Director de la escuela de gobierno de la PUC: "El INE ocupa el penúltimo lugar en un ranking de los mejores pagados del sector público"
Osvaldo Larrañaga, asesor en el Censo 2017, indica que el ente estadístico solo supera al Sename. "Son las dos instituciones más postergadas", critica. Su diagnóstico: "Uno de los problemas que ha tenido el INE es que ha habido una secuencia de directores, siempre nombrados por el Presidente. Eso ha sido una mala práctica".
Hace 2 años que Osvaldo Larrañaga enfrenta un nuevo desafío como director de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica (PUC), cuya principal tarea es encontrar soluciones a los problemas públicos de todo tipo, desde el transporte a los asuntos de ética. Y está muy contento: "Es un honor bien grande que me hayan invitado -no estudié ni había trabajado antes en la PUC, más bien soy de la U. de Chile-, porque si no existe preocupación por los temas públicos, no hay desarrollo. No basta sólo con lo que haga el sector privado".
Desde esa tribuna, comenta los cambios que se están proponiendo al proyecto para fortalecer el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y entrega una primera mirada al nuevo capítulo de reforma laboral presentado por el gobierno.
"La discusión parlamentaria puede velar por los detalles que aseguren que constituya una ganancia para trabajadores y empleadores, sin que signifique imposiciones o precarización", acota.
¿Es necesario legislar en este ámbito?
- La revolución tecnológica que tenemos ad portas representa una amenaza significativa para muchos empleos, que podrían ser total o parcialmente reemplazados por tecnologías. Como lo ha dicho un influyente autor, el riesgo futuro para los trabajadores no es la explotación, sino la irrelevancia. Para confrontar la disrupción que viene en el ámbito del trabajo se van a necesitar políticas bastante más radicales que las que discutimos hoy día.
¿Qué planteó ante la Comisión de Hacienda del Senado sobre los cambios al proyecto del INE?
-Entregué tres opiniones. La primera, es que la forma del gobierno corporativo debiera ser funcional a que el INE tenga mayores capacidades y atribuciones. El segundo punto es que la evidencia internacional muestra que, en los países desarrollados donde hay buenas oficinas de estadísticas, existen distintos tipos de institucionalidad: autónomos o no, con distintos consejos, lo cual refleja que no es crítico el tema de cómo se gobierna si se está haciendo bien la tarea. Y, lo tercero, y que me amerita duda, es el hecho de que el presidente del consejo, que a su vez será el director del INE, sea elegido por el Presidente cada 4 años.
¿Por qué le preocupa eso?
-Porque eventualmente cada 4 años se puede cambiar el criterio, y uno de los problemas que ha tenido el INE es que ha habido una secuencia de directores, siempre nombrados por el Presidente, con una duración promedio de 2 años. Eso ha sido una mala práctica, porque han sido de calidad muy variada y cada vez que llega alguien, cambia las directrices, lo cual le hace muy mal a una institución que necesita fortalecerse. Esa es la parte más riesgosa de la propuesta.
Si las funciones están fijadas por ley, ¿por qué pueden cambiar las directrices según las personas?
-El peor ejemplo fue el Censo de 2012. Llegó un director que no sabía de Censo y tomó una mala decisión, y si bien uno puede decir que dentro del INE hay gente que pudo decir que no, igual primó el criterio del director y el tiempo demostró que fue una mala idea, tan mala que ha sido el único censo inhabilitado. No obstante las leyes, el poder que ejercen los directores, especialmente si son nombrados por el Presidente y tienen teléfono abierto con la Dipres (Dirección de Presupuestos), es alto. Por ello, preferiría que el INE fuese elegido por un mecanismo menos dependiente del criterio que cada Presidente tenga.
¿Qué le parece que los nombres pasen por el Congreso, que en general mantiene el binominalismo, y no sean elegidos por concurso público?
-No me preocupa que el Senado apruebe los nombres, pero sí que las personas tengan las capacidades necesarias para saber hacia dónde debe ir un instituto de estadísticas del siglo 21. Me preocupa que el perfil del consejero sea adecuado.
¿Quién debería cumplir ese rol?
-En alguna parte del proceso debiera haber una selección de naturaleza técnica, no sé si la Alta Dirección Pública (ADP) u otra instancia, pero debe haber una mezcla y si bien el Senado, que es la parte política decide, debiera haber un filtro previo que contenga los perfiles de competencia técnica.
Entre las atribuciones del nuevo Consejo estaría el validar las estadísticas de los otros ministerios, ¿estará capacitado?
-Por eso digo que no saca nada con tener un buen gobierno corporativo, si la institución no tiene las capacidades para cumplir la misión que le compete. Y el INE se ha venido quedando atrás, porque aunque sigue haciendo bien la pega tradicional, le faltan recursos. El rol de coordinación es necesario porque en los ministerios y agencias públicas se están produciendo muchas estadísticas y cada uno hace lo que cree mejor desde su punto de vista, no hay ninguna coordinación, nadie se preocupa que las cosas se dupliquen, etc.
¿El proyecto permite que el INE cumpla bien esa función?
-Lo que referí a la Comisión fue que si uno mira cuántas personas tienen remuneraciones relativamente altas en la administración pública, "los mejor pagados" están muy concentrados en el Banco Central, en el ministerio de Hacienda, en las superintendencias. Si se va rankeando, el INE ocupa el penúltimo lugar, ya que solamente supera al Sename, son las dos instituciones más postergadas. Eso da idea de que cuando se habla de insuficiencia no es culpa de la gente que está dentro del INE, sino que el Estado ha tendido a darle baja prioridad a esta oficina.
Ud. planteó un INE para el siglo 21. ¿Hacia dónde debe apuntar?
-Hoy tenemos tres tipos de datos. Uno, es lo que hace el INE: Censo y encuestas, lo tradicional. Otra fuente son los datos administrativos que distintas agencias públicas van recogiendo para fines propios, como la información tributaria que tiene el SII, o la información de cotizantes en la superintendencia de pensiones, que pueden cruzarse con el RUT. Acá estos datos no se ocupan, mientras que desde 1970 Dinamarca ya no realiza censos porque puede contar a sus habitantes con los datos administrativos. En Chile debiera ser el INE quien haga ese trabajo.
¿Y lo tercero?
-Es la huella digital: hoy se produce una cantidad infinita de datos en las redes sociales, en los motores de búsqueda, en los censores que marcan localización como Waze, etc, que ya están siendo utilizados por las empresas privadas, por las campañas electorales. Las oficinas de estadísticas del mundo desarrollado están discutiendo como aplicarlos, y en Chile aún ni comenzamos a hablar. No nos podemos quedar en la encuesta y el Censo, sino que el INE tiene que subirse a lo que está pasando hoy.
¿Qué evaluación tiene de la actual tensión entre el INE y el Gobierno por las cifras de empleo?
-Eso es reflejo de la insuficiencia del INE. El INE debiera estar usando los registros administrativos, que no reemplazan a la encuesta, pero la complementa. Imagino que no lo hace porque no tiene los recursos humanos suficientes, o porque están apagando incendios diarios.
¿Está actuando bien la autoridad en sus cuestionamientos?
-Un activo del país es la confianza del público en la estadística oficial. No hay que olvidar que el INE argentino se degradó totalmente por injerencia del gobierno. Chile ha estado muy lejos de eso, pero cada vez que se le dice al INE "no está cumpliendo bien el trabajo", tiene el riesgo de hacer perder la confianza en la estadística pública, y una vez que se pierde, es súper difícil recuperarla. Lo que el ministro debiera hacer es reunirse personalmente con la dirección del INE y pasarle esa información, no tiene por qué decírselo por la prensa.
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