Gonzalo Martino: "La pérdida de confianza ha sido horrorosa, hoy día te confunden con un delincuente"




Gonzalo Martino es claro y directo, la pérdida de confianza en el empresariado ha sido horrorosa, dice, y nadie se ha salvado: “han pagado justos por pecadores”. En entrevista con PULSO, concedida en el marco del seminario Perspectivas Económicas 2016, organizado por una de las empresas en que es socio, Copeval, el además accionista de Contempora, Empresas Coipsa, Coppelia y del Canal del Fútbol, aseguró que ahora es necesario reconquistar las confianzas, objetivo para el cual es indispensable una mayor transparencia y ética por parte de los actores que participan en la actividad empresarial. Con una visión optimista hacia 2016 , Martino asegura que su única, y gran preocupación de cara a retomar el crecimiento de la economía son las reformas impulsadas por el Gobierno, en especial una: la Tributaria.

Ad portas de cerrar el año e iniciar el 2016, ¿cuál es el balance que hace de la economía?

Yo soy un enfermo crónico de optimismo, por lo tanto mi opinión puede estar sesgada por esa característica, siempre veo el vaso medio lleno y en el futuro espero que el país pueda superar la situación que hoy día vivimos. Me remonto al año pasado cuando en este mismo seminario fui consultado y comenté que la Reforma Tributaria no era mala, sino que era muy mala. Hoy día nadie discute lo mala, el mismo Gobierno dice que necesita perfeccionamiento, que es una palabra insuficiente pero que demuestra que todo el mundo está descontento con lo que hicieron porque es algo totalmente enredado y lo que es más grave, que perjudica a las personas a las que se quiere mejorar y proteger. El año pasado hablé de la mediocridad, que estaba en Chile campeando y hoy día lamentablemente seguimos sumidos en la mediocridad. ¿A qué me refiero? A que es una vergüenza que Chile crezca al 2%, es una vergüenza para los más vulnerables. Nosotros tenemos todas las condiciones para que este país hubiese seguido la senda del crecimiento del orden del 5% anual. Nos hemos perdido el año dando señales equívocas que han deteriorado la inversión, y que han castigado severamente la calidad del empleo, entonces uno está alarmado.

¿Qué es lo que más le preocupa?

A mí la Reforma Tributaria es la que más me preocupa porque creo que ha sido un freno tremendo a la inversión que es responsable del deterioro de la calidad de la generación de empleo, y porque en definitiva pone un manto de dudas sobre el futuro. Son muy pocas las personas que están dispuestas a trabajar para ganar 100 y que prácticamente 45 se vayan para no sé quién. Porque si yo tengo que ayudar a mi abuelita con el 50 o incluso el 100, estoy dispuesto a ayudar a mi abuelita, pero cuando va a un aparato negligente, que utiliza mal los recursos, que no satisface las necesidades de la población, no estoy disponible. Ese pensamiento es grave, porque desmotiva a todo el mundo, yo creo que el esquema tributario que teníamos era el adecuado, creo que el eslogan de botar el FUT es lo más pernicioso y dañino para la economía, el FUT hay que reponerlo. Ellos dicen que se repuso en un 65%, bueno, mi opinión es que se tiene que restituir en un 100%, que tiene que haber un solo sistema tributario, y pónganse de acuerdo los legisladores y el Gobierno en la tasa. Es mucho más simple haber cambiado la tasa, únicamente la tasa, y nada más que la tasa, y tendríamos un país tranquilo. Esa es mi opinión, esto es gravísimo, ha provocado un trastorno y un deterioro en la economía del país, irreversible, sólo reversible con nuevas autoridades que cambien el sistema.

¿Cómo fue el 2015 para sus negocios?

Para el sector agrícola, teníamos mucha esperanza de que el 2015 iba a ser un buen año porque el tipo de cambio iba a mejorar, eso ha ido pasando. Nosotros vamos a tener un año alineado con nuestro presupuesto, estamos contentos con cómo nos ha ido. Y por lo tanto la modificación del valor del dólar fundamentalmente y algunas incorporaciones nuevas que hemos hecho en los servicios de Copeval, hacen que estemos conformes y contentos con lo que tenemos. Yo creo que el sector agrícola va a a crecer el año 2015 sobre el 6% anual, totalmente desalineado con la realidad del resto y para el 2016 espero las mismas cifras. La industria automotriz completa va a bajar del orden del 25%. La marcas que nosotros distribuimos que son Audi, Wolkswagen y Skoda, van a bajar 20%, 22% y aquí se me sale el orgullo colchagüino, Klassic Car por lo menos hasta septiembre venía creciendo 6% o 7% sobre el año pasado, o sea lo hacemos mucho mejor que el resto. En Contémpora el tema es un poco distinto. El perfil de nuestros clientes es Pyme y estamos expuestos a que todo este escenario adverso obviamente que golpea a nuestros clientes porque sus actividades en una economía que crece al 2%, los riesgos aumentan. Por otro lado tiende a mejorar la calidad crediticia de nuestros clientes porque algunos de ellos dejan de ser bancarizables.

¿Pero el clima de inversiones, en general, es de cautela?

No, yo no hablaría de cautela solamente, están apanicados. Yo veo a la gente que no está invirtiendo. A nosotros nos ven como pájaros raros porque hemos estado permanentemente invirtiendo, pero no es una norma. En el caso de Copeval no hemos dejado de crecer al 15% anual, tal vez este año vamos a ser más conservadores por las causas que estamos analizando, y en Contempora en 10 años hemos hecho un desarrollo de una empresa de servicio financiero que estaba muy concentrada en el factoring y la hemos diversificado bastante.

¿Hacia donde van las inversiones?

Nosotros siempre estamos mirando cosas, no tenemos en este minuto algo concreto. Estamos mirando un par de proyectos que mantenemos en reserva, estudiándolos. Pero con todas las contravenciones del momento en que vivimos, uno se pone un poquito más cauteloso. Tenemos un par de proyectos en perspectiva, que son medios ambiciosos, de fierro, productivos, estamos en eso, pero a nivel de estudio.

¿Cómo ve los últimos escándalos en los que se ha visto envuelto el empresariado? 

Yo creo que efectivamente hay que hacerse cargo de los errores que se han cometido, y yo no soy juez de nadie, lamento profundamente todos los hechos. Desde la ANFP hasta la colusión en el papel. El llamado mío es a que efectivamente el tema de la transparencia y el exigir una ética irreprochable a los actores sociales que participan en el mundo empresarial es una obligatoriedad transversal, y ahí cabemos todos. A mí las equivocaciones no me importan, todo el mundo se puede equivocar, y si son equivocaciones que ojalá no dañen a nadie. Y en el tema legislativo, las reglamentaciones vienen evolucionando, lo que hoy es delito ayer no lo era, sin embargo la ética debe ser constante, más allá de lo que hoy día dice la ley.

La pérdida de confianza ha sido horrorosa, hoy día ser empresario, que años atrás era un orgullo, hoy te confunden con un delincuente. Yo no he hecho nada para que me tilden de delincuente. Entre las actividades, las profesiones más desprestigiadas por todo este fenómeno que estamos viviendo, son el sacerdocio y el empresario, y lo lamento profundamente porque tiene que ver con que se ha faltado a la ética en cosas que no ha habido transparencia, que en algunos casos ha ido francamente a un delito descabellado, como la ANFP, que son cosas que golpean y eso ha hecho que hoy día tengamos muy poca credibilidad por la falla de unos pocos y es lamentable y yo creo que hay que reconquistar eso.

¿Cómo se hace?

Con una mayor exigencia de transparencia. Yo lo resumo: transparencia en todos los actos de la vida y la ética que tiene que ser irreprochable. Yo soy de los que creo que cuando uno se afeita en la mañana se mira al espejo, trampa en el solitario no hay, los que se portan mal, tienen clarísimo que se portaron mal. Y aquí lamentablemente pagan justos por pecadores y el daño que se ha hecho a la confianza es tremendo. Debe haber algunas personas que lideren el recomponer las confianzas, que seamos creíbles y eso es una labor comunitaria.

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