Dropit: la startup cuyo modelo de negocio está en una tableta

Nicolas Retamal
Marcelo Torres (de pie), Fernando Avaria (izquierda) y Nicolás Retamal.

La idea comenzó a amasarse en Europa y luego se concretó en Chile. Partió en el patio de una casa, de manera artesanal. Hoy, Dropit vende más de 8.000 tabletas de limpieza al mes y ha logrado 1.400 clientes de todos los tamaños durante este año. Y ya exploran un nuevo modelo de negocios que podría alcanzar a los grandes fabricantes de productos de limpieza.


El arquitecto chileno Nicolás Retamal sentía que estaba en un momento soñado. Vivía y trabajaba en Múnich (Alemania), tras haber estudiado cuatro años en Italia. “Al principio era todo perfecto. Una ciudad bonita, buen salario y excelente calidad de vida. Sólo faltaba que salieran mariposas de la ducha para que fuera más perfecto”, recuerda Retamal. Hasta que llegó el Covid y todo cambió.

“Aunque ya me estaba cuestionando si lo que estaba haciendo me gustaba (manejo de modelos 3D mediante sistemas Building Information Management, BIM), la pandemia fue la tormenta perfecta para decidir que quería hacer algo por mi cuenta”, dice. Renunció y tuvo que arreglárselas como pudo un tiempo en Europa. Limpiando casas e incluso trabajando en la construcción, a punta de martillo. “Fue cuando me di cuenta de la gran cantidad de desechos que genera esa industria, especialmente con respecto a la limpieza y, me puse a investigar nuevas tecnologías al respecto, especialmente una basada en tabletas…”, recuerda el arquitecto, quien además tiene un magíster en Ciencias de la Construcción.

Regresó a Chile y montó una empresa de asesoría termodinámica. Le estaba yendo bien. Incluso entregaba servicios a Europa y a Estados Unidos. Pero no se podía sacar de la cabeza el tema de la limpieza y se la contó a su primo, Marcelo Torres. Cuento corto, desarrollaron una tecnología que permite fabricar productos ultra concentrados y hacerlos tabletas. Estas se disuelven en agua y así, se logra un limpiavidrios, un limpiador de pisos o de otro tipo de superficies.

Por ejemplo, una de las bolsas que venden tiene dos tabletas, donde cada una (aseguran) rinde 500 ml equivalentes a un producto convencional. Además, los productos son biodegradables, veganos, sin testeo en animales, sin parabenos o hipoalergénicos. “Básicamente, nuestra propuesta de valor es disolver la cultura del consumo desechable. Si es que nosotros somos capaces de reducir el tamaño de los productos al máximo, se eficientiza tanto la huella de CO2 en el transporte como también el plástico para embalar”, dice el arquitecto.

Volviendo a la historia, al principio Retamal y Torres estuvieron durante un año haciendo las tabletas en el patio de una casa. Moliendo a veces a mano con una cuchara. Así y todo, lograron ganar un pequeño premio de $2 millones que entregaba la Municipalidad de Las Condes a emprendedores. Con eso se compraron una máquina para dejar la forma artesanal de producción que tenían hasta entonces.

Comenzaron a crecer hasta que fue tanto el tiempo que le dedicaban que Retamal dejó su empresa de asesorías y se volcó a las tabletas. Fue cuando entró el tercer socio, Fernando Avaria, y juntos crearon Dropit. En abril del 2022 fueron seleccionados por Start-Up Chile y contrataron a cuatro estudiantes en práctica. También lograron que UDD Ventures los apoyara. Los siguientes meses fue un ir y venir de premios hasta lograr un fondo semilla de Corfo por $45 millones. Acto seguido, apareció el venture capital mexicano-estadounidense Concious Ventures, que los ayudó a acelerar. Y hace unas semanas atrás representaron a Chile en la Creative Business Cup 2023 que se realizó en Dinamarca, considerada como “el mundial de las startups”.

“Hemos ido mejorando con nuevas máquinas y procesos. Tenemos gente dedicada a la venta, otras full a la química, y otros, a las operaciones”, comenta el fundador de esta cleantech (empresas que desarrollan tecnología para la industria de la limpieza).

Tienen tres modelos de negocio. El primero es el B2C (empresa a consumidor) y luego el B2B (empresa a empresa), donde han trabajado con empresas que tienen servicios de limpieza o bien con grandes compañías, como las mineras. “Además, tenemos un tercer modelo que lo denominamos como B2B2C que es la venta a los distribuidores, donde, por ejemplo, están las tiendas que venden a granel. En todo Chile y a fin de año esperamos entrar al retail”, dice el CEO de Dropit. Ya han logrado más de 1.200 clientes sólo en este año y están produciendo cerca de 8.000 pastillas al mes. “Y como somos productores, tenemos la capacidad incluso de adaptar las fórmulas para hacerlas a pedido de los clientes”, comenta.

Con respecto a por qué las grandes compañías que fabrican productos de limpieza no han entrado aún a este formato, Retamal cree que es por diversas razones, pero principalmente, porque “es un movimiento que está partiendo. La industria tradicional se ha centrado más en hacerte pensar que lo que te entrega es gigante para que pagues más. Pero hoy está creciendo la concepción de ser más eficientes y más conscientes con el medio ambiente. De hecho, los que partieron con este tipo de tecnología en tabletas fueron los alemanes. De ahí se fue corriendo la voz y ahora entramos nosotros en Latinoamérica”, explica: “Creo que las grandes empresas tienen aún mucha inercia y les cuesta moverse”, agrega. Y justamente en ese punto está otra línea de negocio que ya están explorando: producir productos o fórmulas para esas compañías con el sello y tecnología de Dropit.

También ya están pensando en otras líneas de productos como antisarro, lavavajillas o lavalozas, e incluso, “una nueva generación de tabletas con complejas moléculas de alto valor para cosas muy específicas”, anuncia el CEO de esta startup.

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