Expansión china sigue un patrón parecido al de sus vecinos, pero con un color propio




Beijing.- Los 35 años de China creciendo a 9,7% anual en promedio "son un milagro sin precedentes en la historia humana", dice Justin Lin Yifu, quien fue el economista jefe del Banco Mundial desde 2008 a 2012.

El que entre 400 y 600 millones (dependiendo a quién se le pregunte) de personas hayan salido de la pobreza podría ser un milagro, pero el modelo de crecimiento y las tasas de expansión no son realmente sin precedentes, al menos entre los vecinos de China.

"Ya hemos visto esto en Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Japón. Solo estamos viendo una versión más grande y colorida en China", dice Frederic Neumann, codirector de investigación económica en HSBC. "Japón en los '60 creció a un 10% anual y era considerado el milagro económico de la época".

La economía china se expandió 7,7% en 2013, según cifras que el gobierno mostró este lunes, a la par con el crecimiento revisado de 7,7% en 2012. Pero la mayoría de los analistas esperan una desaceleración este año a su ritmo más lento en más de dos décadas. Muchos están comenzando a pensar si las similitudes entre China y sus vecinos son tanto para las bajas como para las alzas.

Como en la mayoría de los países asiáticos que tuvieron alto crecimiento, el despegue se produjo por la inversión en manufactura barata por su poder de exportación, lo que condujo la expansión por más de una década. La desaceleración de las exportaciones en China ha sido reemplazada por inversión en crédito intensivo nacional, especialmente en infraestructura e inmobiliaria.

El paso siguiente en el proceso de sus vecinos fue una abrupta desaceleración cuando la sobredependencia de la inversión en infraestructura en base a crédito alcanzó sus límites.

"No es inevitable que China enfrente ese mismo ajuste abrupto" dice Neumann. "Pero el peligro está ahí".

El pronóstico de consenso entre los economistas del sector privado es de 7,4% para 2013, la tasa más lenta desde 1990, cuando China enfrentó sanciones internacionales por la masacre de la Plaza Tiananmen en 1989.

Por supuesto, una gran economía china creciendo lento contribuye más al PIB mundial que una pequeña economía china creciendo más rápido. Pero incluso los pronósticos más optimistas dicen que Beijing debe implementar reformas dolorosas para mantener estas tasas de expansión  más bajas y menos milagrosas.

La prioridad es una reforma en el sector financiero para que el gobierno pueda controlar la adicción al crédito y la carga de deuda de China. El total de la deuda en relación al PIB subió de 130% en 2008 a más del 200% a final de 2013, la clase de aumento que se ha anticipado a crisis financieras en otras economías. Cuán rápido pueda avanzar el gobierno en su agenda de reformas depende en gran parte de cuán cómodo se sienta con tasas más bajas de crecimiento.

Por décadas, los autoritarios líderes chinos han sabido explícitamente que su mandato no elegido depende de las grandes tasas de expansión económica y de la creación de millones de trabajos cada año. En los dos últimos años, el lento crecimiento debilitó a Beijing en su compromiso por reducir la inversión en infraestructura impulsada por el crédito y los hizo aflojar la política a mediados de cada año para evitar que el PIB se desacelerara demasiado. 

Si el gobierno sigue dudando por el miedo a la desaceleración, el equilibrio de la economía podría retrasarse permanentemente y el ajuste de cuentas podría ser peor que la desaceleración tan temida por los líderes del gigante asiático.

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© The Financial Times Ltd, 2011.

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