Mercado ve oportunidad en bonos corporativos ante programas de liquidez de los bancos centrales

Jerome Powell

La masiva presión vendedora que se produjo entre febrero y marzo desplomó los precios y elevó los rendimientos en el mercado de deuda.




El mundo es testigo de una recesión sin precedentes a causa de la paralización que generó el coronavirus. Y, en busca de eventos que puedan servir de guía para el mercado, los impactos económicos y las políticas monetarias durante la Segunda Guerra Mundial, sirven de ejemplo. Si bien el desarrollo del virus aún es incierto, el actuar de los bancos centrales entregan algo de claridad a los inversionistas, quienes ya fijan el foco en bonos corporativos, en particular aquellos más expuestos al consumo básico.

“Esperamos que compren (Reserva Federal) valores del Tesoro en las cantidades necesarias para evitar respaldos no deseados en los rendimientos, (...) al igual que los límites de rendimientos en la era de la Segunda Guerra Mundial, una versión del control de la curva de rendimiento”, escribió el director de la división de renta fija fundamental para EEUU de BlackRock, Bob Miller.

Y el inédito programa de inyección de liquidez de la Fed, que busca evitar dislocaciones del mercado financieros en incluye la compra de bonos corporativos, es la razón que explica el repunte en el apetito por el mercado de renta fija, más allá del títulos soberanos.

BlackRock es uno de los agentes del mercado que comenzó a mirar el segmento corporativo, e incluso recomienda sobreponderar bonos de compañías con grado de inversión.

“La preferencia por bonos corporativos se fundamenta en las compras que están llevando a cabo bancos centrales desarrollados como la Fed de EEUU y el BCE de la Unión Europea. Si bien ellos no incluyen bonos de empresas de países emergentes, incluyendo Chile, sí generan un impacto indirecto. Como los inversionistas de EEUU y Europa ven que los bonos que están comprando los bancos centrales suben de precio (por la tremenda demanda) empiezan a buscar alternativas a mejores precios y es ahí donde empiezan a comprar bonos de países emergentes, tanto de países como empresas. También buscan oportunidades en bonos corporativos de menor clasificación de riesgo o high yield”, explica el director de Estrategia de Inversiones para América Latina de BlackRock, Axel Christensen.

La recomendación de la administradora de activos ocurre tras la masiva presión vendedora que se produjo entre febrero y marzo, pues los inversionistas liquidaron posiciones no solo en el mercado de renta variable, sino también en instrumentos de renta fija, lo cual desplomó los precios de dichos papeles y elevó los rendimientos. (Ver gráfico)

Una visión similar tiene el gerente de renta fija de MBI Inversiones, Guillermo Kautz, quien destaca que invertir en el sector corporativos con clasificaciones de riesgo desde A+ hacia arriba, tiene hoy una “muy buena” relación riesgo retorno.

“Estas compañías son las que estarían mejor posicionadas para aguantar los meses malos de la crisis sanitaria y esperar una recuperación hacia el segundo semestre del año. La inyección de liquidez, del Banco Central y del gobierno ayudan a mantener un entorno de tasas bajas en donde dicha liquidez se traspase al sector corporativo, y en consecuencias, bajen los spreads”, agrega Kautz.

En concreto, el Banco Central de Chile, además de reducir la tasa 75 puntos base, anunció un programa de más de US$8.200 millones destinado a mejorar la posición de los bancos, a través de préstamos con cargo a sus carteras de crédito, y del mercado de renta fija mediante la compra de bonos bancarios por hasta US$4.800 millones, además del uso de bonos corporativos como colaterales, una clara señal destinada a normalizar el mercado secundario.

Sectores atractivos

Considerando el incierto escenario que enfrentan los mercados globales, a causa de la propagación del coronavirus, la preferencia por el segmento corporativo requiere fijar la atención en aquellas industrias o sectores con menor exposición a los impactos de la paralización de la actividad.

“En la categoría de bonos de alto rendimiento, es importante evitar emisiones de empresas en industrias más impactadas por la crisis, como son las ligadas al petróleo, o a la industria de casinos. Algo similar ocurre al momento de analizar bonos emergentes. Se privilegian aquellos que tiene mejor capacidad para sobrellevar la crisis actual, ya sea porque tiene ingresos más estables (por ejemplo, las empresas de consumo masivo de artículos de primera necesidad o supermercados) o estén mejor expuestos a la demanda de China/Asia, país/región que ya comenzado un proceso de recuperación económica tras haber logrado estabilizar la pandemia”, dice Christensen.

En la misma línea, BlackRock indica que se debe evitar invertir en bonos de países o sectores más golpeados, o donde el daño se considere más duradero. Por ejemplo, Christensen menciona a los países que derivan parte importante de sus ingresos del petróleo, mientras que en el caso de empresas, aquellas ligadas al transporte aéreo al turismo.

“Los sectores mas damnificados están a la vista y son los que mas han bajado, como aerolíneas, entretenimiento, servicios y retail. Muchos tienen potencial de recuperación, pero hay una incertidumbre muy grande, partiendo por la duración de la suspensión de los vuelos, incorporo dichos sectores porque destacan como los más castigados”, concluye Kautz.

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