Un nuevo hito vivió en su tramitación medioambiental el mayor proyecto de transmisión eléctrica del país. El titular del proyecto HVDC Kimal-Lo Aguirre, la empresa Conexión, ingresó al Sistema de Evaluación Ambiental (SEIA) la Adenda N°1, documento clave entrega respuestas a las más de 2.500 observaciones que recibió el proyecto en el Informe Consolidado de solicitd de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones (Icsara).

Este viernes, Conexión ingresó al expediente el anexo, que refleja los ajustes el proyecto en respuesta a las obsrvaciones presentadas tanto por los organismos del Estado que participan del proceso, como en el proceso de participación ciudadana. En detalle, el Icsara contempló un total de 1.698 observaciones, mientras que el Informe Final de Participación Ciudadana (PAC) que origina el ICSARA Ciudadano, recibió 876 observaciones, de 162 observantes. Con ello, Adenda respondió a un total de 2.574 observaciones admitidas en el marco del proceso.

El principal efecto en el proyecto de la Adenda implica un leve cambio en la extensión del proyecto. Si antes la línea de transmisión contemplaba un total de 1.342 kilómetros y 2.686 torres de alta tensión entre la Región Metropolitana y la Región de Antofagasta, ahora el proyecto abarcará 1.346 kilómetros, y la instalación de torres subió a 2.691 unidades. Para ello se requerirá la contratación de 5.099 trabajadores en promedio, con un peak de 6.249, pero se mantenen los plazos originales tanto de construcción como la inversión referencial de US$1.480 millones.

“Conforme establece el reglamento del Sistema de Evaluación Ambiental, hemos dado cumplimiento oportunamente a lo requerido en el primer Icsara, en línea con nuestras políticas de sostenibilidad y derechos humanos, teniendo en cuenta que la transición energética debe darse en un contexto de protección al biodiversidad y aceptación social” señaló Sebastián Fernández, Gerente General de Conexión Kimal-Lo Aguirre.

La gran cantidad de archivos que componen la Adenda 1 dan cuenta de información adicional de línea de base requerida, así como ajustes en el trazado de la línea para evitar intervención y/o reevaluar impactos. Estos se manifiestan en la disminución de áreas de corte vegetacional en aproximadamente 100 hectáreas para obras permanente, y similar magnitud en obras temporales, mientras que la cantidad de estaciones repetidoras disminuye de nueve a cinco unidades, entre otras.

Kimal-Lo Aguirre considera dos subestaciones convertidoras en cada polo, entre las regiones de Antofagasta y Metropolitana y un trazado por 28 comunas entre ambas regiones: María Elena, Sierra Gorda, Antofagasta, Taltal, Diego de Almagro, Copiapó, Tierra Amarilla, Vallenar, La Higuera, La Serena, Vicuña, Andacollo, Río Hurtado, Ovalle, Punitaqui, Combarbalá, Canela, Illapel, Los Vilos, Petorca, Cabildo, La Ligua, Catemu, Panquehue, Llay Llay, Til Til, Lampa y Pudahuel.

En paralelo al proceso de evaluación ambiental, el proyecto desarrolla la ingeniería de detalle, dando así cumplimiento a lo establecido en el Decreto de Adjudicación de la Obra del año 2022 del Ministerio de Energía, y los hitos que éste considera. En particular, ya se tiene aprobado el hito asociado a ingeniería de líneas, y prontamente se dará cumplimiento a lo relacionado a las subestaciones conversoras, para luego continuar con las órdenes de compra para los equipos en las instalaciones. En términos del aseguramiento de la franja para la instalación de la línea, se han suscrito acuerdos voluntarios con los propietarios de los predios, de acuerdo con lo programado, y se presentaron cinco solicitudes de concesión eléctrica, una en cada región, a la Superintendencia de Electricidad y Combustible.

El proyecto fue mandatado por el Coordinador Eléctrico Nacional como parte del plan expansión de la transmisión de largo plazo en Chile, desarrollado por la Comisión Nacional de Energía en 2018, con su entrada en operación deberá garantizar un suministro eléctrico más estable, aumentar la participación de energía renovable, comenzar el proceso de electrificación de los consumos energéticos, y así alcanzar las metas de carbono neutralidad comprometidas por Chile.