Adultos mayores superan por primera vez a menores de 15 años y crece tasa de dependencia
Según datos de Casen 2017 analizados por PULSO, las personas de 60 años o mayores llegan a 3,4 millones y ya son el 19,3% de la población. Escenario no hace viable un sistema de pensiones de reparto.
El porcentaje de personas adultos mayores en el país está aumentando rápidamente, debido a la mayor esperanza de vida en el país y la reducción de la tasa de natalidad.
Este escenario cumple ahora un nuevo hito. Según la información de la base de datos de la encuesta Casen 2017, el número de personas de 60 años y más superó por primera vez a los menores de 15 años.
El sondeo, que terminó su trabajo de campo en febrero del presente año, muestra que los de 60 años y mayores totalizan 3.439.599 personas (el 19,3% de la población total), cifra levemente por encima de los menores de 15, que llegaron a 3.427.068 (19,2%).
Sin embargo, la tendencia de ambas curvas muestra claramente que la de los adultos mayores debería seguir aumentando, mientras disminuye la de los niños. La misma Casen muestra, según ya se ha reportado, que el promedio de hijos por mujer llegó a 1,3, mientras en 2002 era de 1,6.
Con esto, el "Índice de Envejecimiento" -que es la tasa de personas de 60 y más años por cada 100 personas menores de 15 años- alcanzó 100,4 puntos, 14,4 puntos más que en 2015. En el caso de las mujeres es aún más alto, encumbrándose hasta 117,7 puntos.
Esta evolución es un poco más marcada en Casen que en el Censo 2017 (realizado en abril de ese año), donde se ve que las personas de 60 años o mayores llegaban en ese momento a 16,2%. Con todo, los datos más recientes de Casen además incluyen los niveles de ingresos y otros cruces relevantes para las políticas públicas.
De hecho, los datos de Casen muestran que la pobreza medida por ingresos es menor en las personas de 60 años o mayores, que en los demás grupos etarios, con un 4,5% (la tasa nacional es 8,6%). Sin embargo, al medir la pobreza multidimensional, que incluye además el entorno y las redes, el porcentaje de adultos mayores en esa categoría salta a 22,1%, 4,2 puntos porcentuales más que el grupo de entre 45 y 59 años, e incluso 1,4 pp más que el promedio total (20,7%).
Si se ve en más detalle a los mayores de 60 años, se evidencia, además, que mientras más edad se tiene disminuye el porcentaje que está en el quintil de mayores ingresos.
El investigador de Clapes UC, Hans Schlechter, señala que "una explicación para el empobrecimiento de la población en la tercera edad está relacionada con la dependencia severa", lo que se ha ratificado en varios estudios, como el Estudio Nacional de la Dependencia en las Personas Mayores.
De acuerdo con los nuevos datos de Casen, el índice de dependencia demográfica -que es la relación entre la población en edades potencialmente inactivas o dependientes, y que incluye a los menores de 15 y a las personas de 60 años, respecto de la población en edad activa- llegó a 62,8 puntos, su mayor nivel desde 1996, impulsado casi mitad y mitad por los dos grupos etarios de los extremos. Hace 22 años, la tasa de los niños era casi 3 veces más alta que las de los mayores.
Otra razón para el empobrecimiento de las personas de mayor edad está en las bajas posibilidades de acceder a empleos remunerados, el gasto en salud aumenta considerablemente, lo que estaría asociado a un mayor nivel de pobreza en edades más avanzadas, puntualizan desde Clapes.
Reparto
Tal como ya varios expertos han argumentado, el envejecimiento de la población es un factor clave a considerar cuando se diseñan e implementan cambios al sistema de pensiones. Así, ad portas de que el gobierno entregue su propuesta de reforma y se retome la discusión en este aspecto, estas cifras cobran más relevancia.
La propia Comisión Bravo -durante el gobierno pasado- indicó que "evidentemente, la perspectiva de largo plazo es esencial para la viabilidad y sostenibilidad financiera de un sistema de pensiones, un aspecto que es esencial para poder efectivamente asegurar sus beneficios a las futuras generaciones".
Es más, uno de los argumentos para rechazar la propuesta C de la Comisión Bravo (que planteaba un sistema de reparto) señaló que "el paso a un sistema total de reparto reduce el ahorro y la inversión, algo muy problemático cuando la fuerza laboral enfrentará una importante declinación a partir de las proyecciones demográficas.
En este contexto, Schlechter afirma que "en un contexto de envejecimiento poblacional, un sistema de capitalización individual presenta mayores ventajas en la sustentabilidad respecto de sistemas de reparto (...) los costos de financiamiento de un sistema de reparto serían cada vez más altos".
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