Pelea por marca “Carmencita”: gigante española pierde disputa con panadería de Concón
La compañía Carmencita tiene presencia en más de 20 mercados. Sin embargo, ello no impidió que la firma ubicada en Concón, Carmencita S.A. -registrada para panadería, pastelería y condimentos-, se opusiera y ganara la contienda ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi).
Una nueva contienda entre una empresa internacional y un emprendimiento local es la que ha vivido la panadería y pastelería Carmencita de Concón. La empresa conconina se opuso a la inscripción marcaria realizada por la compañía española de condimentos del mismo nombre, complicando el ingreso de ésta al mercado chileno. Eso, luego de que la firma ibérica intentará anular los registros que ya poseía la panificadora.
La empresa ibérica Jesús Navarro S.A., que utiliza como nombre comercial Carmencita, tiene más de 100 años de operación y presencia en más de veinte mercados como Estados Unidos, México, Brasil, Argentina, Perú, Uruguay, Reino Unido, Nueva Zelanda, China, India y la Comunidad Europa, entre otros. En tanto, la panadería chilena Carmencita S.A. está registrada desde el 2010 en Chile, pero su operación data desde fines de los años 70.
Hace unos años, específicamente en 2018, la transnacional fundada por el español Jesús Navarro presentó una solicitud de nulidad ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi), contra los registros de Carmencita S.A., argumentando que tenía la marca inscrita en varios países.
Ante ello, la empresa nacional -asesorada por la firma de propiedad industrial Patriciastocker.com- decidió defender su marca y también ampliar su registro. Específicamente, se defendió de la solicitud de nulidad presentada por la compañía española y sumó a sus registros la categoría ventas en la clase 35 y distribución en la clase 39, ambas, según indican, fundamentales para la operación de una panadería.
El equipo liderado por Patricia Stocker presentó varias demandas de oposición y tuvo éxito, a pesar de que la empresa española llevaba cuatro años operando en Chile y vendiendo sus productos en las góndolas del supermercado Jumbo. Dado esto, la firma internacional optó por negociar la compra de la marca para el rubro de condimentos, concretando la adquisición.
El negocio familiar que se vio amenazado
En Chile, la marca Carmencita funciona desde 1977, cuando el matrimonio de Roberto Tapia y Carmen Torres comenzó a operar un minimarket. Luego, este emprendimiento familiar se transformó en una panadería, ya que en la zona de Concón existía una demanda insatisfecha de pan y pasteles.
En 1985, la empresa comenzó a fabricar un tipo de pan artesanal para abastecer a los casinos de la zona e instalaron una pequeña panadería que fue creciendo, llegando a generar más de 80 puestos de trabajo repartidos entre sus cinco sucursales en lugares como Reñaca y Villa Alemana.
De este modo, la empresa utilizó como nombre el diminutivo de Carmen, precisamente una de sus fundadores. Si bien la marca tiene más de cuatro décadas operando desde su creación por el matrimonio Tapia Torres, fueron sus hijos, Roberto y Rodrigo -que llevan la administración en estos días-, quienes efectuaron la inscripción marcaria en marzo de 2010.
En tanto, la firma española de Jesús Navarro presentó una solicitud de nulidad a la marca Carmencita S.A., dueña de la panadería en Concón, diciendo que la empresa chilena le había copiado la marca, aduciendo que ellos eran conocidos en el rubro condimentos en varios países.
“Esto generó en la familia Tapia Torres gran dolor y malestar. De hecho, unos de los hijos se enfermó. La indefensión frente a una transnacional, no los paralizó, sino que los llevó a buscar asesoría para defender su marca que tanto les había costado”, cuenta Patricia Stocker, quien encabezó la defensa de la empresa nacional en dicha contienda legal.
La empresa española fue quien, mediante sus abogados en Chile, solicitó en 2019 la nulidad de los registros marcarios realizados por la panadería conconina. Ante esto, el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) le notificó que incurría en las causales de irregistrabilidad contempladas en los artículos 19 y 20 de la Ley 19.039, dada la existencia previa de la marca Carmencita para su uso en productos como café, té, cacao, azúcar, arroz, sucedáneos del café; harinas y preparaciones hechas con cereales, pan, bizcochos, tortas, pastelería y confitería, helados comestibles; miel, jarabe de melaza; levadura, polvos para esponjar; sal, mostaza; pimienta, vinagre, salsas; especias, entre otros productos.
En paralelo, la panadería solicitó el registro de su marca para dos nuevas categorías: ventas y distribución. Consultada Patricia Stockers sobre si esta fue una estrategia para bloquear a la marca española, ella indicó que la empresa nacional solo “quiso cuidar su marca y su negocio”. “Específicamente, recomendé la inscripción en la clase 35 (Ventas) y en la clase 39 (Distribución), porque son dos componentes fundamentales de una panadería y pastelería”, puntualizó.
Tras estas dificultades para conseguir la marca en territorio chileno, la empresa española llegó a un acuerdo con la panadería para adquirir la marca para el rubro de condimentos, por más de €60.000. De este modo, la panadería también podría seguir utilizando la misma denominativa para su negocio de panes, pasteles y otros productos.
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