Big Data
Al presentarse ya el número 150 de nuestra Revista Universitaria UC, este tema adquiere una relevancia especial.
Big data es la nueva fuente de poder de nuestra sociedad, una nueva revolución tecnológica que ha experimentado el mundo, en la que nos encontramos con retraso en el país.
Se requiere que la enorme cantidad de información que representa el Big Data esté al servicio de los ciudadanos, por lo que se debe trabajar para que este análisis de datos sea de calidad.
En un mundo complejo, lleno de información, el Big Data aparece como un paraguas en un torrente de datos o bytes. El desafío es disponer de mecanismos para descubrir y analizar estos datos complejos.
En Chile nos encontramos en una etapa previa de creación de modelos para tomar decisiones, y para que en políticas públicas se base en datos objetivos, la forma de análisis de estos debería ser de escrutinio público.
Facilitar el acceso de la población a los servicios del Estado es una gran deuda, ya que el análisis y tratamiento de los datos son cruciales para la transparencia.
Así, existe un proyecto de Transformación Digital a través de su modernización, que incluye experiencias en el Consejo para la Transparencia, el Poder Judicial y la Contraloría General de la República.
En el país hay varias experiencias interesantes, como lo es Data Chile, que integra, visualiza y distribuye datos públicos. En la UC, -aportando desde la academia-, acaba de iniciar su labor el Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional.
Recientemente, entró en vigencia el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea, lo que implica reconocer un cambio cultural que refleja el empoderamiento del ciudadano y la revalorización de los derechos individuales.
La globalización de la economía está generando nuevos estándares, ya que la interconectividad genera homologaciones de prácticas. En diversos países se están incorporando y protegiendo bienes y derechos vinculados con la vida privada.
En nuestro país, la protección de datos personales ha sido incorporada a nuestra Constitución, como una extensión del derecho a la privacidad.
Las megabases de datos pueden permitir el acceso a importante información como la historia clínica, financiera o laboral de las personas.
Si bien existe un riesgo a que nuestros datos personales sean expuestos, la interconectividad también genera beneficios y oportunidades: estudios de medioambiente, enfermedades, encuestas sociales y de bienestar, plataformas comparativas de precios de servicios y productos, entre otros.
Lo que se requiere, es una legislación y una institucionalidad que compatibilice la reducción de las posibilidades de mal uso de los datos y poder disfrutar de su conocimiento.
En Chile, debemos avanzar de acuerdo con el contexto mundial, por lo que se debe asegurar una óptima defensa de los datos personas, junto con permitir su análisis y desarrollo.
De acuerdo con la evidencia comparada, se requiere una agencia autónoma, con poder de decisión y prestigio, que permita asegurar el buen manejo de los datos personales.
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