Estudio destaca mayor percepción de aporte económico en la zona de la salmonicultura, superando la visión sobre la minería en el norte
El estudio Valor Productivo resaltó que el 43% de los habitantes del sur austral evalúa a la industria del salmón con nota 6 o 7 en relación a la percepción que ven en en su aporte a la economía regional, mientras que el 41% de las personas del norte le da esa evaluación al sector del cobre. A nivel país, eso sí, se percibe que el mayor aporte a la economía nacional proviene de la minería del cobre (59%).
Las personas que habitan en el sur austral (Los Lagos, Aysén y Magallanes) perciben que la producción de salmón genera más beneficios para ellos que lo ocurre con sus vecinos del norte (Arica-Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama) con la minería y también con el resto de la población, a lo largo de Chile, que viven cerca de producciones del área de la fruticultura, minería del litio e industria forestal.
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Según el sondeo Valor Productivo, un 43% de las personas que viven en las zonas de mayor incidencia de la salmonicultura creen que la industria es un aporte a la economía local frente al 41% de los que respaldan dicha afirmación en relación a la zona minería nortina del cobre, y un 27% lo hace a la hora de medir la minería del litio. En tanto, un 33% de las personas del centro creen que el rubro de la fruticultura aporta a la zona y, en relación al sur, un 28% estima que la industria forestal genera beneficios para la localidad.
“La evaluación positiva del salmón sorprende porque está anclada muy localmente (...) la confianza que tiene el salmón en el sur austral (27% dice tener mucha confianza) es 10 puntos más alta que la confianza que esta industria despierta a nivel nacional (17%). Se trata de la brecha más alta entre la confianza nacional y la confianza local entre todas las industrias”, resaltó el sondeo.
En tanto, el “mapa de confianza de las industrias chilenas”, que es desarrollado en forma conjunta por Gestión Social, Criteria y la Escuela de Comunicaciones y Periodismo de la Universidad Adolfo Ibáñez, también destaca que, de las cinco industrias nacionales medidas, la que se ve con mayor aporte a la economía nacional es la minería del cobre (59%), seguida por la minería del litio (43%), la industria frutícola (41%) y Salmonicultura (32%).
Desde los autores del estudio explican que este trabajo marca un comienzo en la medición de las industrias sobre cómo se evalúa la percepción de su aporte tanto en lo económico, sustentable e innovador por parte del país y a nivel de cada zona que viven de cerca la producción de cada sector. “Estamos tratando de entender cómo se produce esta confianza, cómo se genera esta licencia social”, comentó el socio de Criteria, Matías Chaparro.
El sondeo también resaltó, por sector, que el cobre pierde fuerza respecto a la percepción en el ámbito de la innovación en los procesos productivos. “La minería del cobre sigue siendo percibida como la industria más innovadora, pero las otras industrias comienzan a acercarse”, apuntó.
Mientras que la minería del litio es percibida como la segunda industria en materia de aporte a la economía nacional (16 puntos por debajo del cobre) y también la segunda industria en innovación (7 puntos por debajo del cobre): “El litio es la única industria en donde la innovación cumple con el doble requisito de correlacionar con la generación de confianza y, al mismo tiempo, tener una buena evaluación”.
En tanto, la industria frutícola es la segunda industria mejor evaluada después del cobre. “Se trata de una industria que tiende a despertar una disposición positiva en la población general. De hecho, en ninguna dimensión ocupa el último lugar en evaluación (...) Incluso obtiene una buena evaluación en el uso responsable del agua, ámbito en donde han existido problemas cubiertos intensamente por los medios (paltas)”.
Por su lado, la industria forestal destacó por sus problemas de confianza local: “Tiende a recibir una evaluación local peor que la evaluación nacional en la mayoría de las dimensiones. La industria forestal es, además, la única que despierta menos confianza en las regiones donde opera (13% de los habitantes de esas regiones dice tener mucha confianza en las forestales) que en el país en general (14% dice tener mucha confianza). La diferencia es mínima, pero opuesta a la tendencia en las otras industrias”.
Mirada a las industrias en general
El sondeo también contextualiza este trabajo en medio de que, “la mayoría de las personas no tiene mucha confianza” en las industrias, pero que sumando las alternativas de respuesta algo de confianza y mucha confianza, se alcanza o supera el 60% de las preferencias en todos los casos. “Podría señalarse que hay algo como un capital mínimo de confianza que las industrias deberían mirar con atención, ya sea para no perderlo o, capitalizarlo”, resaltó.
De esta forma, el informe estima que se puede aumentar la credibilidad por medio de mensajes que sea contrarrestables: “La ciudadanía es más exigente, está más informada y han habido incidentes que le restaron valor a la confianza meramente emocional (confío porque saben v/s confío porque está demostrado)”.
“La ciudadanía atribuye a las comunidades la absorción de los mayores impactos (negativos y positivos) de estas industrias, y dado que esta gestión tiene un historial más bien negativo, es un imperativo mejorarla, para que las industrias puedan reivindicar su rol social y público”, agregó el reporte.
Otra de las conclusiones que llegó la medición es que es importante avanzar en temas para mejorar la percepción respecto a cómo ven las personas a las industrias a la hora de hablar de medir transparencia de sus finanzas, disposición a pagar más impuestos y control de la corrupción y los conflictos de interés. Esto, tras que estas categorías presentan menores niveles de evaluación positiva (notas 6 y 7) y menores niveles de dispersión en las respuestas (% similares entre industrias en cada dimensión).
“Las atribuciones de corrupción son bajas y no son significativas en el modelo de regresión para todas las industrias. La transparencia en cambio, sí lo es. Por lo mismo, creo que aquí hay una oportunidad para abrirse y ejercer un rol público con mayor propiedad; una oportunidad para despejar dudas respecto de las estrategias tributarias y el modo en que funcionan los gobiernos corporativos, entre otros”, apuntó el texto.
Sin embargo, las alertas de la primera edición del sondeo apuntan a una urgencia ante la gestión ambiental tras que menos del 25% aprobara con una nota entre 6 o 7 en relación a temas como el uso responsable del agua, uso de energías no contaminantes y gestión adecuada de sus desechos contaminantes
“A diferencia de las variables sobre gobernanza, tendería a pensar que estos ámbitos (ambientales) no representan una oportunidad, sino más bien un deber o un imperativo para las industrias. Esto, porque han sido aspectos desequilibrantes para la obtención de permisos y la viabilización de proyectos, además del nivel de concientización que tiene la ciudadanía actual sobre la importancia del cuidado del medioambiente”, alertó el texto, quien puso especial atención a la gestión hídrica porque su uso está presente en todas las industrias.
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