El supuesto heredero de Samsung enfrenta prueba de accionistas




Los coreanos a veces recalcan que el clan fundador de Samsung es lo más cercano que tienen a una familia real. Entonces cuando el patriarca, Lee Kun-hee, el año pasado ascendió a su hijo único a la vicepresidencia de Samsung Electronics, anticipó una sucesión dinástica.

En los casi 26 años desde que Lee sucedió a su propio padre como presidente de Samsung, el multimillonario ha supervisado el auge del grupo hasta convertirlo en uno de los conglomerados más poderosos del mundo, con intereses desde construcción hasta seguros de vida.

Pero la joya de la corona es la compañía electrónica, ahora el mayor grupo tecnológico del mundo por ventas. Si bien se espera que otras partes del imperio Samsung sean traspasadas a las dos hijas de Lee, la mayoría de los analistas presume que Samsung Electronics  será dirigida por su hijo, Jae-yong.

Aún así, la caída de 11% en las acciones desde comienzos de junio, debido a preocupaciones acerca de los márgenes en el segmento de smartphones, muestra que los inversionistas ya se están preguntando si Samsung puede mantener su crecimiento meteórico.

Pocos de los 246 mil empleados de Samsung han visto alguna vez a Lee Kun-hee en persona, pero muchos están familiarizados con esta leyenda. La más venerada es su "Declaración de Frankfurt" de 1993, donde llamó a los ejecutivos a "cambiar todo excepto su esposa e hijos" al describir un estilo de administración conocido como "crisis perpetua".

Este implacable enfoque ha sido reivindicado por los resultados. Lee Byung-chul, quien fundó Samsung en 1938, lo convirtió en uno de los mayores conglomerados de Corea del Sur. Pero fue bajo el segundo presidente que Samsung se transformó en un líder en algunos de los mercados más grandes de electrónica: primero en chips, luego en televisores y más recientemente, en celulares.

Pese a ser un ícono en la compañía, Lee ha mantenido distancia respecto de las operaciones diarias. La mayor parte de su tiempo como presidente, ha trabajado en una oficina privada cerca de su casa, con ejecutivos visitándolo para reuniones.

Las operaciones de la compañía siguieron con normalidad luego que el presidente renunciara en medio de un escándalo de corrupción en 2008; volvió cerca de dos años después, luego que su condena por evasión fiscal fuera anulada por el presidente de Corea del Sur.

Pero cualquier señal de una inminente entrega de poder atraerá la atención de los mercados sobre las capacidades de un nuevo presidente que ha sido criado para el rol desde su niñez. Con 45 años, Lee Jae-yong es más extrovertido que su padre, y habla inglés y japonés tras estudiar en la Universidad de Keio y en Harvard.

Su primer puesto importante fue su nombramiento en 2007 como director de clientes, un cargo inusual que según los críticos no tendría mucha importancia. Pero eso significó que era un punto de contacto regular para el fundador de Apple, Steve Jobs.

Pese a una amarga batalla judicial sobre patentes, Apple sigue siendo un gran cliente para el negocio de componentes de Samsung. Lee fue el único ejecutivo asiático invitado al funeral de Jobs en 2011.

Los inversionistas en Samsung esperarán que esto refleje una aptitud para las relaciones gerenciales con las empresas extranjeras -atributo vital ahora que Samsung ha pasado de exportar electrónica a bajos precios a gestionar complejas redes de clientes, proveedores y socios a nivel internacional.

El paso de Samsung hacia la TV inteligente, por ejemplo, significa que su unidad de televisión ahora depende no sólo de producir hardware, sino también de nutrir a sus socios con proveedores de contenido. Los vínculos de Lee Jae-yong en Estados Unidos, donde él se mezcla con la élite política y empresarial, lo ayudaron a ganar apoyo de las empresas incluyendo a Amazon, Netflix y Verizon para el negocio de TV inteligente de Samsung, según una persona cercana a la empresa.

Sin embargo, en este caso algunos critican la suposición de que la presidencia quede en una familia que posee menos de 5% de las acciones de Samsung Electrinics, manteniendo control a través de una red de participaciones accionarias cruzadas entre las subsidiarias. Los esfuerzos de Lee Kun-hee por asegurar una suave sucesión lo llevaron a ser condenado en 2009 por complicidad en la venta ilegal a su hijo de bonos de otra subsidiaria de Samsung.

Algunos inversionistas argumentan que el joven Lee no tiene experiencia. Pese a los rumores hace varios años de que estaba listo para hacerse cargo del negocio de chips, su sola experiencia dirigiendo una división fue un negocio de e-commerce más de 10 años atrás.

"Personalmente, no creo que JY tenga la experiencia", dice un ex inversionista senior. "Todo le fue dado. Hay mucho escepticismo alrededor".

Algunos que conocen al joven Lee dicen que tal crítica es injusta, y que ha estado fuertemente involucrado con los últimos éxitos, incluyendo los teléfonos Galaxy. Un ex ejecutivo de Samsung dice que Lee Jae-yong ya ha asumido los deberes de director ejecutivo, mientras su padre toma el rol de supervisión no ejecutivo.

En cualquier caso, enfrenta una fuerte prueba cuando eventualmente se haga cargo. Las recientes caídas en el precio de la acción reflejan el nerviosismo acerca de la dependencia de Samsung respecto del mercado maduro de los smartphones. Si bien ha identificado nuevas áreas de crecimiento, desde biotecnología a energía solar, fuentes de la empresa admiten que estos son años para hacer mayores contribuciones.

"Es difícil criticar la manera como Samsung se ha manejado porque ha sido muy exitoso", dice Jonathan Pines, quien administra una cartera de Asia emergente para Hermes Fund Managers. "Pero como un juego de ajedrez, todos están esperando la próxima movida".

COPY RIGHT FINANCIAL TIMES

© The Financial Times Ltd, 2011.

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