El momento para hacer las primeras proyecciones
Alrededor de 4 kilómetros de playa en pleno corazón de la Costa Azul francesa. Rodeado de colinas y el pintoresco puerto pesquero Cros-decagnes. Es parte del panorama de la quinta etapa del Tour de France que se corre hoy.
La característica bucólica del recorrido entre Cagnes y Marsella no es antojadiza. Se considera un trayecto bastante suave y para los organizadores, es el momento ideal de hacer el primer balance de lo que ha sido hasta el momento la competencia.
"Por fin se aminora un poco la marcha y se puede respirar. Los organizadores hemos querido dar una oportunidad a los velocistas o a los luchadores; sería estupendo que una escapada pudiera aguantar hasta el final. ¿Quién tiene opciones? ¿Quién se ha quedado sin ellas? ¿Hay que olvidarse de la clasificación general y centrase en las etapas?", comenta en su columna oficial diaria Jean-François Pescheux, director técnico del Tour,
Para los ciclistas y equipos, también es tiempo de hacer cálculos, afinar estrategias y por qué no, proyectar tímidamente a los favoritos. Y uno de ellos es hasta el momento Simon Gerrans, que ayer logró ganar la etapa por segundo día consecutivo.
CANGUROS TRIUNFADORES
Gerrans es parte del equipo australiano Orica Green Edge, que durante la cuarta etapa triunfó en la contrarreloj, superando a Omega (Bélgica) y a los británicos de Sky, equipo donde corre, Chris Froome, uno de los favoritos. Pero además, el australiano obtuvo por primera vez en su vida el "maillot" amarillo , el cual se le entrega a quien ha tenido el tiempo acumulativo más bajo en las etapas, habiendo sumado y restado cualquier bonificación o penalización de tiempo.
Tan sólo cinco australianos habían vestido de amarillo en la historia de la competencia (Phil Anderson, Stuart O'Grady, Brad McGee, Robbie McEwen y Cadel Evans), pero es la primera ocasión en que un equipo de la tierra de los canguros gana un contrarreloj, dejando atrás a los belgas de Omega, que se perfilaban como ganadores de la etapa.
Y como si esto fuera poco, Orica marcó 25 minutos con 56 segundos, considerada como la media más alta en una contrarreloj en los 100 años que se ha corrido la famosa competencia francesa.
Marcaron un tiempo de 25.56 y lograron la media más alta en una contrarreloj por equipos en toda la historia del Tour de Francia, alcanzando una velocidad de 57,8 Km/h. El récord, aunque cuestionable, lo tenía de Lance Armstrong con 57,3 km/h el 2005.
"No nos esperábamos esta victoria, no éramos favoritos, pero yo sabía que tenemos grandes rodadores, muy fuertes y potentes. Es algo fantástico", dijo Simon Gerrans a EFE. Y con respecto a cómo lograron ponerse a la cabeza, el ciclista agregó: "Nuestra táctica fue de dejar que los relevos más largos los dieran los mejores rodadores, Brett Lancaster, Cameron Meyer, Stuart O'Grady y Svein Tuft. Sabíamos que si lo hacíamos así estaríamos cerca".
TERRENO "ROMPEPIERNAS"
Pero la felicidad para los ciclistas de Oceanía puede que no dure mucho, especialmente considerando que el británico Chris Froome y los españoles Alberto Contador y Joaquim "Purito" Rodríguez, siguen siendo los favoritos.
Para hoy está programada la quinta etapa con un recorrido de 228,5 kilómetros que comienza en Cagnes-sur-Mer y termina en Marsella. Según expertos, este tramo es ideal para que algunos competidores puedan tomar velocidades fuertes en ciertos momentos, lo que en la jerga de ciclistas es denominado como "fuga". También la pista de hoy es considerada como "rompepiernas", debido a su gran extensión.
Pero los gladiadores de las dos ruedas saben que a pesar de lo llano del camino, durante los próximos días deben irse con cuidado y tratar de no complicarse mucho. De esta forma enfrentarán mejor y sin lesiones la subida a los Pirineos durante el fin de semana.
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