Directora de Inversiones de Schroders: “Con menos énfasis en coberturas y más énfasis en el mercado de bonos, nuestra disposición para asumir riesgos es un poco más alta”
Respecto a la renta variable, la gestora de activos británica considera que el S&P500 aún no refleja un atractivo punto de entrada.
Los activos financieros se mantienen bajo presión ante el constante flujo de noticias respecto al desarrollo del coronavirus, lo cual dificulta aún más las decisiones de inversión. Sin embargo, a juicio de Schroders, el respaldo que entrega el actuar de los bancos centrales da espacio para incorporar algo más de riesgo en los portafolios.
“Las cosas buenas llegan a los que esperan, como dicen. Esto me parece cierto no solo desde un punto de vista personal, sino también desde el punto de vista de la inversión en este momento. Si bien estamos aumentando ligeramente los niveles de riesgo de inversión que estamos dispuestos a asumir, somos pacientes antes de aumentar las apuestas”, explica la directora de Inversiones de Schroders, Johanna Kyrklund.
La estrategia que lleva cabo la gestora de activos británica se centra en tomar una mirada hacia los próximos seis y doce meses, considerando una disminución en los riesgos ante la inyección de liquidez por parte de los bancos centrales del mundo.
“Las recientes acciones de los gobiernos y los bancos centrales nos han permitido el espacio para reenfocarnos, levantar la cabeza y mirar más adelante en el camino hacia los seis a 12 meses que nos esperan. Las acciones de la Reserva Federal, en particular, han reducido algunos de los riesgos de cola (es decir, los riesgos de nuevos eventos negativos que empeoran las cosas), particularmente al estabilizar los mercados de crédito”, explica Kyrklund.
En ese contexto, uno de los principales temas que discutió Schroders para definir sus estrategia apunta a cuánto de las medidas de estímulos monetarios y programas de los gobiernos ya incorporan los precios de los activos financieros.
“Se ha hablado mucho de si una posible recuperación económica se verá como una V, una U, una L o una W. Mi opinión es que las expectativas de una recuperación en forma de V son demasiado optimistas. Parece probable que persistan restricciones sociales en el tercer trimestre y que la escala de este shock de demanda arroje una sombra sobre el crecimiento que se espera. La pregunta es cuánto de esto ya se refleja en los precios del mercado”, detalla Kyrklund.
Los pasos de Schroders
“Con menos énfasis en las coberturas y más énfasis en el crédito, nuestra disposición para asumir riesgos es un poco más alta”. Según explica la directora de inversiones de la gestora británica, el equipo de Multi-Asset Investment decidió reducir exposición hacia coberturas como el dólar, oro, yen japonés y bonos soberanos.
Así, la apuesta de la gestora de activos se fija en bonos corporativos, pues al contar con el respaldo de la Reserva Federal, los actuales niveles de spread ofrecen un atractivo punto de entrada para un portafolio defensivo.
“Los índices del mercado de valores, particularmente el S&P500, sugieren que todavía hay demasiado optimismo en torno a las ganancias corporativas (...) Creemos que el dólar estadounidense, al igual que otros activos utilizados como cobertura contra eventos negativos, parece caro. El activo atípico para nosotros es el crédito (bonos corporativos), donde el equipo se ha vuelto más positivo. La acción del gobierno logró estabilizar el mercado de deuda y los spreads (diferencia entre los rendimientos de los bonos corporativos y gubernamentales) parecen atractivos, incluso después de la fuerte recuperación que siguió a los anuncios de la Reserva Federal”, detalla Kyrklund.
Respecto a la renta variable, Schroders es paciente e indica que, a pesar de la ola ventas que se produjo en marzo, los actuales niveles del S&P500 aún parecen caros. Esto, en un escenario marcado por la incertidumbre en torno a la extensión de las cuarentenas y la paralización de la actividad global.
“Los índices del mercado de valores, particularmente el S&P500 de EEUU, sugieren que todavía hay demasiado optimismo en torno a las ganancias de las compañías(...) El atractivo del índice de Wall Street se basaba en la estabilidad que entregan los resultados corporativo, factor que hoy está bajo amenaza. Aún tenemos que tener una visión más positiva frente a las monedas o acciones que son cíclicas. Finalmente, decidimos que aún era demasiado pronto para esperar un repunte, porque las perspectivas económicas siguen siendo turbias”, dice Kyrklund.
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