Javiera Martínez: “La implementación del programa o la gradualidad que tenga dependerá de los recursos que se vayan teniendo”
La directora de Presupuestos analiza el cierre fiscal 2022, donde se logró volver a un superávit después de 11 años. Explica que esto se debió a una “disciplina fiscal de ir cumpliendo el marco presupuestario y por los mayores recursos transitorios y extraordinarios que hubo en 2022″. Para 2023, espera que con las mejoras que realizaron la inversión pública se acelere desde principios de año.
Un cierre de año fiscal positivo tuvo el gobierno. Es que en 2022 se logró volver a tener un superávit fiscal luego de 11 años. ¿Qué quiere decir esto? Que hubo más ingresos que gastos. Y esto ocurrió por los ingresos extraordinarios que se lograron por una mejor operación renta y por el litio.
Un rol importante para lograrlo tuvo que ver la gestión que ha realizado la directora de Presupuestos, Javiera Martínez, quien ha tenido un papel preponderante en contener las presiones de gasto y enrielar las cuentas públicas luego del explosivo gasto que hubo en 2021 para hacer frente a la crisis económica que generó el Covid.
Explica que el logro del superávit fiscal “está marcado por dos temas: el primero es la disciplina fiscal e ir cumpliendo con el marco presupuestario, que fue una de los primeros puntos que tuvimos en cuenta en nuestra planificación fiscal. Además, durante el año hubo espacio de mejorar los procesos o readecuación de recursos que se pudo hacer dentro del marco fiscal. Lo segundo son los recursos transitorios y extraordinarios que tuvimos en 2022″.
Usted fue una de las encargadas programáticas del programa del Presidente Boric. ¿Qué tan distinto y complejo ha sido pasar de elaborar el programa de gobierno a administrar los recursos para ejecutar ese programa? ¿Ha sentido el “otra cosa es con guitarra”?
-Por supuesto, otra cosa es con guitarra. El traspaso del programa a la elaboración de políticas públicas es un ejercicio desafiante. Hay varios temas del programa que pasan por una reorganización institucional de algunas cosas. Hemos ido avanzando en las materias que eran más urgentes para el gobierno y que también tienen mayor apoyo en el Congreso. Entre esos temas está el aumento del salario mínimo, la reforma tributaria que tuvo un avance importante. Se está trabajando también en la reforma previsional. Hemos ido avanzando, pero por supuesto que siempre es otra cosa con guitarra.
¿Y esto se ha traducido en no avanzar tan rápido en el programa como lo hubiesen querido?
-Un aspecto fundamental del programa es que para que los cambios sean sostenibles en el tiempo tienen que hacerse con responsabilidad fiscal. En ese sentido, a gastos permanentes, ingresos permanentes, y por ello, la implementación del programa o la gradualidad que tenga dependerá de los recursos que se vayan teniendo. El Presidente Boric lo ha dicho en más de una ocasión: lo importante es el horizonte, y el tiempo que se demore en alcanzar ese horizonte dependerá de la disponibilidad presupuestaria, de las conversaciones con el Congreso, es una constante retroalimentación con el Congreso.
A modo más personal, ¿qué balance hace?, ¿qué resalta como logros y qué pudo haber hecho mejor?
-Había dos aspectos que nos interesaban para este primer año de gobierno. El primero era normalizar las finanzas públicas, que tiene varias implicancias fiscales tanto para este año como para el mediano plazo, y eso gracias a la disciplina fiscal y a los ingresos transitorios extraordinarios fue posible. Para nosotros también era importante poder tener una buena ley de presupuestos y, en ese sentido, la ley aprobada lo entrega junto con las tres seguridades, sociales, económicas y ciudadana. Fue un buen logro. Ahora, de las cosas que me gustaría que avanzaran más rápido o que hay mucho espacio de mejora son los procesos internos del Estado, me gustaría que fueran más ágiles. Hay cosas de modernización que hemos estado trabajando y que esperamos que este año se esté desplegando de manera más fuerte. También está lo relacionado con la descentralización fiscal y descentralización general. Si bien hubo avances queda camino por recorrer. Otro tema a mejorar es la productividad fiscal.
¿Y eso, en qué se traduce en concreto?
-Por ejemplo, hoy día para ciertos procesos, que tienen que ver con el gasto en gobiernos regionales, se necesitan cuatro firmas de instituciones distintas que viajan de norte a sur buscando esas aprobaciones. Si uno analiza cuál es el valor agregado de cada una de esas firmas, no hay mucho. Se podrían implementar medidas más rápidas si eso cambiara.
Cuando asumió el gobierno hubo más de alguna duda entre los economistas de si el Ejecutivo iba a lograr contener el gasto público y retirar el estímulo fiscal. Hoy eso se logró, ¿qué responde a esas dudas que hubo inicialmente? ¿Y por qué cree que estaban instaladas esas dudas?
-Se preveía un escenario económico catastrófico que no ocurrió durante el año pasado y, por ello, no hubo esas presiones de gasto que se preveían que podrían ocurrir. El compromiso del Presidente Boric siempre ha sido de disciplina fiscal, porque eso garantiza que se puede sostener las propuestas y las políticas públicas.
¿Y por qué cree que estaban instaladas esas dudas?
-Eso habría que preguntárselos a ellos, a las personas que lo dijeron. (La responsabilidad fiscal) siempre estuvo dentro de lo que se propuso y por eso se está impulsando una reforma tributaria.
El 2022 se logró un superávit fiscal efectivo después de 11 años, ¿qué fue lo que se hizo para lograr este superávit?
-Está marcado por dos temas: el primero es la disciplina fiscal e ir cumpliendo con el marco presupuestario, que fue uno de los primeros puntos que tuvimos en cuenta en nuestra planificación fiscal. Además, durante el año hubo espacio de mejorar los procesos o readecuación de recursos que se pudo hacer dentro del marco fiscal. Lo segundo son los recursos transitorios y extraordinarios que tuvimos en 2022.
¿Esos ingresos son de litio y cobre?
-Fue por la mejor operación renta, por los ingresos tributarios. Lo del litio también, pero eso pesa relativamente menos en la generalidad de los ingresos. Ambos elementos fueron importantes, pero también lo fue el hecho de tener una mirada prudente sobre esos ingresos.
¿Esto porque el gobierno pudo haberse gastado los recursos extras y mantener la trayectoria fiscal que dejó el gobierno anterior?
-Claro, uno podría haber hecho eso. Pero para nosotros era importante que ante estos ingresos extraordinarios no se podía concluir que eran permanentes, ya que, si lo hacíamos así, se podría haber dejado políticas sin financiamiento para este año. Lo segundo es que nos da una oportunidad de hacer una contención y estabilizar la aceleración del tamaño de la deuda como porcentaje del PIB que habíamos visto en los últimos años, no sólo la administración anterior, sino que de los últimos años. Ese finalmente fue el análisis que hicimos: el tener estos ingresos extraordinarios nos permitía disminuir las presiones de financiamiento para el año 2022 y 2023.
El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) presentó el jueves un informe que recomienda una nueva forma de contabilizar los ingresos del litio, ¿cómo lo reciben?
-Con el CFA llevamos un par de reuniones sobre este tema. Está en la agenda de trabajo común que tenemos con ellos, para poder llegar a una metodología acordada de cómo incluirlos en la proyección de los ingresos y, de esa manera, poder caracterizar mejor lo transitorio de lo no transitorio. Hoy se consideran como ingresos generales.
¿Si hay una mejor situación fiscal, por qué se vuelve nuevamente este año a un déficit fiscal y no se avanza más rápido en volver a balance?
-Efectivamente mejoró el punto de partida. Hay una mejora porque, a inicios de 2022, la proyección de balance estructural para 2023 era -2,6% del PIB, y la última proyección es de -2,1% del PIB. Entonces efectivamente hay una mejora, pero no podemos tener una mejora muy acelerada, porque no podemos creer que se van a replicar los ingresos que tuvimos en 2022.
En diciembre, la ejecución fiscal en inversión se aceleró bastante, lo que llevó a que el año terminara mejor que 2021, ¿qué fue lo que pasó?
-Lo primero que hubo fue que el cambio en la administración ralentiza un poco los procesos de ejecución de la inversión, pero lo segundo fue el alza de los costos de los materiales. Si se mira la curva que tuvo durante 2021, ese año llegó a su peak, entonces tuvimos que rápidamente, llegando al gobierno, tomar medidas para mitigar ese impacto. Aplicamos medidas en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Social para la reevaluación de proyectos de inversión que presenten un sobrecosto de hasta un 20%, el ajuste polinómico de los contratos con el MOP y así otras medidas, las cuales empezaron a reflejarse en el segundo semestre. Ahora con el trabajo realizado deberíamos tener un mejor resultado este 2023.
Para acelerar la inversión pública en regiones el gobierno entregó una mayor flexibilidad, ¿cómo ha ido ese proceso?
-De las 33 resoluciones de apertura presupuestaria (referidas a funcionamiento, inversión y Fondema) de los gobiernos regionales, al 31 de enero de 2023, ya se ha tomado razón por parte de la Contraloría General de la República de 28. Mientras que en 2022 a la misma fecha sólo se habían tramitado cinco.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.