Si los autos nuevos están caros, ni hablar del alza de los usados

En medio de un mercado inundado de liquidez debido a los retiros de fondos de pensiones y también las ayudas estatales (que en total suman unos US$ 80 mil millones) la adquisición de vehículos livianos nuevos solo encierra ansiedad.

Claro porque están muy escasos y además las entregas pueden tardar meses e incluso un año. Sí, 12 meses de espera por una unidad.

Las importaciones suman US$ 2.424 millones en el año, mientras las ventas de autos nuevos se encaminan a cerrar su mejor año de la historia (a septiembre ya se han comercializado 297.273 unidades), una recuperación furiosa en relación al complicadísimo 2020 cuando el coronavirus, las cuarentenas y restricciones provocaron un derrumbe de más de 30% en el sector.

Y, obviamente, en este escenario de poca oferta disponible y alta demanda, los precios se han disparado. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el precio de los autos nuevos subió en septiembre 14,3% en doce meses, lo que significa el mayor incremento desde la nueva base de datos de 2018.

Solamente en septiembre el precio escaló 4,5%.

La escasez de autos, sin embargo, no es exclusiva de Chile. El mercado automotor global está muy presionado debido a la falta de chips, un fenómeno que ha reducido la producción de las fábricas en varios millones de vehículos y borrando miles de millones en ingresos para las compañías automotrices.

“En última instancia, si no fabricamos chips con muchas funciones que solo utiliza la industria automotriz, todos nuestros trabajos están en riesgo”, afirmó Jim Farley, director ejecutivo de Ford Motor Co., en una entrevista.

Algunos fabricantes de autos ya están rediseñando sus planes para 2022, consignó un artículo de The Wall Street Journal que reprodujimos en Pulso PM.

Peter Anthony, director ejecutivo de un proveedor del área de Chicago, redujo recientemente sus proyecciones de volumen para el primer semestre del próximo año en un 20%. Sin embargo, esa estimación es una suposición informada, porque los pedidos de sus clientes cambian día a día según la disponibilidad de chips, afirmó.

“Nadie lo sabe”, afirmó Anthony, cuya empresa UGN Automotive fábrica alfombras y aislamientos de interiores para varios fabricantes de autos japoneses. “Es un juego de azar total”.

Y la escasez de auto nuevos ha volcado a los consumidores hacia los usados, con algunas consecuencias que pocos se habrían atrevido a vaticinar hace algunos años.

Al amparo de una necesidad satisfecha de corto plazo (no hay que esperar meses por uno nuevo), el precio de estos ha crecido con mayor vehemencia todavía. De acuerdo al INE, el valor de los usados ha subido 24,2% en el año y más de 34% en doce meses, en el mes de septiembre.

También se trata de su mayor aumento desde los nuevos registros de 2018.