Mina de cobre Mantoverde de Chañaral se prepara para producir cobalto, el llamado “oro azul” que es clave en la producción de baterías

Mina de cobre Mantoverde de Chañaral se prepara para producir cobalto, el llamado “oro azul” que es clave en la producción de baterías

La operación, perteneciente a la canadiense Capstone Copper, presentó una solicitud de permiso para ampliar su producción cuprífera y para extraer desde sus relaves el metal de color azul, ampliamente cotizado por su utilización para la electromovilidad.


La mina de cobre Mantoverde, perteneciente a la empresa canadiense Capstone Copper y situada en las cercanías de Chañaral en la Región de Atacama, presentó el pasado 1 de julio sus antecedentes al Servicio de Evaluación Ambiental para conseguir la licencia que le permita sacar adelante un proyecto que busca ampliar su producción de cobre y obtener cobalto de los relaves que ha ido acumulando en su historia.

La iniciativa busca optimizar sus procesos para el tratamiento de mineral sulfurado, que aumentaría la capacidad de procesamiento en su planta concentradora, de 11,4 millones de toneladas al año promedio a 16,35 millones de toneladas anuales de concentrado de cobre. Como resultado, esto implicaría elevar la capacidad de producción de concentrados desde las actuales 270.000–320.000 toneladas por año a un rango de entre 344.000 y 410.000 tons/año.

“Por otro lado, el proyecto contempla producir un promedio estimado de 2.000 t/año (toneladas anuales) de cobalto, en forma de hidróxido de cobalto o cátodos de cobalto, a partir de la flotación de los relaves provenientes de la planta concentradora existente de la faena minera, los que poseen importantes contenidos de este mineral”, dice la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de Mantoverde.

El proyecto, en todo caso, tiene carácter birregional debido a que incluye el transporte de los concentrados de cobre y cobalto a puertos ubicados en Mejillones, en la Región de Antofagasta.

Recién el pasado 25 de junio, la operación chilena de Capstone había anunciado la producción de su primer concentrado de cobre vendible proveniente del llamado Proyecto de Desarrollo Mantoverde (PDMV) , una iniciativa que provenía desde los tiempos en que esta faena minera pertenecía a Anglo American y que está en pleno periodo de puesta en marcha.

En 2015, Anglo American vendió sus operaciones Mantoverde y Mantos Blancos (cercana a Antofagasta) a un consorcio de inversionistas liderado por los fondos norteamericanos Audley Capital Advisors LLP y Orion Mine Finance, de la cual surgió la empresa Mantos Copper. En 2021, Mantos Copper se fusionó con la canadiense Capstone Mining, que pasó a llamarse Capstone Copper con casa matriz en Vancouver, Canadá. Ese mismo año, Mantoverde consiguió financiamiento por US$847 millones para sacar adelante su proyecto PDMV.

Capstone Copper es dueño además de un proyecto cuprífero vecino a Mantoverde llamado Santo Domingo, con el cual busca generar un distrito minero, con las respectivas sinergias que le pueda generar.

Aunque la empresa fue consultada por detalles de su proyecto, no hubo respuesta.

El codiciado “oro azul”

Pese a su diversidad minera, en Chile no existen minas de cobalto como en el Congo, que es su principal productor mundial. Pero estudios académicos apuntan a que nuestro país podría convertirse en uno de los mayores productores del mundo del llamado “oro azul”, por su característico color azul y por ser un metal ferromagnético muy apetecido por sus propiedades que le permiten ser un insumo importante de la revolución tecnológica, tal como el cobre y el litio. El precio de la tonelada de cobalto ha fluctuado entre 25 mil y 40 mil dólares en el último año y medio, pero alcanzó su máximo de casi US$82 mil a inicios del 2022.

Chile podría llegar a ser el segundo o tercer productor de cobalto en el mundo, debido al potencial del recurso disponible en los relaves mineros”, dice Fernando Valenzuela Lozano, académico de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile, que trabaja además en el Laboratorio de Operaciones Unitarias e Hidrometalurgia, a una publicación de la misma universidad. “Por cada kilo de cobre, hay 99% que se va a los relaves, convirtiéndose en un residuo, en un problema ambiental. Y en los relaves no sólo hay cobalto, también hay oro, plata, antimonio, molibdeno, renio, cobre y wolframio”, comenta.

El cobalto es utilizado principalmente como insumo para la electromovilidad, dado que los vehículos eléctricos deben usar baterías de ion litio, entre cuyos componentes esenciales se encuentra el cobalto, debido a su resistencia a las altas temperaturas, que les permite un menor tamaño y mayor durabilidad. Además, se usa en la fabricación de motores de avión, acero de alta calidad y bolas de molienda.

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