Europa propone un fondo de recuperación de 750.000 millones con una mayoría de transferencias directas
Italia, con casi 82.000 millones, sería el país más beneficiado por los subsidios.
La Comisión Europea desvelará este miércoles el plan de recuperación económica de la UE para los próximos años, basado en la emisión de bonos europeos para su financiación y canalizado a los gobiernos europeos mediante un híbrido de transferencias directas y préstamos reembolsables. La propuesta de Bruselas alcanzaría la cifra total de 750.000 millones de euros en dos años.
De ellos, la mayoría serían transferencias directas (500.000 millones) que se repartirían en base a la incidencia de la pandemia en cada región. Los 250.000 millones restantes corresponderían a préstamos reembolsables. Los socios, además, tendrán que adoptar reformas en línea con las prioridades comunitarias. Queda por ver, entre otros detalles, el criterio exacto de reparto entre los países. Según adelanta Reuters, el borrador de la Comisión fija para España unos 77.000 millones en subsidios y transferencias directas, y 63.000 millones en préstamos a devolver.
La agencia Bloomberg también confirma los 77.000 millones en transferencias para España. Italia, con casi 82.000 millones, sería el país más beneficiado por los subsidios. Tras España se encontraría Francia, que recibiría casi 40.000 millones. Grecia, por su parte, obtendría algo más de 22.000 millones. El primero en anunciar la movilización total que propone Bruselas ha sido el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, que ha avanzado la cifra del fondo en la red social Twitter, donde ha destacado que se trata de un “punto de inflexión europeo para enfrentarse a una crisis sin precedentes”.
Con este paso, Bruselas abrirá la puerta a las negociaciones entre los Estados miembros y el Parlamento Europeo para cerrar en los próximos meses un acuerdo sobre este fondo de reconstrucción y sobre el presupuesto de la UE para el periodo 2021-2027, al que estará vinculado la herramienta de reconstitución. Los márgenes temporales para la negociación de este presupuesto son limitados, y se prevé una pugna entre los países más ortodoxos, que se decantan por los préstamos reembolsables, y los socios más castigados por la pandemia, que prefieren subvenciones a fondo perdido. El acuerdo final debe ser validado por el conjunto de los socios.
La jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, intervendrá en un pleno extraordinario del Parlamento Europeo para trasladar a los eurodiputados los detalles de las dos propuestas. Aunque se desconocen los detalles más concretos del plan, la Comisión planteará a los socios un aumento sustancial y temporal en el techo de gasto del presupuesto comunitario. A día de hoy, este límite se sitúa en el 1,2% de la renta nacional bruta (RNB) de la Unión, y el objetivo de Von der Leyen es elevarlo hasta el 2% de la RNB, doblando así las partidas actuales: el límite fijado por los socios llega al 1,2%, pero el presupuesto actual equivale al 0,904% de la RNB. De aprobarse, este sería el mayor presupuesto del club hasta la fecha, y con ese excedente se podría emitir deuda por valor de entre 500.000 millones y 750.000 millones, con la Comisión como órgano emisor.
La comisión ha ideado un híbrido entre transferencias y préstamos para intentar contentar en la medida de lo posible a los dos principales bloques. También vinculará el fondo de recuperación a ciertas reformas de carácter macroeconómico aún por detallar. Además, ya está descartado que los bonos europeos carezcan de vencimiento, como propuso el Gobierno español con el concepto de deuda perpetua. Se habla, por lo tanto, de un vencimiento a 20 o 30 años.
80% de transferencias
El plan de Von der Leyen recogerá que aproximadamente el 80% del dinero captado en los mercados sea transferido a los Estados miembros a través de una herramienta llamada Facilidad para la Resiliencia y la Reconstrucción (RRF) y de una dotación adicional a la Política de Cohesión que se distribuirá entre los socios europeos con una clave de reparto distinta a la tradicional y relacionada con el impacto de la pandemia.
El dinero disponible para los países a través del primero de estos dos instrumentos, sin embargo, estará vinculado al llamado Semestre Europeo y será desembolsado bajo el compromiso de los países de cumplir con las recomendaciones económicas de Bruselas y potenciar sus transiciones digital y ecológica.
La segunda columna del plan de recuperación aglutinará entorno al 15% del plan y centrará su atención en el sector privado. Estará formado por el antiguo 'plan Juncker', una herramienta de inversiones estratégicas en industrias clave en las que la UE es muy dependiente del exterior, y un instrumento para incentivar las inversiones en compañías afectadas por la pandemia con garantías europeas a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Por último, el tercer pilar del fondo de recuperación incluirá un nuevo programa europeo centrado en el sector sanitario, el programa de investigación Horizonte o la reserva de equipos médicos recientemente creada 'rescUE'.
División entre bloques
El borrador de la Comisión Europea llegará tras semanas de declaraciones, comentarios, propuestas y documentos cruzados entre los Estados miembros y sus líderes que han evidenciado que todavía existe una profunda división entre el sur y el norte del bloque sobre el diseño del plan de relanzamiento económico tras la pandemia.
En un intento para marcar el ritmo, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, se adelantaron a la propuesta de Von der Leyen y en un documento conjunto abogaron por un fondo de 500.000 millones de euros financiado por la emisión de deuda por parte del Ejecutivo comunitario. Según el planteamiento franco-alemán, el dinero recaudado en los mercados se traspasaría a los Estados miembros únicamente a través de transferencias directas, pero estaría vinculado al compromiso de los gobiernos de seguir adoptando reformas estructurales.
El documento de París y Berlín fue aplaudido por países del sur del bloque como España, Italia o Portugal, pero fue criticado por el otro frente en las negociaciones, liderado por Países Bajos con el apoyo de Austria, Dinamarca y Suecia.
Los autodenominados ‘cuatro frugales’ pusieron el contrapunto a la propuesta de Francia y Alemania en otro texto conjunto en el que rechazaban cualquier iniciativa que suponga la mutualización de deuda y abogaban por canalizar el dinero a través de préstamos a devolver. Con las propuestas del Ejecutivo comunitario se abre el periodo de negociaciones para lograr un acuerdo sobre el conjunto que debe alcanzarse por unanimidad y después ser aprobado también por el Parlamento Europeo.
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