Columna de Josefina Montenegro: “Brasil, nuestro hermano mayor”
"¿Podremos los chilenos mirar a nuestro hermano mayor e imitarlo de alguna manera? Qué importante sería para nuestro actual momento político, económico y social, intentar esa altura de miras".
La semana pasada tuve la oportunidad de participar junto a la Cámara de Comercio de Santiago, en una misión empresarial organizada por la Sofofa y apoyada por la Embajada de Chile, en Brasilia y São Paulo.
El objetivo de la misión fue profundizar los ya estrechos lazos industriales y comerciales entre Brasil y Chile.
Nos reunimos con el vicepresidente de la República y ministro de Desarrollo, Geraldo Alckmin, con los máximos representantes de la Confederación Nacional de Industrias (CNI) y con los representantes de la Federación de Industrias de São Paulo (Fiesp).
Cabe recordar que Brasil es nuestro principal socio comercial en América Latina y el tercero a nivel mundial.
En el año 2022, nuestro intercambio comercial alcanzó un total de US$14.883 millones, lo que refleja un incremento del 21% en comparación al año 2021. Asimismo, las exportaciones totales de Chile a Brasil sumaron US$4.539 millones. Estas cifras son las mayores registradas en los últimos 6 años y equivalen al 74% del total exportado por Chile al Mercosur en el año 2022. Por su parte, las importaciones a Chile desde Brasil en 2022, totalizaron US$10.344 millones, con un alza del 33% respecto al 2021.
Según cifras Subrei, Brasil es el principal destino de inversión directa de Chile en el exterior con un stock acumulado entre 1990 y 2020 de US$37.915 millones, a través de 130 empresas, con más de 260 proyectos y 404.037 empleos creados, lo que equivale al 28% del total de las inversiones directas en el mundo.
Asimismo, contamos con un Acuerdo de Libre Comercio (ALC) firmado el 21 de noviembre de 2018, que entró en vigencia el 25 de enero de 2022. En este ALC, Brasil asumió por primera vez en un acuerdo bilateral de comercio, compromisos en materias como comercio electrónico, buenas prácticas regulatorias, transparencia y anticorrupción, cadenas regionales y globales de valor, género, medio ambiente y asuntos laborales.
Según se expuso durante la misión, Brasil vive hoy un buen momento democrático. El poder legislativo cuenta con un mayor protagonismo. Existe un ambiente adecuado de diálogo en torno a reformas económicas importantes. En efecto, la Cámara aprobó la tan anhelada reforma tributaria, que tendrá un impacto significativo en la integración impositiva de Brasil y cuyo principal objetivo es la simplificación. Dicha reforma se encuentra hoy en el Senado y se espera sea ley en el corto plazo.
Todo lo anterior, aun cuando el tercer mandato del Presidente Lula cuenta con 1/4 de apoyo aproximadamente en el Congreso.
También se escuchan perspectivas positivas para el gobierno. Se dice que el Presidente Lula en sus primeros dos mandatos tuvo como propósito erradicar la pobreza de Brasil y que en su actual mandato da a entender que la mejor política social es la del crecimiento económico.
La tasa de crecimiento anual es del 3,4%. La tasa de inflación es del 3,9%. El último índice de confianza empresarial alcanza al 53,2%.
El sector servicios muestra un mejor desempeño, apoyado por la constancia del mercado del trabajo que permanece en avance. El comercio ha respondido a los estímulos fiscales y a una inflación más moderada. Y se destaca una contribución positiva del sector externo para la actividad económica.
Quedé gratamente sorprendida con la altura de miras con la que los brasileños enfrentan sus relaciones industriales y comerciales, intentando dejar de lado sus complejidades políticas. Porque Brasil es un país complejo. Así, lo mencionó el vicepresidente de la República en una de las reuniones a las que asistimos: “Brasil es un país difícil de gobernar porque tiene muchos tipos de quesos, muchos partidos políticos y muchos impuestos”.
Sin embargo, se puede percibir la voluntad política de avanzar.
La CNI destacó acciones transversales en 9 temas principales: tributario; financiero; comercio e integración internacional; infraestructura; ambiente regulatorio, certeza jurídica y eficiencia del Estado; innovación y desenvolvimiento productivo; educación; relaciones laborales; y desarrollo regional.
¿Podremos los chilenos mirar a nuestro hermano mayor e imitarlo de alguna manera? Qué importante sería para nuestro actual momento político, económico y social, intentar esa altura de miras.
Se dice que la felicidad es el punto medio entre la expectativa y la realidad. Creo que Brasil está apuntando a la felicidad, y ¿nosotros?