Construcción lidera las nuevas contrataciones con subsidio al empleo en la capital

El subsidio al empleo ha sido el principal instrumento que el gobierno ha impulsado para reactivar el empleo, sin embargo, los resultados siguen por debajo de las expectativas iniciales que apuntaban a llegar a un universo de un millón de empleos. Esa cifra aún está lejos de cumplirse y por ello el Ejecutivo ha implementado una serie de cambios.

En primer lugar, se amplió el plazo de vigencia desde marzo a julio-agosto y se elevó el monto para la contratación que pasa de $270 mil a $290 mil para mujeres, discapacitados y jóvenes y de $160 mil a $260 mil en la línea regresa.

Con estos cambios, el Ejecutivo espera aumentar la cantidad de beneficiados, que al 1 marzo llegaban a 512 mil. De ese total, en la Región Metropolitana se contabilizan 292.109 mil, es decir, el 57%.

¿Qué sectores concentran el mayor uso de este beneficio? De acuerdo a un informe del Observatorio Laboral Metropolitana, que es una iniciativa del Sence de la Región Metropolitana y ejecutado por el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica, el sector construcción lidera en las nuevas contrataciones con subsidio al empleo en la RM totalizando poco más de 52 mil nuevas plazas laborales. Le sigue comercio con casi 30 mil y la industria manufacturera acumula 17.572.

Por otro lado, entre las actividades que menos han utilizado el subsidio para contratar personas está enseñanza (721); otras actividades de servicios (436); actividades artísticas y de entretenimiento (60).

La directora del Sence Metropolitano, Verónica Garrido, sostiene que estos sectores han sido precisamente los más afectados, “pero también los más dinámicos, ya que se han vuelto rápidamente a ponerse de pie y a utilizar los subsidios”.

Inactivos se desaceleran

Las cifras del subsidio al empleo han permitido también mejorar los indicadores globales del mercado laboral. Así, el reporte muestra que la inactividad en la Región Metropolitana tanto en hombres como mujeres se ha ido reduciendo aunque todavía lejos de los niveles prepandemia.

En el caso de las mujeres en edad de trabajar de la Región Metropolitana, el 48,7% es inactiva el último trimestre informado por el INE, (noviembre- enero) reflejando la situación de 1.652.094 personas. Respecto al trimestre más crítico de la crisis sanitaria (mayo – julio), se observa una diminución de 206.356 mujeres inactivas. Sin embargo, respecto al año anterior, en la región hay 245.724 mujeres inactivas más, que han salido de la fuerza de trabajo como consecuencia de la pandemia.

En el caso de los hombres, el 27% es inactivo, reflejando una caída de 0,3 puntos porcentuales y 7.326 personas menos, respecto al trimestre anterior.

En cuanto a los inactivos potencialmente activos, que son aquellas personas que podrían integrar la fuerza de trabajo a futuro, las cifras muestran una disminución de 1% respecto al trimestre anterior y un aumento de 23,4% en comparación con el año anterior. Ahora bien, desde el trimestre mayo – julio se ha ido reduciendo el total de inactivos potencialmente activos, alcanzando 376.082 personas el último trimestre en la capital.

Ángeles Morandé, coordinadora del Observatorio Laboral Metropolitano explica que la reducción de la inactividad de las mujeres depende, principalmente, de las medidas de confinamiento. “La mantención de estas señales de recuperación para el empleo femenino es sensible a las medidas de confinamiento y en particular para el caso de las mujeres, a la vuelta presencial de los niños a los colegios y jardines infantiles, que hasta ahora ha sido paulatina e inestable, y que sabemos, es uno de los puntos más críticos para la mantención de las mujeres en la fuerza de trabajo”, sostiene.

En cuanto a las perspectivas que tiene para el mercado laboral, Morandé subraya que “hay esperanzas que en el segundo semestre con la masiva vacunación se retomen con mayor intensidad las actividades, y las proyecciones económicas para el 2021 son favorables en el contexto de la crisis, lo cual debiera reflejarse en una recuperación del mercado laboral en su conjunto”.

Sin embrago, acota que “para el caso de las mujeres, esta recuperación puede ser incluso más lenta, por desempeñarse mayormente en actividades más golpeadas por la pandemia como el comercio y los servicios, en empleos peor pagados o inestables y con mayores niveles de informalidad”.