Ayllu: un vino que nace en pleno desierto de Atacama
¿Es posible fertilizar en desierto más árido del mundo? ¿Es posible que en este mismo espacio de extrema aridez se produzcan cepas como Syrah o Pinot Noir? En la localidad de Toconao, en el corazón andino de la Región de Antofagasta, SQM junto a un grupo de viñateros de la zona dieron vida a Ayllu, un vino que nace de parras a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar.
Este es un ejemplo de las fórmulas en que las empresas se involucran con las comunidades en las que están insertas. Así es como este proyecto vitivinícola es impulsado por la empresa presidida por Julio Ponce, a través del programa Atacama Tierra Fértil, que agrupa a 19 pequeños agricultores de la zona, muchos de ellos pertenecientes a comunidades indígenas.
Con una fórmula similar a una cooperativa, este grupo de viñateros andinos ha logrado aumentar su superficie cultivada, superando hoy las 4,5 hectáreas, las que se encuentran dispersas en la zona y son regadas mediante un sistema de goteo.
SQM apoya con recursos, capacitación, asistencia técnica, el centro de vinificación y el apoyo a la comercialización de las botellas.
A pesar de las condiciones desfavorables, la elaboración de Ayllu cuenta con asesoría de los enólogos Álvaro Peña y Pedro Parra, este último considerado dentro de los 50 mejores enólogos en el mundo. Ellos entregan los lineamientos técnicos para que el producto resultante adquiera sus finas y apetecidas características dulces y frutales.
“Ya se han confeccionado alrededor de mil botellas y más adelante este número podría aumentar considerablemente dada la demanda de este producto. Ya se vende a los operadores turísticos de San Pedro de Atacama a un precio unitario de $15 mil”, explica Pablo Pisani, gerente de Medio Ambiente y Comunidad de SQM.
“Por ahora, la venta se lleva a cabo en la zona y el vino ha tenido muy buena aceptación”, agrega Manuel Tejerina, productor de Toconao.
PROYECCIÓN
En un comienzo, Ayllu se inició con 1.600 parras, las que han aumentado a seis mil y se espera terminar este año 14 mil de las variedades Mocatel, Pinot Noir, Malbec, Petit Verdot, Syrah y Chardonnay.
“La fertilización se produce gracias a la elaboración de un compost y el riego se produce mediante la técnica del goteo. Acá, cómo usted comprenderá, el agua es muy escasa y tenemos que aprovechar cada gota. No tenemos las condiciones que tienen otros vinos del sur del país”, explica Tejerina.
Desde el primer minuto, este grupo de viñateros de Atacama asumió que las condiciones adversas debían ser compensadas con una cuota extra de ingenio. Sin ir más lejos, un buen número de parras de Ayllu se encuentran en la localidad de Socaire, a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar y en una pendiente bastante pronunciada. La solución fue innovadora y se sembró bajo la modalidad de terrazas.
Otro elemento innovador es la trazabilidad de este producto, ya que cada etiqueta del vino Ayllu lleva el nombre del agricultor que produjo el mosto, el número de metros cuadrados de la viña, la cantidad de parras de su predio, las botellas producidas por año y los metros sobre el nivel del mar de dicha producción.
Además, se incluyen las coordenadas geográficas del viñedo del cual proviene para que éste pueda ser ubicado y se conozca la procedencia geográfica exacta del mosto que se está bebiendo; todo lo cual da cuenta de un origen especial.
“Aquí se mantiene un programa y cada agricultor tiene su vino en contenedores o bateas y son ellos los que, en definitiva, administran con nuestro apoyo su proceso de vinificación. Favorablemente, el espacio ya se hace pequeño y muy pronto los productores necesitarán un espacio más grande”, comenta Pisani
Por lo pronto, las metas de Ayllu son bastante optimistas: buscan triplicar su producción a mediano plazo, dando a conocer su marca a cada turista que llega al destino de San Pedro de Atacama.
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