Argentinos inundan Chile y Brasil ante ventaja cambiaria para comprar e ir de vacaciones
El cambio dramático se produjo desde que el presidente libertario Javier Milei asumió el cargo a fines de 2023, iniciando una dura política de austeridad y una campaña de “déficit cero” que ha ayudado a impulsar al peso, que durante la última década estaba debilitado, abaratando los costos locales en dólares.
En los centros comerciales de Santiago de Chile y en las playas de Brasil, los argentinos están comprando ropa y electrónica, aprovechando los precios más baratos en el extranjero, dado que los costos internos en dólares han aumentado debido a la moneda local más fuerte.
El peso se fortaleció durante la segunda mitad del año pasado en los mercados alternativos que la mayoría de los argentinos utilizan para eludir estrictos controles cambiarios.
El tipo oficial controlado por el banco central se debilitó en el año, pero lo hizo a un ritmo mucho más lento que el nivel de inflación, lo que elevó el costo relativo de los bienes. Mientras tanto, el real de Brasil cayó a un nivel récord.
“Argentina se volvió cara, el tipo de cambio volvió a atrasarse en un mundo donde el dólar se está fortaleciendo”, dijo la economista Marina Dal Poggetto, de la consultora EcoGo.
“El tipo de cambio financiero en la previa de la elección (presidencial de 2023) llegó a valer a precios de hoy 3.000, lo que hoy vale 1.000. Cuando valía 3.000 a precios de hoy, estaba lleno de uruguayos, de brasileños, de chilenos. Bueno, este año las vacaciones de los argentinos van a ser en Brasil”, agregó.
Frente al estadio Maracaná de Río de Janeiro, Fernanda Montaño explicó que eligió vacacionar en el extranjero porque la beneficiaba el tipo de cambio. “Nos salía mucho más barato vacacionar acá que en Argentina”, destacó.
“Ayer estuvimos en el shopping y quedamos muy sorprendidos con la diferencia de precios en electrodomésticos. No podemos llevarnos cosas porque vinimos en avión, pero es mucho, mucho más barato”.
El cambio dramático se produjo desde que el presidente libertario Javier Milei asumió el cargo a fines de 2023, iniciando una dura política de austeridad y una campaña de “déficit cero” que ha ayudado a impulsar al peso, que durante la última década estaba debilitado, abaratando los costos locales en dólares.
Sus reformas lograron estabilizar a la tercera economía más grande de América Latina, que está empezando a salir de una dolorosa recesión. La inflación de tres dígitos está empezando a enfriarse.
Los precios argentinos de algunos bienes han estado distorsionados durante mucho tiempo por los controles cambiarios y los altos impuestos, pero ahora casi todo es más caro.
Un Big Mac -utilizado a menudo como índice del nivel de precios- puede costar hasta 7.600 pesos en Argentina (US$7,37 al tipo de cambio oficial), frente a unos US$4,49 en Brasil, US$5,56 en México o US$6,78 en Uruguay, conocido por sus altos precios. En Brooklyn cuesta US$6,89.
Los precios varían entre puntos de venta, incluso dentro de la misma ciudad.
En Chile, los argentinos estaban comprando jeans Levi’s y zapatillas Nike, entusiasmados por ahorrar, según decían, cientos de dólares.
“Recién le compré a uno de mis hijos una zapatilla botín acá en Nike y la pagué alrededor de 25 a 26 dólares y allá tenés que hablar del mismo calzado arriba de los 100 y 150 dólares más o menos, es mucha la diferencia”, explicó Melanie Galarza a la salida de un local en un centro comercial de Chile.
Reuters vio un termo popular de la marca Stanley en Chile por $55.000 (US$56) frente a 140.000 pesos argentinos en Buenos Aires (US$135). Una caja de lujo de maquillaje y cremas faciales Lancome costaba unos US$160, frente a los US$726 que cuesta en Argentina.
McDonald’s Corp, Nike Inc, L’Oreal SA , propietario de Lancome, y Stanley, con sede en Estados Unidos, no respondieron de inmediato a solicitudes de comentarios.
El peso oficial de Argentina se debilitó alrededor de un 22% el año pasado, muy por debajo de la inflación estimada en alrededor de 118%. Eso hizo que los restaurantes, las tiendas y el combustible se sintieran mucho más caros en términos de dólares que hace apenas un par de años.
La tendencia es un riesgo potencial para el gobierno, que está tratando de fortalecer las escasas reservas del banco central. El déficit del sector de servicios de Argentina se disparó en octubre, impulsado por el gasto en viajes. La fortaleza del peso también aumenta la presión para devaluar.
Una fuente del banco central, que pidió no ser identificada, dijo que la entidad estaba tranquila sobre la tendencia del turismo, con un gasto en el extranjero “dentro de las estimaciones”. Según la fuente, los argentinos gastan fondos propios, adquiridos a través de mercados de divisas paralelos, lo que significa que no afectó al nivel de las reservas.
El Gobierno de Milei también sostiene que los precios internos deben bajar y lo harán con una competencia más abierta. El mandatario favorece firmemente el libre mercado, incluso si eso tiene un costo a corto plazo.
Paula Cristi, gerente general de la firma de viajes Despegar para Argentina y Uruguay, dijo que se nota el interés de los argentinos por viajar al exterior, especialmente a Brasil a medida que comenzaba la temporada de verano, impulsados por “el cambio favorable”.
“Este fenómeno se evidencia en que durante las últimas semanas, casi un 50% de las búsquedas generales para viajar fuera de la Argentina, han sido para este destino”, agregó.