Las difíciles decisiones de Hillary Clinton
Hillary Clinton lanzó ayer un libro con el tipo de tour de costa a costa que tiene todos los tintes de una campaña presidencial: desde entrevistas en televisión a apariciones en mega centros comerciales.
“Hard Choices” fue un fenómeno editorial incluso antes de su publicación ayer, con un millón de copias pre solicitadas por los retailers. Pero que sea un fenómeno político, sin embargo, todavía está por verse.
El libro tiene la parafernalia de un género clásico de Washington: tomos escritos por políticos que buscan neutralizar posibles vergüenzas de enredos políticos pasados que al mismo tiempo preparan el terreno para futuras campañas.
La ex secretaria de Estado - extraoficialmente la favorita como candidata presidencial demócrata para 2016- ha usado su libro para desmentir en los términos más claros su votación en 2002 como senadora para respaldar la guerra en Irak. Eso le costó muy caro al luchar contra Barack Obama en 2008 por la nominación presidencial demócrata.
Clinton también da señales de desacuerdos con la Casa Blanca sobre Siria y admite que se atemorizó en privado de que Estados Unidos cayera en un impago de su deuda, y que perdiera su enorme credibilidad a nivel global, durante la crisis de presupuesto de agosto de 2011.
Un capítulo entero está dedicado al ataque fatal al consulado de Benghazi, en Libia en 2012, un tema que los republicanos todavía persiguen en el Congreso.
Al publicar su libro de cara a una posible participación en la carrera presidencial de 2016 -que la devolvería a la Casa Blanca, donde vivió por ocho años como Primera Dama- Clinton está siguiendo un rito para los políticos estadounidenses.
“Para cualquiera que quiera ser candidato presidencial, hay una presión enorme por escribir un libro”, dijo Norm Ornstein, del American Enterprise Institute.
Clinton tenía un camino delicado que seguir: escribir unas memorias plausiblemente honestas y atractivas sin pisar los pies de la administración Obama, para quien trabajó cuatro años como secretaria de Estado, o dando municiones a sus oponentes republicanos.
Clinton aseguró un avance de US$14 millones por el libro por parte de la editorial Simon & Schuster, apenas por debajo de los US$15 millones que su marido, el ex presidente Bill Clinton, recibió por sus memorias tras haber sido presidente (“My Life”), hace una década.
Fuentes de la industria editorial dicen que Clinton necesitará vender cerca de 1,5 millones de copias, además de 300 mil libros electrónicos, para que el libro sea rentable. Los pedidos que ya lleva el libro sugieren que ella lo logrará fácilmente.
Pocos libros de políticos se transforman en un éxito de ventas, algo que no ha evitado que las editoriales sellen acuerdos con todo el espectro. HarperCollins, parte del imperio editorial de Ruper Murdoch, por ejemplo, recientemente firmó un acuerdo con el senador republicano Ted Cruz, por US$1,5 millones.
“El dinero se ha disparado. Hace apenas 10 años, un avance de US$500 mil era considerado enorme”, dijo Mickey Herskowitz, quien ha co escrito libros para figuras públicas, incluyendo el presidente George W. Bush.
Pero de mayor importancia puede ser el impacto político de los libros, y la experiencia reciente muestra que puede ser traicionero. Mitt Romney usó un libro escrito por Rick Perry, el gobernador de Texas, y su crítica del sistema de pensiones estadounidense, para derribar a su entonces rival y garantizarse la nominación republicana en 2012.
Los republicanos se han asegurado de estar preparados para el libro de Clinton. En una era política en que las campañas se aseguran de contestar siempre, un grupo activista republicano, America Rising, también se cercioró de que el libro no quede sin responder. Su libro, nombrado “Failed Choices”, se está publicando en paralelo al de Clinton.
COPY RIGHT FINANCIAL TIMES
© The Financial Times Ltd, 2011.
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