El empleo presencial llega a su mayor nivel desde principios de 2021 y teletrabajo se estabiliza en torno a 10%

El teletrabajo o trabajo a distancia fue una de las medidas principales que implementaron las empresas en Chile para poder seguir funcionando en medio de la pandemia del coronavirus. Se esperaba que al término de este período excepcional esa nueva modalidad se mantuviera en una proporción importante en el tiempo. Sin embargo, a la luz de las cifras y la experiencia de los propios trabajadores, pareciera que la proliferación del empleo remoto no llegó para quedarse en la magnitud esperada.

Así lo demuestra un estudio de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) elaborado desde 2021, a partir de encuestas trimestrales a 950 personas de todos los sectores productivos. Entre los principales resultados el sondeo da cuenta de que quienes se mantienen trabajando en modalidad totalmente a distancia se estabilizan en torno al 10% en el cuarto trimestre (11% en este y 10% en el anterior), muy lejos del 31% de mediados de 2021.

Como contrapartida, el empleo presencial ha vuelvo a predominar ampliamente. En este último trimestre, el porcentaje de trabajadores que está realizando sus labores de manera física subió a 75%, siendo este el nivel más alto desde principios de 2021. Este rápido avance se comenzó a concretar desde el primer trimestre de 2022, cuando llegó al 67%. En el segundo trimestre de 2021, en tanto, dicho porcentaje se situaba por debajo del 50%.

Ahora, una modalidad que apareció una vez que el Covid-19 ya estuvo más controlado, fue la mixta. Esto es, laborar algunos días de manera presencial y otros haciendo teletrabajo o trabajado a distancia. En ese tipo en el cuarto trimestre de 2021 el porcentaje llegó a 24%, para luego comenzar a disminuir hasta cerrar en este trimestre con el 15% de los trabajadores.

De hecho, la modalidad mixta es la preferida por los empleados. En promedio, el 92% de los encuestados preferiría trabajar en alguna modalidad de empleo remoto. De ellos, un 42% lo haría en modalidad completamente a distancia y un 52% se inclina por un sistema híbrido de presencialidad y teletrabajo, siendo el más alto desde que comenzó la encuesta de la CCS. En ese contexto, las personas que prefieren de manera presencial ha disminuido fuertemente, llegando a un 8% en el cuarto trimestre. A diferencia, la opción por teletrabajar sube de 36% a 40% entre el tercer y cuarto trimestre, a nivel del total de la muestra.

De acuerdo al estudio de la CCS, los porcentajes de quienes teletrabajan son muy similares entre géneros, y llegan a un 25% de los hombres y un 26% de las mujeres ocupadas. Por tramo etario, el sondeo muestra que las personas sobre 55 años tienen mayores labores remotas, con un 36%. Según el informe, esto se debe al tipo de ocupación, sobre todo en la edad posterior a la jubilación legal. En los otros rangos etarios la distribución es de 21% para quienes tienen entre 18 y 25; 17% entre 26 y 40 años, y 11% entre 41 y 55 años.

Desde el punto de vista geográfico, la proporción de teletrabajo es mayor en la capital (28%), en comparación con regiones (21%).

Por segmento socioeconómico, las diferencias son aún más pronunciadas: en el grupo de mayores ingresos (ABC1), más de la mitad de los ocupados utiliza alguna forma de trabajo a distancia (55%), mientras que en los segmentos medios el porcentaje baja a un 22% y toca su mínimo en el grupo D, con un 13%. De acuerdo a la CCS, estas diferencias probablemente se relacionan con el tipo de ocupaciones y cargos que ejercen las personas, y con la mayor posibilidad de elección en los segmentos de mayores ingresos.

En el análisis de la CCS, las cifras muestran que se observa un significativo aumento de la presencialidad en el trabajo en los últimos meses, que tiende a estabilizarse en el segundo semestre de este año, en ausencia de restricciones sanitarias relevantes al desplazamiento de las personas.

Pese a ello, destacan que “la preferencia por modelos de teletrabajo o mixtos por parte de las personas aumenta significativamente, lo que genera una brecha entre las condiciones actuales y las esperadas, que de alguna forma se debiera expresar en el mercado laboral, particularmente en los segmentos con mayor capacidad de elección como los de mayores ingresos y la generación millennial”, puntualizan.