El dominio comercial de China en Sudamérica modera la influencia de Trump
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Trump busca sacudir el comercio global y conseguir que sus socios promuevan los intereses estadounidenses mediante amenazas y aranceles comerciales. Ya ha presionado para obtener concesiones de Colombia, Panamá y México, mientras que Brasil está en la mira de nuevos aranceles comerciales al acero.
El presidente libertario de Argentina, Javier Milei, llegó al poder a fines de 2023 criticando a China como un “asesino” comunista y amenazando con debilitar los lazos con la nación asiática.
En cambio, las exportaciones a China, incluida la soja y el litio, aumentaron un 15% en su primer año. El cambio de rumbo pragmático de un aliado natural de Estados Unidos subraya un desafío para el presidente Donald Trump en América del Sur -rica en recursos naturales-, donde el auge del comercio en los últimos años ha impulsado la influencia de China.
Trump busca sacudir el comercio global y conseguir que sus socios promuevan los intereses estadounidenses mediante amenazas y aranceles comerciales. Ya ha presionado para obtener concesiones de Colombia, Panamá y México, mientras que Brasil está en la mira de nuevos aranceles comerciales al acero.
Los aranceles propuestos del 25% sobre los productos mexicanos y canadienses entrarán en vigor el martes, con un arancel adicional del 10% sobre los productos chinos.
Pero en América del Sur, media docena de funcionarios, diplomáticos y expertos comerciales dijeron que la enorme y creciente ventaja comercial de China atenuó el impacto de las medidas de Trump, una señal de advertencia de los posibles límites más generales de un enfoque punitivo en un mundo donde Estados Unidos tiene un número creciente de rivales económicos.
Un diplomático brasileño de alto rango cercano al presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva dijo que la economía de Brasil no dependía de Estados Unidos, y citó el superávit comercial de 30.000 millones de dólares del país con China el año pasado como hecho mucho más importante económicamente.
Dijo que las amenazas arancelarias comerciales de Trump -que llegan después de años de “negligencia” por parte de Estados Unidos- empujarían a los países a buscar alternativas menos riesgosas como China, Europa o el grupo BRICS, que incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Pekín, por su parte, es “un socio pragmático” y los chinos “vienen aquí a hacer negocios”.
Impulsadas por los gigantes de las materias primas Brasil, Chile, Perú y Argentina, las exportaciones de Sudamérica a China se han más que duplicado en la última década, mientras que los envíos a Estados Unidos sólo han aumentado levemente, según muestra un análisis de datos comerciales de Reuters.
Eso ha hecho que el enorme mercado de China sea invaluable para los líderes regionales que enfrentan un crecimiento lento y un alto endeudamiento, y ha fortalecido el poder blando de Pekín en la región, incluso con gobiernos que no están alineados ideológicamente.
En comentarios hechos a fines de enero, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, descartó el riesgo de empujar a países sudamericanos como Colombia más hacia China, calificándolo de “absurdo”, y destacó los rápidos triunfos que ha logrado el Gobierno.
Las amenazas arancelarias llevaron a México a la mesa de negociaciones sobre comercio y a comprometer tropas para reforzar la frontera, mientras que una promesa de tomar por la fuerza la ruta comercial clave del Canal de Panamá hizo que ese país abandonara el plan de infraestructura de la Franja y la Ruta de China.
Colombia y Estados Unidos llegaron a un acuerdo después de que un bloqueo a los vuelos de deportación llevó a los dos al borde de una guerra comercial.
Ryan Berg, director del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un centro de estudios bipartidista de Washington, dijo que Trump estaba prestando más atención a América Latina, y que Rubio, que habla español, viajó allí en su primer viaje al exterior. Pero era necesario encontrar un equilibrio entre la negligencia y la amenaza.
El Departamento de Estado de Estados Unidos no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios de Reuters.
El congresista Raja Krishnamoorthi, miembro demócrata de mayor rango del comité selecto de la Cámara de Representantes sobre China, dijo a Reuters que Washington debería evitar convertirse en “el matón del barrio”.
“Porque ya sabemos lo que les pasa a los matones. La gente se enfrenta a ellos”, dijo. “Y lo hacen de maneras que podrían ser muy perjudiciales para nuestros intereses de seguridad nacional a largo plazo”.
En América del Sur, la ventaja comercial de China se ha ampliado, impulsada por los granos y los metales clave para la electrificación, el cobre y el litio. Washington sigue a la cabeza en América Central, pero su ventaja se ha reducido.
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Hace una década, el mayor socio comercial de Perú era Estados Unidos. Ahora es China, por lejos. El país asiático devora el suministro de cobre de Perú y ha construido un puerto enorme en la costa del país para impulsar el comercio bilateral.
“El impacto para Perú sería mínimo”, dijo el exministro de Economía peruano José Arista en referencia a los posibles aranceles comerciales de Estados Unidos. Mencionó el tratado de libre comercio de Perú con Estados Unidos y la composición de las exportaciones del país andino.
Incluso en Argentina, donde el libertario Milei es un fiel aliado de Estados Unidos, el atractivo de China es evidente. China es el principal mercado de la soja y la carne de vacuno argentinas, y el año pasado compró casi un tercio de las exportaciones de litio del país.
Un asesor cercano de Milei dijo a fines del año pasado que el país sudamericano no tenía problemas en trabajar con China si eso era en el mejor interés de Argentina.
Colombia tiene vínculos comerciales mucho más estrechos con Estados Unidos, pero elevó las relaciones diplomáticas con China a una “asociación estratégica” a fines de 2023.
En tanto, Panamá vio aumentar sus exportaciones a China muy por encima de las de Estados Unidos entre 2021 y 2023, antes de que el cierre de una importante mina de cobre provocara una fuerte caída el año pasado. Las tensiones con Estados Unidos por el canal aún están latentes.
China tiene ventajas naturales como socio comercial de América del Sur, a pesar de la cercanía histórica y la superposición cultural entre Estados Unidos y sus vecinos del sur.
La relación no se ve empañada por desafíos como los flujos migratorios, el crimen o los narcóticos, mientras que la etapa de desarrollo de China significa que naturalmente necesita más de los productos básicos que América del Sur tiene para ofrecer.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China, en una rara crítica a las políticas de Washington en la región después del viaje de Rubio a América Latina, emitió una declaración criticando a Estados Unidos por sembrar “discordia” entre China y los países latinoamericanos y señaló una tendencia “irreversible” hacia una cooperación más profunda entre la región y China.
Li Xing, profesor del Instituto de Estrategias Internacionales de Cantón, dijo que el enfoque duro de Trump beneficiaría a China, ya que haría que los países cubrieran sus apuestas.
“En el momento en que hay caos entre los aliados (de Estados Unidos), eso es bueno para China”, dijo a Reuters.