La cruzada del gobierno de Brasil contra las tasas altas




En Brasil, las señales en los centros comerciales llaman a los clientes a comprar todo desde relojes a refrigeradores en cuotas "sem juros", es decir, sin interés.

Pero la mayoría de la gente sabe que el interés sigue ahí, incluido dentro del precio, y está en abundancia en un país cuyas tasas de interés reales son las más elevadas de cualquiera de las mayores economías. De hecho, las tasas de interés son tan exorbitantes en Brasil -el costo de un sobregiro bancario alcanzó 188% el año pasado- que la presidenta Dilma Rousseff ha comenzado una campaña para forzar a los bancos a recortarlas como parte de las medidas para reavivar una economía en desaceleración.

"Para aquellos que tienen dinero es un tema diferente que para la mayoría, no podemos hacer nada excepto sufrir las altas tasas", plantea una abogada comprando en la Avenida Paulista.

La cruzada de Rousseff y sus ministros contra las altas tasas se produce en momentos en que el banco central ha estado haciendo su labor al recortar la tasa Selic, la tasa de interés de referencia del gobierno para la economía.

En la última medida, el banco central recortó la tasa de interés a 9% el miércoles en la noche, desde un peak el año pasado de 12,5% y señaló que podría haber más recortes. "Tenemos que derribar ciertas barreras para nuestro crecimiento sostenible. Esas barreras pueden resumirse de manera muy sencilla como la necesidad de reducir las tasas y spreads a niveles internacionales", planteó Rousseff.

El gobierno, preocupado acerca de una caída en el crecimiento económico desde 7,5% en 2010 a 2,7% el año pasado, ha presionado a los bancos estatales a recortar las tasas de crédito. Ahora los bancos privados están siguiendo su ejemplo. Los bancos extranjeros HSBC y Santander han recortado algunas de sus tasas y se espera que los bancos locales Itaú y Bradesco hagan lo mismo.

El banco central ha dicho que las tasas más bajas están justificadas por una inflación moderada, la cual ha caído a niveles cercanos a 5% luego de casi incumplir el rango meta de 4,5% + ó - 2 puntos porcentuales en diciembre pasado.

En su decisión del miércoles en la noche, el banco central también apuntó a un débil panorama económico global como otra razón para mantener las tasas bajas.

Sin embargo, los economistas están divididos acerca de si forzar las tasas a la baja es una estrategia sostenible. Las altas tasas de interés de Brasil son resultado de su historia de inflación desatada, el creciente gasto del gobierno y otros factores, como la indexación de los salarios a la inflación y el crecimiento del PIB.

Los economistas también dicen que la estructura económica de Brasil, con sus mínimos récord de desempleo, generosos incrementos de salarios anuales y bajas tasas de inversión, está creando demanda en vez de oferta.

El último problema del gobierno es político. Si la tasa Selic cae muy por debajo del 9%, los inversionistas dejarán de comprar bonos del gobierno y se cambiarán a poupanças (popular esquema de ahorros de Brasil, con una tasa garantizada de retorno de 6%), algo que no agradará a Rousseff.

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© The Financial Times Ltd, 2011.

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