Ya has oído hablar de la “renuncia silenciosa”. Ahora, las empresas están haciendo “recortes silenciosos”

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ILUSTRACIÓN: ELENA SCOTTI/THE WALL STREET JOURNAL, ISTOCK (3)

Los despidos han disminuido, pero las empresas siguen buscando formas de reducir puestos de trabajo. Adidas, Adobe, IBM y Salesforce, entre otras, han reasignado empleados como parte de reestructuraciones corporativas.


Los trabajadores se despiertan con correos electrónicos y solicitudes de reuniones de equipo con un mensaje chocante: no están despedidos, pero sus puestos de trabajo han desaparecido.

Las personas que reciben estos mensajes describen una serie de emociones, desde el alivio de seguir trabajando, hasta el temor de que sus jefes quieran secretamente que se vayan. También se enfrentan a un mercado laboral que no es tan sólido como hace un año, lo que hace pensar a muchos que la mejor opción es quedarse y buscar internamente un puesto mejor.

Adidas, Adobe, IBM y Salesforce, entre otras, han reasignado empleados como parte de reestructuraciones corporativas. Según datos de AlphaSense, una plataforma de investigación financiera, las menciones a reasignaciones, o términos similares, durante las convocatorias de resultados de las empresas se han triplicado con diferencia entre el pasado agosto y este mes.

“La reasignación es sin duda una parte importante de la dinámica actual”, afirmó Andy Challenger, vicepresidente senior de Challenger, Gray & Christmas, una empresa de recolocación.

Para las empresas que han invertido varios años -y mucho dinero- en contratar a los mejores talentos, la reasignación de trabajadores a nuevas funciones puede ser una forma de cubrir puestos vitales para los planes futuros, al tiempo que se recortan los costos asociados a las viejas estrategias, explican los directivos de recursos humanos.

También puede ser un juego de espera. Los empleados a los que resultaría costoso pagar indemnizaciones o meses de subsidios de desempleo, podrían decidir marcharse por su cuenta si se sienten atrapados en un trabajo que no desean, señalaron los preparadores de ejecutivos.

Ya has oído hablar de la “renuncia silenciosa”. Ahora, las empresas están haciendo “recortes silenciosos”.

Según Challenger, las empresas estadounidenses anunciaron en julio un 42% menos de despidos que en junio. Los recortes de empleo en julio también fueron un 8% inferiores a los de igual periodo del año anterior, lo que supone la primera vez en 2023 que los recortes de empleo mensuales fueron inferiores a los de 2022.

En entrevistas y foros en línea, muchos trabajadores dijeron que les preocupaba si su reasignación significaba que finalmente les echarían. También se preguntaban cómo salir del purgatorio laboral y volver a un puesto que realmente quisieran.

“Tuve la sensación de que era algo así como: apreciamos todo lo que has hecho para que no te despidiéramos, así que puedes sacar lo mejor de esto o buscar otro trabajo en otro sitio”, dijo Matt Conrad, de 34 años, especialista senior en habilitación de ventas en IBM, que pasó por dos reasignaciones en dos años antes de conseguir su puesto actual el otoño pasado.

En la primera reasignación de Conrad, en 2021, un directivo programó una llamada para notificarle la eliminación de su puesto de gerente. Le dieron un nuevo trabajo vendiendo software en el que no tenía experiencia, un movimiento que, según él, afectó su salud mental.

Más tarde, ese mismo año, Conrad encontró un nuevo trabajo en IBM a través de un antiguo jefe, que se adaptaba mejor a sus habilidades. Luego, en enero de 2022, ese equipo fue eliminado y él fue reasignado de nuevo. Conrad pidió ayuda al departamento de RR.HH. para encontrar su puesto remoto de entrenador de ventas sénior, un proceso que duró seis meses.

No renunciar cuando fue reasignado fue una cuestión de principios, aseguró: “No iba a ceder porque tenía un gran rendimiento y no era justo”.

IBM no hizo comentarios.

Verse envuelto en una reorganización puede generar ansiedad entre los trabajadores, pero a veces se trata de un movimiento genuino por parte de la empresa para evitar despedir a la gente, sostuvo Roberta Matuson, coach de ejecutivos y asesora de empresas como General Motors y Microsoft en temas de recursos humanos.

“Básicamente te están diciendo: mira, esta es la única manera de que yo tenga un trabajo aquí para ti, necesito reasignarte, así que si yo fuera tú, aceptaría la asignación’”, precisó Matuson.

Otras veces, los empleados son empujados a propósito a trabajos en los que la dirección sabe que no se sentirán a gusto, lo que les empuja a renunciar.

“Podrían estar echándote a pastar”, aseguró Matuson.

Entre las señales que hay que tener en cuenta se incluye la reasignación a un puesto de trabajo muy inferior al salario o al nivel de cualificación que se tiene actualmente, detalló Matuson. Otras señales de alarma: que te ofrezcan un puesto que requiera un traslado, cuando tu jefe sabe que no es una opción viable para ti; o que te reasignen a una división de la que se rumorea que se va a recortar personal.

Los empleados que desconfíen o estén nerviosos por un cambio de destino deben preguntar a sus jefes por qué se produce y qué significa para su carrera profesional, indicó Naomi Sutherland, responsable global de desarrollo de talento de la consultora Korn Ferry. Las respuestas pueden revelar si el traslado es personal.

Sin una buena información, “la gente va a llenar un vacío de información con cualquier historia que se cuente a sí misma”, dijo.

La mayoría de las veces, los trabajadores disponen de pocos recursos legales si su empresa los reasigna, señalaron los abogados laboralistas.

Una excepción es cuando un trabajador puede demostrar que la reasignación fue una represalia, manifestó Angela L. Walker, abogada laboral de Blanchard & Walker en Ann Arbor, Michigan. El listón está alto, añadió. El empleado tendría que demostrar que ha recibido un trato discriminatorio o que se le ha señalado injustamente.

“He visto muchos ejemplos en mi práctica en los que se dice a los empleados que van a ser despedidos en una ‘reestructuración’ y resulta que son los únicos afectados, o son los únicos afectados en su grupo”, sostuvo Walker.

Grant Gurewitz, de 32 años, contó que le llevó tiempo adaptarse a un nuevo puesto en Seattle a principios de año, cuando su empresa de software eliminó su puesto como responsable de marketing de crecimiento para la experiencia de los empleados en Norteamérica. Le dieron 24 horas para elegir entre otros dos trabajos o marcharse. Eligió un puesto de director global de marketing de crecimiento con más responsabilidades, pero sin aumento de sueldo.

Eligió ver el lado positivo, porque un puesto global probablemente habría sido el siguiente paso que quería y se basaba en su actual conjunto de habilidades.

“Aún tengo mucho margen para aprender, crecer y desarrollarme en este puesto, que es como ver el vaso medio lleno”, afirmó.

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