BCE combate sus demonios a medida que el crecimiento se desacelera
La tasa de desempleo la eurozona superó el 11,9% en enero, que abarca el 26,2% de España, más de cinco veces el de Alemania. Entre los jóvenes, las estadísticas son incluso peores. El que es español, menor de 25 años y empleado, es una minoría. En Italia, cerca de 39% de los menores de 25 años están desempleados.
La economía se está contrayendo en vez de crecer y toda esa gente sin trabajo naturalmente está gastando menos, de manera que la inflación está cayendo. Los bancos, por lo menos en los países con problemas, no están prestando a las empresas y estas no están invirtiendo.
Todo esto podría sonar como una lista de síntomas que exigen acción por parte del banco central, en la forma de un recorte en la tasa de interés u otras medidas para estimular la economía.
Cuando los 23 miembros del Banco Central Europeo se reúnan hoy para discutir las tasas de interés, también mirarán las últimas proyecciones económicas del BCE.
La última serie de estos datos, dados a conocer en diciembre, predicen que la eurozona se contraería 0,3% este año y que la inflación se desaceleraría a 1,6% este año y 1,4% en 2014. Cualquier cosa distinta a una revisión a la baja de esas proyecciones sería una sorpresa.
Y aún así, la expectativa entre los observadores del BCE y el tono de los últimos comentarios por parte de sus miembros sugiere que el banco mantendrá su principal tasa de refinanciamiento en 0,75% por noveno mes consecutivo.
A diferencia de la Reserva Federal de EEUU, el BCE no tiene un rol formal en gestionar el desempleo. Su único propósito en la vida es garantizar la estabilidad de precios manteniendo la inflación “cerca pero debajo de” 2% durante un mediano plazo no especificado.
Entonces ¿trabajo hecho? No tanto. Como el banco ilustra en una caricatura que hizo para los escolares, su objetivo es mantener tanto el monstruo de la inflación como el de la deflación restringidos en pequeños vasos de vidrio en su oficina en el centro de Frankfurt. Con la inflación en 1,8% en febrero, el monstruo de la deflación sigue claramente dentro del vaso, pero la tendencia a la baja, que probablemente se exacerbará por la relativa fortaleza del euro, podría usarse como un argumento para un mayor alivio.
En cambio, Mario Draghi, presidente del BCE, y otros miembros del directorio han insistido que la postura del banco ya es “laxa”.
Otro argumento contra un recorte es que podría no hacer mucha diferencia en los lugares que más lo necesita, dada la fragmentación financiera que todavía afecta al bloque, que hace relativamente más difícil para una empresa española o italiana endeudarse en comparación con una alemana, sin importar la tasa del BCE.
Tras ofrecer a los bancos financiamiento barato y haber puesto en marcha un programa de compra de bonos, los funcionarios del BCE quieren asegurar que los políticos hagan buen uso del dinero en medio de las tensiones de los mercados.
Lo que los bancos quieren es que los gobiernos de la eurozona sigan aplicando disciplina fiscal e implementando reformas estructurales con la esperanza de que esto siembre el terreno para el crecimiento sostenible. Pero la elección italiana mostro que, lo que la gente quiere, es algo diferente.
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© The Financial Times Ltd, 2011.
Debes saber
¿Qué ha pasado?
La economía de la eurozona se está contrayendo, la gente sin trabajo está gastando menos y la inflación está cayendo. Además los bancos no están prestando.
¿Qué acciones exige esta situación al BCE?
Todo esto podría sonar como una lista de síntomas que exigen acción al BCE ya sea recortando la tasa u otras medidas para estimular la economía.
¿Qué hará el BCE?
No se espera que el banco recorte más la tasa o que tome medidas adicionales de estímulo, tras ofrecer a los bancos financiamiento barato y haber puesto en marcha un programa de compra de bonos. Ahora, el BCE quiere que los políticos hagan buen uso del dinero.
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