Ditucí: hijos de la pandemia

DITUCI
FOTO : FRANCISCO PAREDES

Juan Pablo y Eduardo se conocían hace 10 años, pero no habían hecho negocios juntos. En medio del confinamiento por Covid, compartieron una cerveza por videollamada. Y en esa conversación concluyeron que las pymes y pequeños emprendedores no estaban aprovechando el crecimiento del e-commerce. Hoy, su startup proyecta facturar US$2 millones en 2022 y ya están con un pie en México.


Marzo de 2020. Chile aún no se recuperaba de los cambios que trajo el estallido social de octubre del año anterior y llegaba una pandemia mundial como nunca antes se había visto. La gente se acuarteló en sus casas. Los colegios y universidades se cerraron físicamente y muy pocos trabajos siguieron de manera presencial. Un poco por obligación y un poco por comodidad, las personas comenzaron a comprar mucho más por internet. Había que evitar ir a los supermercados y no se podía entrar a los restaurantes. En muchos condominios y edificios llegaba un repartidor cada 30 minutos.

“Yo veía como los grandes jugadores del retail podían sin problema llevar sus productos a los consumidores. Pero los proveedores chicos tenían pocas posibilidades de vender directamente. Y si alguien de Santiago quería comprar un producto de otra ciudad, las entregas se hacían entre 3 y 5 días”, recuerda Eduardo Bentjerodt. Justo en ese momento él estaba con su startup Time Jobs, una plataforma que une a empresas con trabajadores temporales. “¿Cómo van a sobrevivir esas pequeñas empresas cuando todo el mundo avanza a hacer las entregas en 2 o 3 horas?” le preguntó su amigo Juan Pablo Oyarzún, que en ese entonces había dejado hace poco un cargo de dirección en la consultora Accenture.

Ambos se conocían hace una década y tras esa conversación, que tuvieron en una reunión online donde “compartieron” una cerveza, se gestó la idea de crear Ditucí (juego de palabras de “direct to consumer” o D2C). Era octubre de 2020. La pandemia estaba generando una gran cantidad de nuevos emprendimientos. Todos los días se creaban nuevos perfiles en Instagram ofreciendo cosas. “De manera muy rústica, pero con muchas ganas y empuje. Tenían la cancha terriblemente pesada. No había ninguna posibilidad de competir mano a mano contra los grandes retailers, metacurriers o contra las grandes empresas que tenían su centro de operaciones establecido en Santiago, que es donde se mueve el 60% del e-commerce”, explica Bentjerodt.

Justo la empresa Almacén Gurú le había pedido a Time Jobs que armara una dark store para varios productos. Eso fue el aliciente para que Ditucí tomara ese camino. En resumidas cuentas, esta startup ofrece servicios D2C a pymes, encargándose de todo el proceso de “punta a punta”, desde la conformación de su plataforma de eventas online hasta el delivery de sus productos, los cuales se despachan desde su dark store ubicada en Las Condes. La promesa es entregarlos antes de 24 horas. “Muchas de estas empresas saben hacer bien sus productos, pero no tienen idea de logística, comercialización o marketing. Les cuesta mucho vender o hacer que la gente sepa que existen. Ahí es donde entramos nosotros”, complementa Oyarzún.

Partieron con capital propio y rápidamente lograron ganarse un fondo de Start-Up Chile. En septiembre de 2021 -y con nueve meses de vida- consiguieron su primera ronda de inversión por US$500 mil, en la que participaron varios amigos, entre ellos Jorge Encina, exCEO del Grupo Alto, quien hoy lidera el venture capital Indeed, que ha invertido en más de una docena de startups en el último año y medio.

Actualmente, tienen cerca de 90 marcas/clientes que desarrollan una gran variedad de productos hechos en Chile, como snacks veganos, kombuchas, productos de belleza, chocolates de autor, piscos premium, infusiones, bebidas energéticas, miel del sur, pijamas, productos del mar e incluso, relojes hechos con madera reciclada en la Patagonia, por nombrar algunos. El modelo de negocio se basa en el cobro de un porcentaje de entre 10% y 14%. Y la promesa es que alguien compra en Santiago recibe el mismo día y, en la zona oriente, entre 3 y 4 horas. También tienen alcance de 24 horas desde La Serena a Puerto Montt.

“Finalmente, logramos armar un ecosistema de marcas que nos permite tener un mix de productos, lo que nos hace proyectar la creación de un marketplace prontamente. Los mismos clientes nos van llevando a la evolución de este nicho”, indica Bentjerodt. Oyarzún complementa casi como una declaración de principios: “La idea es darle la oportunidad a las marcas de tener el poder de venta, que hoy tiene el gran retail y las aplicaciones. Si en todo el mundo el mercado está desintermediándose, en el retail se está intermediando cada vez más. En vez de ser el gallo cabrón que en el fondo le quita la novia al galán, somos el amigo que le hace gancho y tratamos de llevarle consumidores, de mejorarle el panel y tratar de que el tipo se relacione de forma más directa con sus consumidores”.

Ahora se encuentran en plena búsqueda de espacios más grandes para sus dark stores y están en una negociación con una gran inmobiliaria para ello. El objetivo es tener prontamente del orden de entre 600 y 1.800 órdenes diarias y una bolsa de 4.000 productos (actualmente tienen 1.800), para lograr un total de entre 200 mil y 250 mil órdenes durante 2022 y cerca de 500 clientes. Además, proyectan una facturación de US$2 millones para este año y la generación de entre US$10 millones y US$15 millones en ventas para las empresas que forman parte de los canales de Ditucí.

Y están escalando rápido hacia afuera. Van a entrar a México de la mano de una importante viña, cuyo nombre no quieren comentar, la cual será un ancla al país azteca. Además, ya tienen un acuerdo con la empresa de logística 99minutos, para estar en 3 a 4 países en 2022. Como si fuera poco, ya están trabajando en una nueva ronda de inversión para el segundo semestre en la que esperan levantar entre US$2 millones y US$3 millones, alcanzando una valorización de US$30 millones.

Crecer a otras latitudes no los ha desenfocado de su propósito. “Hace unas semanas me contactó un pescador de Chiloé que congela carne de jaiba y la vende”, cuenta Bentjerodt, y sigue: “A través de Ditucí, hoy puede vender al cliente final sus productos en tres horas y, además, sube a su Instagram fotos en su bote”.

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