Recaudación por IVA tiene su mejor arranque trimestral desde que hay registros y técnicos califican de “mala idea” propuesta de rebaja de Chile Vamos
En el primer trimestre de 2021, los ingresos fiscales por IVA representaron el 54,1% del total de ingresos tributarios. Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, señala que la moción parlamentaria que disminuye dicho impuesto para algunos productos esenciales conlleva un costo anual para el fisco en torno a US$ 4.000 millones.
La propuesta de Chile Vamos, de rebajar de manera transitoria el Impuesto al Valor Agregado (IVA) para ciertos productos esenciales, tuvo buena acogida entre los diputados de casi todos los sectores políticos. La Comisión de Constitución de la Cámara la aprobó por 10 votos a favor, 3 abstenciones y cero en contra. Dicha moción ahora forma parte del proyecto que eleva los impuestos a los altos patrimonios y a las grandes empresas.
Este planteamiento de reducción del IVA llega en momentos en que la recaudación de dicho gravamen está en máximos históricos desde que hay registros desagregados.
De acuerdo al informe de Ejecución Presupuestaria del primer trimestre de 2021 publicado por la Dirección de Presupuestos (Dipres), el 54,1% del total de los ingresos tributarios fue por IVA, cifra que es la mayor desde 2003 para los primeros tres meses del año.
La Dipres detalló que los ingresos tributarios netos, que representan un 81,1% de los ingresos fiscales totales al primer trimestre, registraron un aumento de 1,4% en el acumulado al primer cuarto del año. “Este resultado obedece a la mayor recaudación por IVA registrada en el período enero-marzo, compensada parcialmente por la menor recaudación del impuesto a la renta”, menciona la Dipres.
Sobre el IVA propiamente tal, el aumento de estos ingresos se explica por el mayor dinamismo del consumo privado registrado en los últimos meses, debido al impulso que ha tenido en el ingreso de las familias los retiros del 10% de los fondos de pensiones y las ayudas del Estado.
Mientras que la disminución del impuesto a la renta se debe a una menor recaudación de los contribuyentes no mineros.
Debido a su importancia en el peso de la recaudación, en momentos en que tanto se necesitan mayores recursos, y a la poca evidencia que existe en que el objetivo de la iniciativa de reducir los precios de aquellos bienes esenciales se concrete, es que la propuesta no ha sido bien recibida en las esferas técnicas.
A ello se suma que, si bien las personas de menores ingresos destinan más recursos a consumo, la rebaja beneficiaría también a los sectores de ingresos altos, siendo regresiva. Además, se plantea que abre espacios para la elusión y la evasión.
Claudio Agostini, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, afirma que “un IVA menor para algunos bienes abre espacios importantes de evasión y elusión. Se van a vender bienes que no son de primera necesidad y tienen IVA más alto, pero las boletas y facturas van a decir “pan” o “arroz”. Se hace más caro fiscalizar y administrar el IVA”.
Agostini añade que “aunque el objetivo sea ayudar a las familias más pobres, un IVA más bajo favorece en mayor medida a las familias que gastan más en bienes de primera necesidad, que son familias de más altos ingresos que compran productos más caros”.
Francisco Saffie, abogado de Bruzzone y González, y también académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, explica que “es una mala idea por varias razones: la estructura de débitos y créditos fiscales del IVA puede verse alterada, generando distorsiones en precios. Según distintos estudios, los precios no bajan necesariamente en el porcentaje que baja la tasa; si lo que se quiere es modificar lo regresivo del impuesto, es necesario modificar la base y no sólo la tasa”.
En ese sentido, agrega que “son varias las razones que muestran que es una mala idea técnicamente. Además, va a disminuir los ingresos fiscales en un momento en que se necesita aumentarlos. Si lo que se busca es elevar la liquidez de las personas con menos recursos y que destinan una parte importante de sus ingresos en el pago del IVA, es mejor devolvérselos”.
Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, puntualiza que “desde el punto de vista técnico no es una buena idea. Se beneficia no sólo a sectores más vulnerables, sino que también a los de mayores ingresos. Por tanto, es una medida mal focalizada con un alto costo en materia de recaudación fiscal. Genera además distorsiones en la asignación de recursos, al favorecer determinados productos de la canasta de consumo”.
El impacto económico
La propuesta de los parlamentarios apunta a reducir de 19% a 10% el IVA a productos como combustibles y todos sus derivados, productos sanitarios, la asistencia sanitaria y dental que no gocen de exención y servicios y establecimientos deportivos entre otros.
Para los productos básicos como pan, harina, huevos, leche, quesos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales, libros, medicamentos y prótesis, órtesis e implantes internos para personas con minusvalía entre otros, la moción parlamentaria apunta a reducir de 19% a 4% el pago de este impuesto.
Según Lehmann, la propuesta aprobada en el Congreso conlleva un costo anual para el fisco en torno a US$ 4.000 millones. “Se trata de una cifra muy significativa, que sugiere explorar otro tipo de medidas de apoyo”.
Tomás Flores, economista de Libertad y Desarrollo (LyD), junto con señalar que es una mala idea, asevera que “el IVA es el principal impuesto en recaudación, por lo cual la propuesta empeora las ya débiles finanzas públicas, con un alto grado de beneficio a las familias más acomodadas”.
Saffie acota que “sin duda que disminuir la recaudación tributaria es un problema en estos momentos. Es una propuesta que podría generar la necesidad de aumentar el endeudamiento o cobrar más impuestos a los que tienen más. Si esta última es la motivación, es un mal camino. Si implica aumentar el endeudamiento, tampoco es bueno”.
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