es que los republicanos y los demócratas tienden a ver el problema de manera muy diferente.

“Los demócratas quieren una mayor censura del discurso con el que no están de acuerdo, mientras que los republicanos quieren responsabilidad por la censura arbitraria”, afirmó la exrepresentante Mimi Walters, una republicana de California que ayudó a guiar el único cambio significativo reciente a la Sección 230, una ley del 2018 que la eliminó para plataformas que albergan la trata de menores.

Hasta ahora, eso no ha disminuido el atractivo del tema para los funcionarios demócratas, incluido Wu, quien fue un destacado crítico tecnológico antes de unirse a la administración de Biden.

“Creo que los esfuerzos para atraer a los usuarios jóvenes y los efectos negativos en la salud mental de los adolescentes realmente han servido para enfocar lo que realmente es un conjunto más amplio de problemas, incluida la información errónea sobre las vacunas, los ataques a nuestras elecciones y otros problemas derivados de la falta de responsabilidad (de las plataformas) ,” afirmó.

Dentro del Senado, grupos bipartidistas de legisladores también continúan trabajando en medidas integrales de privacidad.

Después de tantos intentos fallidos de aprobar la regulación, “la gente es comprensiblemente escéptica”, afirmó el senador Richard Blumenthal (Demócrata, Connecticut), cuyo subcomité de protección al consumidor ha celebrado las recientes audiencias de Facebook.

“Siento que este momento es diferente”, afirmó, “porque la unanimidad expresada en esas audiencias es muy, muy rara”.

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