América Latina después de la guerra contra el Covid-19
El impacto de la pandemia se sentirá durante años. Y un área en la que quedarán marcas lejos en el futuro de América Latina es en los equilibrios fiscales. Hasta ahora, la respuesta económica global a Covid-19 se asemeja a una guerra. Como en cualquier guerra, las restricciones monetarias y presupuestarias tradicionales han sido arrojadas por la ventana. El objetivo es detener la hemorragia lo antes posible.
En los últimos 30 días, países de todo el mundo han lanzado paquetes de gastos históricos. Las estimaciones de la respuesta fiscal a la crisis de Covid-19 a nivel mundial ya suman un asombroso 4% del PIB. La expansión fiscal en los mercados desarrollados asciende al 5% del PIB, los países emergentes no se quedan atrás. Hasta el momento, América Latina ha asignado una flexibilización fiscal discrecional, en una avalancha de gastos para detener el colapso económico, de alrededor del 2% del PIB.
Dentro de América Latina, la intensidad de las respuestas varía y reflejan la salud fiscal anterior al Covid-19. Países como Perú y Chile han comprometido 7% y 4,7% del PIB, respectivamente. Los países con poco espacio fiscal para maniobrar, como Brasil y Colombia, han comprometido el 2,7% y el 1,3%, más modestos. Argentina, que está casi en mora de su deuda, ha tenido problemas para comprometer el 1,5% de su PIB. México no ha anunciado un plan fiscal significativo, pero se espera que esto cambie en cualquier momento, a medida que la presión política va en aumento.
La gran lección del momento es que aquellos países que practicaron prudencia fiscal en las últimas décadas son justamente aquellos que ahora pueden utilizar la mayor cantidad de recursos para ser socialmente responsables. Todavía estamos en una fase inicial para comprender lo que los gastos en respuesta al Covid-19 significarán para los presupuestos públicos en América Latina a mediano plazo. Proyecciones de mercado para el tamaño que alcanzarían las deudas públicas como porcentaje del PIB a fin de año Brasil (91%), México (65%), Ecuador (65%), Colombia (58%), Perú (39%) y Chile (39%) sugieren que muchos en la región saldrán en una situación de mayor inestabilidad fiscal. Esta crisis invita a un nuevo compromiso con la transparencia de los gastos fiscales y medidas institucionales que fuercen a los estados a una vez superada esta crisis, prepararse nuevamente, acumulando espacio fiscal para enfrentar la próxima.
*Directora Espacio Público y Economista jefe TRG Management
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