Ganancias de minera del grupo Luksic suben impulsadas por mayor producción de cobre
La utilidad neta después de impuestos y pago a los socios de Antofagasta Minerals fue de US$330 millones en el primer semestre.
Antofagasta Minerals, del grupo Luksic, informó este jueves que registró utilidades antes de impuestos por US$765 millones en el primer semestre, lo que representó un alza de 12,5% respecto al mismo período del 2022.
El resultado se explicó principalmente por la mayor producción y ventas de cobre, oro y molibdeno, además de un incremento en los valores de los subproductos, señaló la compañía.
“A pesar de que el precio del cobre fue 3,4% menor durante esta primera mitad del año, en comparación con el año pasado, logramos mejores resultados gracias a una mayor producción y a mayores precios del oro y molibdeno”, dijo Iván Arriagada, presidente ejecutivo de Antofagasta Plc.
Los ingresos de la compañía sumaron US$2.890 millones, superiores en 14,3% al mismo período del año anterior.
La utilidad neta después de impuestos y pago a los socios fue de US$330 millones, superior a los US$260 millones de los primeros seis meses de 2022, con una carga tributaria para el período de US$229 millones.
“Estos resultados nos permiten mantener nuestro aporte al Estado, generando recursos importantes para financiar políticas públicas. Además, conservamos nuestros niveles de inversión y la creación de una cantidad muy relevante de puestos de trabajo de calidad. Y seguimos trabajando juntos a las comunidades cercanas a nuestras operaciones para contribuir a su bienestar”, añadió Arriagada.
En el primer semestre se lograron ahorros de US$60 millones, cumpliendo anticipadamente con la meta fijada para todo el año.
Producción de cobre
A fines de julio la minera redujo su estimación para la producción de cobre este año debido a reprogramaciones en la puesta en marcha del proyecto de Infraestructura Complementaria (INCO) de Minera Los Pelambres y a la persistente sequía en la Región de Coquimbo.
La compañía, que opera en el país los yacimientos Los Pelambres, Centinela, Zaldívar y Antucoya, proyecta una producción de cobre fino para 2023 en un rango de 640.000 a 670.000 toneladas, con un costo neto de caja de US$1,65 la libra, después de créditos por subproductos.
La proyección previa, realizada en abril, era de alcanzar entre 670.000 y 710.000 toneladas de cobre fino, también a un costo neto de caja de US$1,65 la libra.
En los primeros seis meses del año la producción de cobre de Antofagasta Minerals aumentó 10% respecto al mismo período de 2022, mientras que la producción de oro y molibdeno se incrementaron en 16,8% y 22,5%, respectivamente.
Respecto a los fundamentos de largo plazo del cobre, Arriagada señaló que estos siguen siendo muy sólidos y que se espera un crecimiento sostenido en la demanda durante los próximos años, en gran parte debido a que el cobre es un metal clave en la electrificación y, por lo tanto, fundamental para la transición energética.
“Como industria tenemos que ser capaces de aumentar la producción de cobre, porque este metal es clave para impulsar tecnologías bajas en emisiones de gases de efecto invernadero. De esta forma, contribuimos no sólo a enfrentar el cambio climático, sino también a la descontaminación de las grandes ciudades y a una mejor calidad de vida”, afirmó Arriagada.
En este sentido, informó que la empresa sigue avanzando en su meta de descarbonización, con la llegada de una flota de 50 vehículos eléctricos a Minera Centinela. “Es la flota más grande de este tipo en la industria minera chilena, lo que nos permitirá evaluar su funcionamiento antes de introducir la electromovilidad en todas nuestras operaciones”, dijo el ejecutivo.
En cuanto al uso del agua, Antofagasta Minerals trabaja para aumentar las tasas de recirculación y privilegiar el agua de mar. Minera Los Pelambres ya está recibiendo agua desde la planta desalinizadora construida en Los Vilos, la que se encuentra en su fase de puesta en marcha.
En lo que resta del año, esta planta alcanzará su producción de diseño de 400 litros por segundo. Al mismo tiempo, Los Pelambres está avanzando en la tramitación del Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto de Adaptación Operacional (PAO).
Entre otras obras, esta iniciativa considera duplicar la capacidad de la planta desalinizadora, además de la construcción de un nuevo sistema de transporte de concentrado. De esta forma, la minera lograría operar principalmente con agua de mar y agua recirculada a partir de 2026.
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