Gabriel Salvador: el empresario y fundador de la Onemi que falleció esta semana
Fundó la Oficina Nacional de Estadísticas en el gobierno de Eduardo Frei Montalva. Ayudó a fundar el Colegio Árabe y el Club Palestino. Fue director de bancos y dedicó parte de su tiempo a la iglesia ortodoxa.
Gabriel Salvador Ayub (86 años) falleció esta semana. Empresario, militante de la Democracia Cristiana y fundador de la Oficina Nacional de Emergencias en 1966 durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva, era ingeniero comercial de la Universidad de Chile, muy creyente y orgulloso de sus raíces, según definen sus cercanos. Su abuelo llegó de Palestina a Chile. Tuvo dos hijos, Gabriela, empresaria, y Francisco, sacerdote ortodoxo.
“Antes no había Oficina Nacional de Emergencias en Chile y este era un país de catástrofes. Si había una catástrofe no sabías como enfrentarla como país, no había un programa preparado. El estaba en el gobierno de Frei trabajando y trajo el modelo de EEUU a Chile, para instaurar una oficina de emergencia”, dice su hija Gabriela.
Lo suyo no eran solo los números. Apasionado de la lectura, estudió también Ciencias Políticas.
“No nos podíamos sentar a la mesa sin habernos leído el diario entero. Siempre hacía análisis políticos. Nos preguntaba y decía ustedes no pueden no entender más allá de lo que está pasando”, recuerda su hija.
Salvador fue director de bancos mucho tiempo, estuvo ligado a un grupo económico de Venezuela y trabajó en el Banco del Trabajo con José Said. Luego de esa trayectoria empresarial, decidió dedicarse a la iglesia ortodoxa y dejó de lado los negocios. “Son formas de ver la vida muy distinta a los pares de mi papá. Muchos no entienden como se haya negado seguir en bancos”, indicó Gabriela.
También ayudó a fundar el Colegio Árabe y ayudó con el club Palestino, ya que eran muy importantes para él sus orígenes, sus raíces.
“Una persona que luchó cada día por ser mejor y hacernos mejores a nosotros. Hoy cuando nos preguntan por qué les ha ido tan bien, porque tuvimos un papá como Gabriel, que en cada momento de nuestra vida nos decía lo pueden hacer mejor y lo deben hacer mejor. Nos corregía en cada momento con amor y también con firmeza. Haber visto una pareja como mi papá y mi mamá, extraordinarios. No hay palabras”, dijo su hijo Francisco en el responso de su padre.
Su hijo agregó que su padre fue muy exitoso del punto de vista profesional, material, pero sobre todo desde el punto de vista espiritual. “Dedicó los años más importantes de su vida a esta iglesia. Si tenemos esta iglesia es porque mi padre junto con el doctor José Elías tuvieron esa brillante idea de decir, hagamos una iglesia. ¿Qué empresario hace eso hoy en día?”, afirmó.
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