Por qué las transferencias electrónicas se desplomaron más de 70% con el corte masivo de luz

En un mundo donde las transacciones son cada vez más digitales, la caída de las redes de telefonía e internet que siguió este martes al masivo corte de luz que afectó a todo el país, tuvo serios efectos sobre la transaccionalidad de las personas. No sólo fue la caída de los POS (puntos de venta de empresas como Transbank o Getnet), sino que también de las transferencias entre las personas.

Fuente de la industria explican que, ante la merma en los servicios de internet en los teléfonos de las personas y en los hogares, el número de transferencias de emisores bancarios y tarjetas de prepago autorizadas, entre las 15:10 y 21 horas de este martes, llegaron a las 480.000, una baja de 71,25% respecto de las 1.670.000 del día previo.

El hecho no es menor, considerando que las personas cada vez prefieren con mayor fuerza los medios digitales. Entre enero y noviembre de 2024, según datos de la CMF, las transferencias entre distintos Rut dentro del mimo banco alcanzaron los 149 millones, por sobre los 100 millones del 2023. Mientras, las transferencia de distinto Rut a distintos bancos totalizaron 602 millones, un alza respecto de los 540 millones del ejercicio previo.

Por contrapartida, el número de transacciones en cajeros ha ido a la baja: el año pasado cayó 2,73% respecto de 2023, y la merma es de 33,41% versus 2019. Y el monto también ha visto una descenso: cayó 7,94% año contra año, y 22,35% sobre 2019.

En este escenario, el apagón del martes generó problemas para los usuarios, pero no sólo por las transferencias. El presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía, Máximo Picallo, señaló que “con el corte de luz, de la magnitud que tenemos, han colapsado las redes de internet, las redes celulares y los POS de Transbank, de Getnet, de los medios de pago. Por lo tanto, este corte es un corte bastante grave, que va a tener un perjuicio importante no solo para el sector gastronómico, sino en general para todos los sectores económicos”.

Y es que los POS, de cualquier red de adquirencia, funcionan con wifi o con una señal 3G. Así, ante la caída de los servicios, no pueden operar.

“El problema con los POS es la señal 3G/4G que tiene una capacidad muy limitada en emergencias. Pero si había buena señal el POS funcionaba perfectamente. Sin red o con una red con demoras no hay solución, porque los protocolos requieren respuesta en un plazo de tiempo acotado o la transacción falla”, señala una fuente.

Desde Getnet, señalaron que sus equipos, “al igual que un dispositivo electrónico de comunicación, funcionan a través de una batería, la que en este caso permite que los POS o Smart POS cuenten con autonomía. La conectividad de los equipos es a través de tarjetas SIM y/o WIFI y al igual que un Smartphone, en el caso de esta contingencia, hubo momentos en que se generaron latencias o intermitencias que no tuvieron relación con el servicio entregado por Getnet”.

En esa línea, desde Transbank “nuestros sistemas se mantuvieron funcionando, con un uptime operacional de 100%”, pero que a la hora de concretar una transacción, “diversos actores convergen en la cadena, entre ellos adquirentes, emisores, marcas de tarjetas y el comercio”. Así, dijeron que "la interrupción del sistema eléctrico tuvo un impacto en la red de telefonía móvil, lo que pudo generar demoras en el proceso de aprobación de las compras".

La normativa regula la forma en que los bancos y entidades financieras deben respaldar sus servicios, lo que asegura que el procesamiento de los pagos se ejecute a pesar de los problemas de energía, algo que en la industria aseguran que ocurrió sin problemas. Pero eso no asegura el acceso de los usuarios si se cae internet.

Así, el capítulo 1-7 de la Recopilación Actualizada de Normas de la CMF, referido a las transferencias electrónicas y cajeros automáticos, señala que “las instalaciones y configuraciones de los equipos y de las redes deben garantizar la continuidad de las operaciones frente a eventos fortuitos o deliberados ,debiendo considerarse el uso de equipos y respaldos”.

En tanto, el capítulo 20-7, referido a la externalización de servicios digitales, como la contratación de data centers para el procesamiento de pagos, por ejemplo, exige un centro de procesamiento de datos principal, y un centro de dados de contingencia.