Cinco edificios y contratos con 623 empresas: la operación de WeWork en Chile

”Ahora es el momento de impulsar el futuro abordando agresivamente nuestros arrendamientos heredados y mejorando drásticamente nuestro balance”, afirmó mediante un comunicado el consejero delegado de WeWork, David Tolley, luego de que la empresa se acogiera al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EEUU, una medida que busca reestructurar sus pasivos y darle viabilidad a la compañía.

La multinacional informó pasivos por US$18.656 millones y activos de US$15.063 millones en su presentación. Y además, comunicó que celebró un Acuerdo de Apoyo a la Reestructuración con acreedores que representan aproximadamente el 92% de sus bonos garantizados, con el objetivo de reducir su deuda financiera y acelerar el proceso de renegociación.

Sin embargo, el proceso sólo afecta a las operaciones en EEUU y Canadá. Desde WeWork Latam reafirmaron que lo ocurrido no afecta las operaciones de la empresa en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México. La operación en la región tiene otro controlador. “Esta decisión no afectará a nuestros miembros, su membresía, servicios o acceso a nuestros edificios en la región. Tampoco implica ningún cambio ni requiere que nuestros miembros tomen ninguna medida”, dijo WeWork Latam.

Además, destacaron los resultados obtenidos en la región. “WeWork Latam cerró la primera mitad del año con un aumento de más del 31% en nuestros ingresos en comparación con el mismo período del año anterior y logró un crecimiento de ingresos del 26% en el segundo trimestre en comparación con el mismo período en 2022″, dijeron.

Son 32 empleados los que mantiene la empresa en Chile, operación que es comandada por el country manager Víctor Parra, quien se integró a la compañía en 2020 como encargado de negocios, y en agosto de 2022 asumió su cargo actual. Parra es es licenciado en Ingeniería Industrial de la Universidad Javeriana, de Colombia, y antes de Chile dirigió las operaciones de WeWork en ese país. Desde esa posición le reporta a a Karen Scarpetta, CEO Spanish WeWork Latam (con sede en Colombia y México), quien a su vez reporta a Claudia Woods, que es la CEO de WeWork Latam (con sede en Brasil).

En Chile la compañía se constituyó legalmente en 2017, como WeWork Chile SpA, con un capital de US$ 1.000. Pero para 2022 dicho capital, según consta en el registro de comercio, se había incrementado a US$77 millones.

En su directorio, compuesto por tres personas, participa el mismo Parra, además de Daniela Buscaglia, jefa de asuntos legales de WeWork Latam, y Bruno Amaya, fiscal de WeWork Chile. Ambos son abogados chilenos y coincidieron años atrás en el estudio Bofill Mir & Álvarez Jana, que luego se dividió.

La compañía en Chile cuenta con cinco edificios -de los cuales son dueños-, todos en Santiago: Apoquindo 5950, Avda. Presidente Kennedy 4420, Mariano Sánchez Fontecilla 310, Galería Vivo y Plaza Costanera. En ellos mantienen contrato con 623 empresas y cuentan con 5.977 members, personas que pagan por una membresía para utilizar los espacios de trabajo disponibles en WeWork.

En 2022, el director de operaciones de la compañía para América Latina, Claudio Hidalgo, detallaba en entrevista con Pulso que en la región tenían 85 edificios y contaba que “en Chile hicimos un ajuste del portafolio de edificios que teníamos, porque en este modelo de crecimiento acelerado cometimos errores también. La velocidad era más relevante que la calidad en términos de locación. Parte del trabajo que hicimos en 2020-2021 fue ajustar nuestro portafolio de edificios”. Hacia adelante, decía Hidalgo, “nuestro foco en Chile es hacer rentables las ubicaciones que tenemos, y en 2023 nuestro foco es de expansión”.

La operación en el país se encuentra bajo la sociedad LatamCo, compañía que es controlada por un joint venture entre WeWork y su controlador, el conglomerado japonés SoftBank. La sociedad es dueña de los negocios en Argentina, México, Brasil, Colombia y Chile.

En su presentación de resultados del primer trimestre, la empresa informaba de 777 locaciones a nivel global, con EEUU y Canadá representando el 38% de los ingresos, UK el 16%, mercados emergentes, el 11%, y la región Asia Pacifico, el 9%. En el caso de Latinoamérica, se informó que la región en su conjunto significó el 7% de los ingresos, con una contribución al margen del 9%.

Pero la ocupación en Latinoamérica llegaba al 70%, por sobre el 69% de USA y Canadá, por ejemplo. Dicho porcentaje sería el que mantendría la operación en Chile.

Con la solicitud para acogerse al Capítulo 11 de la lLey de Quiebras de EE.UU., la compañía de alquiler de oficinas y espacios de coworking fundada en 2010 por Adam Neumann y Miguel McKelvey, está lejos de su mejor momento: en 2019 llegó a valorizarse en US$47 mil millones. El viernes pasado su acción cerró en US$ 0,84 -la jornada previa a la declaración de quiebra-, muy por debajo del precio récord de US$14,97 dólares que marcó el día después de su debut bursátil.

En agosto la empresa dijo que para el segundo trimestre del año los ingresos llegaron a US$844 millones, 4% por sobre el mismo periodo del año previo, pero con una pérdida de US$397 millones, en tanto el Ebitda llegó a -US$36 millones, mejor que el Ebitda negativo de US$98 millones del mismo periodo de 2022.

A nivel semestral, las pérdidas fueron de US$696 millones, por debajo de las pérdidas de US$1.139 millones de los primeros seis meses de 2022. P