China y EEUU, los mayores contaminantes del mundo, estudian acciones conjuntas contra el cambio climático
China y Estados Unidos, los mayores contaminantes del mundo, impulsaron hoy en Pekín una ronda de conversaciones para tomar medidas contra el cambio climático, en un momento en el que las "acciones conjuntas son más necesarias que nunca".
Así lo aseguró hoy el enviado especial de EEUU para el cambio climático, Todd Stern, quien dio este viernes una conferencia de prensa en la capital de la potencia asiática junto a Xie Zhenhua, vicepresidente de la Comisión Nacional china para la Reforma y el Desarrollo.
Los dos son los líderes de un equipo de trabajo que busca acercar posturas entre EEUU y China en materia medioambiental, después de años de enfrentamientos y de la negativa de ambos a comprometerse oficialmente con la reducción de las emisiones de dióxido de carbono según los estándares internacionales.
La visita del funcionario estadounidense a Pekín se produce en un momento de especial relevancia, cuando falta apenas una semana para que se reúnan en California los mandatarios de las dos potencias mundiales, Xi Jinping y Barack Obama, una cita en la que ya se ha confirmado que el calentamiento global será uno de los temas de debate.
El propio Stern lo recordó hoy en Pekín, y, aunque no anunció ningún acuerdo sustancial alcanzado hasta la fecha, enfatizó que China y EEUU se encuentran "en el camino correcto."
"Hay señales prometedoras para extender la cooperación beneficiosa no sólo para ambos países, sino para el mundo", destacó.
Su paso por la capital de la potencia asiática se considera un seguimiento de la declaración conjunta contra el cambio climático que Pekín y Washington firmaron el pasado abril, acordada durante la visita a China del secretario de Estado de EEUU, John Kerry.
Si bien entonces la preocupación de ambos países por la amenaza de Corea del Norte de lanzar un misil eclipsó el documento, tanto Stern como Xie subrayaron hoy el papel preferencial que el cambio climático ocupa en las respectivas agendas nacionales y en sus relaciones bilaterales.
"Se ha hecho un progreso significativo (en EEUU), pero absolutamente necesitamos hacer más. Y lo haremos", aseveró el enviado especial estadounidense.
Xie se mostró de acuerdo con la apremiante necesidad de tomar medidas, y manifestó su deseo de que la lucha contra el deterioro medioambiental se convierta en "uno de los puntos fuertes de las relaciones bilaterales".
China, que ha descuidado durante décadas el medio ambiente en aras de un rápido desarrollo, se halla en un momento delicado, con buena parte de sus principales ciudades bajo elevados niveles de contaminación.
Los altos índices de polución llevaron al Gobierno a tomar medidas de emergencia el pasado enero cuando se alcanzaron máximos históricos de partículas aéreas en ciudades como Pekín o Shanghái, entre ellas la reducción de emisiones fabriles y el control de la circulación de vehículos oficiales.
Incluso Xi admitió el problema durante su primer discurso como presidente el pasado marzo, tras una sucesión de protestas populares en algunas localidades chinas por las negativas consecuencias de la polución para la salud.
Según Greenpeace, sólo en 2012 los altos niveles de contaminación del aire causaron alrededor de 8.572 muertes prematuras en las ciudades de Pekín, Shanghái, Cantón (sur) y Xian (centro).
Sin resultados aún a la vista, el portavoz chino se mostró convencido de que el encuentro de hoy con Stern supone "una sólida base para una futura cooperación", y explicó que ambos países auspiciarán varias reuniones próximamente para dar forma a las propuestas que se están negociando.
De este modo, Xie confirmó que el enviado estadounidense volverá a Pekín el próximo 18 de junio, y que espera que se puedan revelar algunas conclusiones de estas charlas tras la quinta sesión del Diálogo Estratégico Económico Estados Unidos-China, que tendrá lugar en Washington durante la semana del 8 al 12 de julio.
Se prevé que el objetivo final de las conversaciones entre las dos principales economías mundiales sea la adopción de medidas conjuntas, lo que se consideraría un hito tras la habitual disensión en esta materia y el estrepitoso fracaso que este desacuerdo ha provocado en las cumbres mundiales sobre cambio climático.
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