En busca del auto más eficiente: los diésel llevan la delantera
Es la pregunta habitual de aquellos que se lanzan a comprar un auto nuevo: ¿qué compensa más, un diésel o uno gasolina? Ahora el espectro se ha ampliado a las mecánicas híbridas, eléctricas o incluso las de gas natural. La respuesta aún más habitual es "depende para qué lo vayas a usar".
Más allá de lo obvio, los vehículos diésel siguen siendo los que más compensan, según un estudio realizado por la empresa alquiladora Lease Plan. Teniendo en cuenta factores como precio del vehículo, consumo de combustible, costos de mantenimiento, seguros e impuestos, este tipo de autos compensarían más para el tipo de recorrido más habitual: un 50% por ciudad, un 35% por autopista y un 15% por carretera, con una media de 20.000 kilómetros de recorrido al año. En caso de conducción en un 95% urbana, el híbrido es la mejor opción según Lease Plan dado el alto costo de los eléctricos, aunque sin mucha diferencia respecto al resto: el híbrido tendría un costo por kilómetro de €0,3168, por 0,3174 de los motores de gasolina.
En España, cerca del 70% de los autos que se venden son diésel, tendencia presente también en el resto de Europa. No así en otros mercados importantes como Japón, donde apenas suponen el 1% del mercado, o en EEUU, por debajo del 10%. Las subvenciones europeas al petróleo explican el contraste, pero las medidas que lo penalizan son cada vez mayores.
EL QUE CONTAMINA MÁS, PAGA MÁS
Los coches diésel compensan para recorridos diarios de alrededor de 55 kilómetros por su menor gasto de combustible y el menor precio de éste. Pero su precio de compra es más elevado, entre €2.000 y €3.000, su mantenimiento es más caro y sus revisiones también. Y hay que contar con otro aspecto que cada vez será más relevante: el medioambiental.
El impuesto de circulación, que recaudan los ayuntamientos en España, se basará en criterios medioambientales a partir de 2014. Pagará el que más contamine, algo que ya sucede con el impuesto de matriculación, del que están exentos los coches que emiten menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro. Muchos diésel emiten menos CO2 que los de gasolina. Pero el impuesto de circulación se basará en los criterios europeos, que castigan las emisiones de óxido nitroso (NOx) y partículas, generados de forma muy superior en las mecánicas diésel, en torno al doble.
En este escenario de precios cada vez más altos de la gasolina, más castigos al diésel y mayores exigencias de respeto medioambiental, las energías alternativas deberían jugar un papel destacado. Pero los eléctricos y los híbridos no son una alternativa para el usuario medio, que adquiere un vehículo no solo para acudir al trabajo o desplazarse por una ciudad, sino también para los trayectos de largo recorrido. Y otra alternativa, como el gas natural, que consume menos y emite menos gases, y además puede utilizarse en vehículos de gasolina, tiene una penetración mínima.
Pila de hidrógeno, una opción aún lejana
Las alternativas que están desarrollando los fabricantes de automóviles en los últimos años son múltiples: motores eléctricos, híbridos diésel, gas natural comprimido, gas licuado del petróleo... Pero una de las que más atención han captado es la pila de hidrógeno. Los automóviles que la incorporasen se moverían gracias a la electricidad producida por hidrógeno y oxígeno, lo que supondría una importante disminución de las emisiones contaminantes que en la actualidad genera la batería de ión litio, que incorporan los coches eléctricos actuales, que además tienen menor autonomía. Pero su desarrollo aún se encuentra con problemas, principalmente de costes: fabricar un prototipo podía costar hasta un millón de dólares. Algunos de los principales fabricantes como Toyota, Renault, Nissan o Daimler han comprometido inversiones.
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