IPoM de junio: un poco de historia
El Banco Central de Chile publicó la semana pasada el segundo Informe de Política Monetaria (IPoM) del año. En él se destacan varios aspectos, como el alza en la proyección de inversión de 3,6% a 4,5% para 2018, revirtiendo de esta manera cuatro años de retroceso. En cuanto al rango de crecimiento del PIB para el año en curso, este pasó de estimarse en 3,0%-4,0% en marzo a 3,25%-4,0% en junio. Es decir, el ajuste a dicha estimación fue realizada en el límite inferior y al alza.
Además, si comparamos este nuevo informe con el de junio de 2017 (hace exactamente un año), donde se estimaba para el 2018 un rango de crecimiento de 2,5%-3,5%, nos encontramos en un escenario sustancialmente mejor.
A medida que avanza el año, el Informe de Política Monetaria suele ir acotando el rango de estimación de crecimiento del producto para el año en curso.
Al respecto, ¿qué ha pasado los años anteriores en la actualización del IPoM de junio respecto del anterior (marzo)? Pues bien, revisando las publicaciones históricas del Banco Central, se tiene que en los años 2017 y 2016 se redujo la estimación de crecimiento para el año en curso en el límite superior del rango estimado, es decir, bajó la proyección de crecimiento para ese año.
Por su parte, en los años 2015, 2014 y 2013, las estimaciones del rango de crecimiento para el año en curso publicadas en el IPoM de junio, tuvieron ajustes a la baja tanto en el límite superior como en el límite inferior del mismo, es decir, nuevamente se redujo la proyección de crecimiento para el correspondiente año.
Siguiendo con la revisión, en el año 2012 no se realizaron modificaciones y es en 2011 cuando nos encontramos con que se realizaron correcciones al alza tanto en el límite superior como en el límite inferior del rango de estimación, aumentándose así las proyecciones de crecimiento para ese año en curso.
Es así como vemos que el IPoM recientemente publicado realiza la primera corrección al alza en el rango estimado de crecimiento para el año en curso en siete años (desde 2011).
De esta manera, y aunque existen escenarios de riesgo y una baja base de comparación en las cifras sirve de ayuda, el último Informe de Política Monetaria pareciera darnos motivos para alegrarnos.
Ahora bien, resulta de gran importancia saber aprovechar este viento a favor y no repetir errores del pasado reciente, donde se pensó que el crecimiento económico estaba dado. Los últimos años nos han recordado que este no está dado y que se debe trabajar para mantenerlo en el largo plazo. Para esto, es necesario realizar ajustes de fondo, de modo de impulsar el crecimiento potencial, con mejoras en la productividad y, de esta manera, sostener el crecimiento.
Resta mucho por hacer, pero por algo se debe empezar. En este sentido, las mejores perspectivas de crecimiento para el año en curso, son un buen punto de partida y, por tanto, una buena noticia.
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