Mundial: cuatro buenas razones para revisar su apuesta por Brasil
Si usted tuviera que apostar su último dólar en este Mundial de Fútbol, lo pondría en Brasil. El anfitrión, que abrirá el torneo contra Croacia en Sao Paulo mañana, debe ser el campeón más probable. Su equipo es bueno, ningún rival luce invencible, y la ventaja de estar en casa vale el promedio de dos tercios de un gol por partido en el fútbol internacional.
Los corredores de apuestas tienen a Brasil de favorito, pero con una probabilidad de 3-1. Esto implica que ellos piensan que Brasil probablemente no va a ganar.
Tiene sentido: los Mundiales son crueles con los favoritos, y se han vuelto menos amables con los anfitriones. He aquí por qué la base global de fanáticos de Brasil debería tener miedo.
Los promotores de Brasil sacan a relucir la estadística de que los seis Mundiales anteriores realizados en Latinoamérica fueron ganados por equipos latinoamericanos. Pero eso fue entre 1930 y 1986, y desde entonces el fútbol ha cambiado.
Hoy los equipos visitantes se sienten más a gusto. Sólo una de las últimas ocho Copas del Mundo ha sido ganada por el anfitrión.
El segundo problema de Brasil: un Mundial es tan corto que la suerte juega un papel importante. Eso a menudo confunde a los favoritos. Si el torneo duró 38 partidos, como la Premier League inglesa, Brasil probablemente ganaría. En cambio, el ganador jugará sólo siete partidos. Un mal arbitraje y el mejor equipo puede irse. En cualquier caso, los favoritos en el fútbol pierden con más frecuencia que en el rugby, el basquetbol o el tenis.
La tercera razón para apostar en contra de Brasil: su equipo. Pocos brasileños podrán argumentar que la formación actual podría coincidir con el equipo que ganó el último Mundial en 2002. Es preocupante cuando el arquero, Júlio César, juega para el Toronto FC.
Por último, está la falla brasileña, explotada por varios rivales europeos en los últimos mundiales. Los equipos europeos hoy defienden con 11 hombres. El pragmático entrenador de Brasil, Luiz Felipe Scolari, aspira a eso, pero no es así en la mente de sus jugadores. Scolari recordará la noche de 2002 en que la valiente y pequeña Bélgica casi derrotó a su gran selección.
Antes de los cuartos de final entre Brasil y Francia en 2006, el seleccionador francés Raymond Domenech aconsejó a sus jugadores: “Nunca dejen que ellos tengan la pelota. Gánenla lo más rápido posible y nunca se las den”, acotó, agregando que los brasileños con la pelota son aterradores. En cambio, aconsejó hacerlos ir a buscar la pelota. “A los brasileños no les gusta defender”, lo que les permitirá ir rápido. ¿Ves a alguien como Ronaldo correr a lo largo del campo detrás de la pelota? Los atacantes brasileños no se cansan en la defensa. Ese es su punto débil. Así es que si dominan la pelota, va a hacer lo que quieran con ellos”. Francia ganó 1-0.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, frente a las elecciones de octubre, estará esperando que sus jugadores muestren un poco de disciplina europea.
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© The Financial Times Ltd, 2011.
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