Mercado laboral, productividad e inflación serán las claves para Estados Unidos

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FILE PHOTO: People shop in Macy's Herald Square during early opening for the Black Friday sales in Manhattan, New York, U.S., November 23, 2017. REUTERS/Andrew Kelly/File Photo GLOBAL BUSINESS WEEK AHEAD. SEARCH GLOBAL BUSINESS 27 ...

La Reserva Federal podría verse obligada a acelerar el alza de tasas, si la economía sigue sorprendiendo con su ritmo de recuperación.




Ha desafiado todos los obstáculos. Alarmas de una burbuja financiera, pronósticos pesimistas sobre la temporalidad de su repunte, huracanes y tormentas, y hasta la llegada de un polémico presidente, defensor de una política comercial proteccionista. La economía de Estados Unidos se ha disociado de todo esto para sorprender con un sólido crecimiento este año. Todo parece dado para que la tendencia continúe en 2018.

Aunque el presidente Donald Trump no ha podido avanzar mucho (si es que algo) en sus planes de estímulo fiscal, esto ha sido reemplazado por una mayor inversión del sector privado. Este 2017, la inversión se ha elevado un 4%, tras haberse contraído en 2016. Para el próximo año, el panorama es alentador, afirma el Conference Board. El think tank económico proyecta que la economía estadounidense cerrará el año con una expansión de 2,8% y el próximo año, con un 2,5%. Si bien habría cierta desaceleración, esto no impediría que Estados Unidos sume los dos mejores años de desempeño económico desde 2005. Por el contrario, Goldman Sachs apunta a un mayor crecimiento, pasando de una expansión de 2,2% a 2,5% en 2018.

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"Las preguntas claves para el próximo año es cuán fuerte será el impulso fiscal, si el aumento de la inversión seguirá siendo robusto; si eso se traduce en un repunte de la productividad; y si la inflación finalmente subirá y en cuánto", plantea Credit Suisse, que comparte el optimista pronóstico de su par estadounidense.

Tal como lo plantea el banco suizo, una de las mayores incógnitas que pesa sobre las proyecciones para Estados Unidos es la incertidumbre en torno a las medidas de estímulo fiscal y la reforma tributaria que impulsa la administración de Trump.

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El economista jefe para Estados Unidos de Goldman Sachs, Jan Hatzius, cifra en 80% la probabilidad de que el Congreso alcance un acuerdo sobre la reforma tributaria en enero. "Los efectos de la reforma tributaria en la economía deberían, sin embargo, ser modestos. Estimamos que los cambios en la política fiscal el próximo año impulsarán el crecimiento en 0,4 puntos porcentuales a 2019. Casi la mitad obedecería a la reforma tributaria", plantea.

Hasta ahora no hay certeza del texto final de la reforma tributaria, en plena negociación actualmente en el Congreso. Se ha planteado hasta ahora la reducción del impuesto a las empresas, eliminar algunos impuestos al consumo e incluso una reducción tributaria para la repatriación de capitales en el extranjero. Trump, además, anunció la semana pasada que, una vez aprobado el tema tributario, la Casa Blanca presentará su plan de inversión en infraestructura, que significaría un impulso a la industria de la construcción y un aumento de la inversión.

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Misión para la Fed

El plan de infraestructura también podría impactar al mercado laboral. El desempleo ya alcanzó 4,1% en octubre, un nivel no visto desde el año 2000. Mientras el FMI proyecta que el mercado laboral continuará más o menos estable, Goldman Sachs prevé una mayor caída del desempleo, hasta una tasa de 3,5% en 2019. Algo sin precedentes desde finales de los '60.

"Un mercado laboral más ajustado debería redundar en una renovada presión salarial, que podría impulsar el gasto a finales de 2018. El posible recorte tributario también podría contribuir a esto", concluye el Conference Board.

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Es precisamente por la fuerte evolución del empleo que el think tank, al igual que Goldman Sachs y UniCredit, anticipan que la Reserva Federal deberá pisar el acelerador de su programa de normalización monetaria. Erik Nielsen, economista jefe del italiano UniCredit, proyecta que habrá al menos tres alzas de interés el próximo año, de alguna forma también necesarias para contener el estímulo extra temporal que significaría el plan fiscal de Trump.

Hasta ahora, la fuerte confianza empresarial ofrece señales positivas, pues las empresas están apostando por invertir en mejorar la eficiencia. El aumento de la productividad debería moderar el impacto de un fuerte aumento del empleo en la inflación. Sin embargo, la amortiguación sería moderada. Para Credit Suisse, la fortaleza del mercado laboral conducirá inevitablemente al esperado aumento de la inflación. A pesar de tasas en cero durante años, un estímulo monetario de US$4,5 billones desde 2008, y el repunte económico, el indicador favorito de la Fed para medir la inflación cayó a 1,3% en octubre. La propia presidenta saliente de la Fed, Janet Yellen, declaró que la baja inflación "es un misterio", y que, si bien el emisor espera un repunte el próximo año, igual "no estamos tan seguros". Sin embargo, algunos analistas sí proyectan que el próximo año la inflación finalmente alcanzaría el 2% que la Fed ha fijado como objetivo.

El riesgo, se plantea ahora, ya no es que la economía caiga nuevamente en recesión, sino todo lo contrario. "La recuperación se está convirtiendo en algo "demasiado bueno", y contener un posible sobrecalentamiento de la economía será una prioridad más urgente a partir de 2018", advierte Hatzius.

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