Los otros detalles de la propuesta alternativa que preparaba el exsubsecretario Larraín para la reforma previsional
La idea consideraba que no hubiese cuentas nocionales. En cambio, apuntaba a que un 3% de la cotización extra se destinara a cuentas individuales aplicando previamente un mecanismo redistributivo. Esos recursos se sumarían a la actual cotización que va a cuentas individuales, y sería gestionado por los IPP o el IPPA, según definiera cada afiliado. El 3% restante se destinaría a financiar los mismos seguros sociales que propone el gobierno actualmente, pero Larraín evaluaba una fórmula distinta a la del proyecto para administrar dichos recursos.
Tal como está la reforma de pensiones que el gobierno ingresó el año pasado al Congreso, no se destina nada del 6% de cotización adicional a las cuentas individuales. Ese es, precisamente, uno de los nudos que no ha permitido llegar a acuerdo con la oposición.
Es en este contexto que el ahora exsubsecretario de Previsión Social, Christian Larraín, desde hace algunos meses estaba ideando una propuesta alternativa. Eso, hasta que dejó el gobierno el viernes pasado.
De hecho, así lo sostuvo Larraín este lunes: “Yo desde febrero tenía claro que como estaba la reforma no tenía ninguna posibilidad de avanzar. Modelé una nueva alternativa de reforma que subiera las pensiones, pero que se hiciera a cargo del cambio cultural que hay en Chile, que es que la gente pueda mantener la propiedad de los fondos, la heredabilidad, la libertad de elección. Me dediqué a trabajar en eso, y no solo eso, sino que me dediqué a conversarlo con parlamentarios de todo el espectro político”, dijo a La Tercera en esa ocasión.
Lo cierto es que al menos desde marzo Larraín venía socializando esta propuesta con el mundo técnico, político y empresarial. Según señalan fuentes conocedoras, la idea que había modelado el exsubsecretario consideraba que no haya cuentas nocionales. En cambio, apuntaba a que un 3% se destinara a financiar todos los seguros sociales que propone el gobierno actualmente en su reforma, y que el otro 3% se destinara a cuentas individuales.
Eso sí, en este último 3% la idea era que primero se aplique un mecanismo redistributivo de ingresos altos, a medios y bajos, es decir, que se incorpore el mecanismo de solidaridad intrageneracional que propone la reforma del gobierno, el cual consiste en que cada mes se suma la totalidad de los recursos aportados por todos los cotizantes y se divide por el número total de afiliados que cotizaron. Y una vez sacado ese cálculo, la novedad ahora era que ello se depositara en la cuenta de capitalización individual de cada cotizante.
Con todo, estos recursos del 3% se iban a destinar a las mismas cuentas individuales que tendrían los afiliados con su 10,5% de cotización, donde los fondos serían administrados por los Inversores de Pensiones Privados (IPP) que vienen a reemplazar a las AFP en el ámbito de inversiones, o por el Inversor de Pensiones Público y Autónomo (IPPA) que crea el proyecto, según lo que haya definido cada afiliado.
Esto se diferencia de la propuesta inicial del gobierno, ya que en la reforma previsional el 6% es gestionado íntegramente por el IPPA, y el afiliado solo podía decidir dónde invertir sus recursos del 10,5%, escogiendo algún IPP o el mismo IPPA.
Por otro lado, la propuesta de Larraín contemplaba que el 3% restante se destine a solidaridad para actuales y futuros jubilados, entregando los mismos beneficios que plantea la reforma previsional, esto es, la garantía con solidaridad intergeneracional, el complemento por lagunas previsionales, el complemento por maternidad, el complemento por cuidados a terceros y la compensación por diferencias de expectativas de vida.
Si bien desde el Centro de Estudios Públicos (CEP) publicaron un informe a inicios de abril donde estimaban que esa solidaridad se podría hacer con entre 2 y 2,5 puntos de la cotización adicional, lo cierto es que los modelamientos que hizo Larraín estimaban que en realidad necesitaban 3 puntos íntegros, de lo contrario, no alcanzaba para financiar los mismos beneficios.
De hecho, según la proyección que hizo el exsubsecretario, con ese 3% casi la totalidad de los recursos se destinaban para entregar beneficios año a año, sin lograr acumular un pozo del nivel que se conseguía al destinar el 6% al fondo común. Así las cosas, en algunos periodos se conseguían holguras por US$10 mil millones.
Al no tener que invertir un nivel de recursos tan significativos, como sí hubiese ocurrido cuando planeaban destinar toda la cotización extra al ente público, el exsubsecretario estaba pensando en que esos fondos que se recolectan con el 3% que se destina a solidaridad, puedan ir a parar a Hacienda para que sean administrados con la misma lógica que los fondos soberanos, es decir, como ocurre hoy con el Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES) y el Fondo de Reservas de Pensiones (FRP). En todo caso, eso no estaba del todo zanjado.
Cambios en la industria de AFP
En lo que sí faltaba afinar más que detalles, era respecto a qué cambios se podían hacer en la industria de AFP. Ahí, el exsubsecretario seguía firme con la idea de separar las dos funciones que cumplen hoy las administradoras, esto es, que haya algunas entidades que gestionen las inversiones de los recursos previsionales (IPP e IPPA), y que sea un ente distinto el que administre las cuentas individuales. En esto último se barajaban distintas alternativas, ya que por ahora no habían zanjado una única fórmula.
Actualmente la reforma crea un Administrador de Pensiones Autónomo (APA), que es el único ente que puede gestionar las cuentas de los afiliados, y es la cara visible frente a los cotizantes. Ese es el llamado Instituto de Previsión Social (IPS) reforzado. Una de las ideas que se estaba evaluando, era que en vez de que esas funciones las cumpla una entidad estatal como el IPS reforzado, se puedan licitar esas funciones y que funcione como hoy ocurre con la Administradora de Fondos de Cesantía (AFC).
Otra idea era que el IPP que quisiera pudiera constituir una entidad distinta que gestione cuentas individuales, pero que no sea requisito para constituirse como IPP. Así las cosas, aquellos Inversores de Pensiones Privados que no tuvieran una sociedad ligada que gestione cuentas, podrían contratar a alguna de las existentes para que cumplan dichas funciones. En lo que respecta a la industria de AFP, el exsubsecretario también estaba evaluando incluir la idea de licitación de cartera de actuales afiliados.
Si bien el viernes pasado no se informó la razón de la salida de Larraín, este lunes La Tercera PM publicó que se debió a una denuncia de acoso sexual en su contra. Posteriormente Larraín acusó que el gobierno no lo dejó defenderse y aseguró que “jamás hice un comentario inapropiado, de ninguna naturaleza, dirigido ni a un hombre, ni a una mujer de la Subsecretaría”.
Respecto a la razón de su salida, comentó: “Yo no sé cuál es la razón. Solo el gobierno y la ministra saben por qué me echaron. Lo que sí sé, y es evidente y vox populi a esta altura, es que teníamos diferencias políticas y diferencias de estilo, y que yo estaba empujando con mucha fuerza una alternativa que le diera viabilidad a la reforma”.
También recordó que el 3 de mayo participó en un seminario de PwC, donde señaló que “las cuentas nocionales no tienen ninguna mayoría parlamentaria, y digo que como gobierno, si queremos aprobar la reforma, estamos obligados a buscar alternativas que no renuncien a la esencia de la reforma, y que incluso había un estudio que había hecho el Centro de Estudios Públicos (CEP). De ahí la ministra deja de hablarme”.
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