Disputa por "recorte de impuestos Bush" domina debate fiscal antes de elecciones




George W. Bush definitivamente se ha mantenido fuera del centro de atención desde que su presidencia terminó, pero los recortes de impuestos que llevan su nombre todavía tienen un control sobre el debate fiscal en Washington.

Los republicanos y los demócratas han estado en guerra por los recortes de “impuestos Bush” en una batalla esta semana, y Ben Bernanke, presidente de la Fed, los discutió durante su testimonio en el Capitolio ayer.

Ellos también están en el corazón de un tumultuoso  debate sobre el presupuesto en Estados Unidos, acerca de si EEUU caerá a un “precipicio fiscal” a finales de este año, cuando los recortes Bush y otras medidas de expiren.

“La potencial expiración de los llamados recortes de impuestos Bush es el elemento más grande en el acantilado fiscal”, dijo Bernanke.

Los recortes de impuestos Bush, que llegaron en dos tandas en 2001 y 2003, fueron controvertidos desde su inicio, con los demócratas quejándose de que beneficiaban desproporcionadamente a los ricos.

Al no poder reunir el mínimo de 60 votos en el Senado para hacer que los recortes sean permanentes, fue aprobada con una vigencia de 10 años, convirtiendo la medida en una bomba de tiempo para los demócratas cada vez que trataban de aumentarlos.

“El gobierno de Bush no tenía la intención de que expiraran”, dijo Jared Bernstein, economista y ex asesor de Joe Biden, vicepresidente de EEUU.

En 2010, Barack Obama y el Congreso acordaron prorrogarlos por otros dos años para apuntalar el crecimiento económico.

Durante los últimos meses se han desarrollado las líneas de batalla sobre los recortes - con los republicanos en búsqueda de una extensión de todas las tasas actuales, y los demócratas, incluyendo la Casa Blanca, exigiendo una caducidad sólo para los estadounidenses más ricos.

La polémica esta semana incluyó a Bill Clinton y Larry Summers, el ex asesor económico de Obama, por lo que dijeron -y no habían dicho- sobre la necesidad de mantener los recortes más allá de 2012.

El supuesto en el Capitolio siempre ha sido que el enfrentamiento se iba a resolver después de las elecciones de noviembre, con uno u otro lado recibiendo un mandato de los votantes.

Pero con la desaceleración del crecimiento del empleo en EEUU, atribuido en parte a la incertidumbre sobre el acantilado fiscal, el Congreso está bajo presión para llegar a un acuerdo antes de tiempo.

Si bien eso sigue siendo poco probable, las apuestas se han aumentado para ambas partes - y para las campañas de Obama y Romney.

Los republicanos en la Cámara de Representantes recientemente se reunieron en torno a un plan para votar a corto plazo todos los recortes de impuestos Bush, para darle tiempo al Congreso de llegar a un consenso sobre una reforma tributaria más amplia. Romney también apoya esta opción.

A medida que la recuperación tambalea, los republicanos apuntan a superar a los demócratas y a Obama al presentarse como el partido responsable que evitará un alza de impuestos en 2013.

“Estamos en una recuperación de la no recuperación”, dijo Jeb Hensarling, congresista republicano de alto rango de Texas. “Lo que necesitan las empresas para crear empleos es una señal de que no van a estar enfrentando el principal aumento de impuestos en la historia estadounidense”.

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© The Financial Times Ltd, 2011.

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