El cambio climático está encareciendo nuestras cuentas
De todos los bienes que podrían verse afectados por los aumentos de precios impulsados por el clima, los alimentos son de los más vulnerables.
El diario estadounidense The Washington Post publicó hace unos días un artículo que asegura que nuestras cuentas, sobre todo las relacionadas con la alimentación, se están haciendo cada vez más caras por culpa del cambio climático.
El aumento de precios de algunos productos básicos de la despensa puede parecer a simple vista otro ejemplo de inflación difícil de digerir, dice la nota del Washigton Post. Pero los economistas y expertos entrevistados, aseguran que podría haber otro culpable detrás de ciertos aumentos de precios, uno que se volverá más influyente en los próximos años: el cambio climático. Esto es especialmente cierto cuando cada mes de este año ha sido el más caluroso registrado. Junio por ejemplo, ha estado marcado por una ola de calor sofocante en gran parte de Estados Unidos – sin ir más lejos esta semana el árbitro guatemalteco Humberto Panjoj, sufrió un desmayo debido a las altas temperaturas en el partido en el que se enfrentaban Chile y Perú por la Copa América–, y parece muy probable que se establezca otro récord.
En marzo, un estudio de científicos del Banco Central Europeo y del Instituto de Investigación del Impacto Climático de Potsdam descubrió que el aumento de las temperaturas podría agregar hasta 1.2 puntos porcentuales a la inflación global anual para 2035. Los efectos ya están tomando forma: la sequía en Europa está devastando las cosechas de aceitunas. Las fuertes lluvias y el calor extremo en África Occidental están causando que las plantas de cacao se pudran. Los incendios forestales, las inundaciones y los desastres meteorológicos más frecuentes también están aumentando los costos de los seguros.
A medida que las emisiones de gases de efecto invernadero creadas por el hombre causan caos planetario, los investigadores pronostican aún más efectos económicos, impulsando aumentos temporales de precios y aumentando los riesgos de inflación a largo plazo, especialmente a medida que los peaks de temperaturas se vuelven cada vez más frecuentes.
Las temperaturas en aumento crearán condiciones insoportables para los cultivos y los trabajadores. Las tormentas severas y las sequías prolongadas golpearán las cadenas de suministro y perturbarán el flujo del comercio. El riesgo y la incertidumbre crecientes dificultarán asegurar desde una casa hasta un nuevo emprendimiento.
Por ahora, los expertos dicen que es difícil precisar el efecto del cambio climático en los precios más allá de algunos artículos. Hay demasiados otros factores también están empujando subiendo los costos en este momento, incluidas las guerras y las cadenas de suministro. Sin embargo, dice el Washigton Post que hay poca duda entre los economistas de que un mundo más caliente también será más caro.
Los productos más elevados
Al parecer no solo en Chile el aceite de oliva está caro. Este año, el precio global de este producto alcanzó un máximo histórico, según datos del Fondo Monetario Internacional.
Los expertos dicen que ese punto de referencia está inextricablemente ligado a otro superlativo indeseado: 2023 fue el segundo año más caluroso de Europa registrado y el 60% de la producción de este aceite proviene de ese continente.
A principios de 2023, las cálidas condiciones invernales interfirieron con la capacidad de los árboles para producir frutos. Cuando el verano trajo temperaturas de hasta 44° C, las pocas aceitunas que crecieron se cayeron antes de madurar. El aire absorbió la humedad de la vegetación y los suelos, sumiendo a gran parte del continente en una sequía y causando que las plantas se marchitaran y murieran.
¿El resultado? La reducción de la producción de aceite de oliva de la región europea a casi la mitad de los niveles clásicos, según el Departamento de Agricultura de EE. UU.
De todos los bienes que podrían verse afectados por los aumentos de precios impulsados por el clima, los alimentos son de los más vulnerables.
El cacao, por ejemplo, también alcanzó precios récord este año, como un cultivo que podría ser muy vulnerable al aumento de las temperaturas en el futuro. Lo mismo ocurrirá con el maíz. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, una coalición de la ONU de los principales científicos del clima del mundo, proyecta que los desastres golpearán cada vez más múltiples regiones agrícolas al mismo tiempo, creando escasez mundial. Un estudio encontró que el riesgo de fallas simultáneas en las cosechas en las principales regiones productoras de maíz podría aumentar de un 6 por ciento de probabilidad anual en las últimas décadas a un 40 por ciento si el mundo se calienta a 1.5 grados Celsius por encima de las temperaturas preindustriales, un umbral que el planeta probablemente superará en la próxima década.
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