En las próximas semanas, el Comité de Ministros -entidad colegiada que preside el ministro del Medio Ambiente, Javier Naranjo- volverá a someter a evaluación las reclamaciones presentadas en contra del proyecto termoeléctrico Los Rulos, ubicado en la comuna de Limache, en la región de Valparaíso.

Esto luego que la entidad el 28 de octubre de 2021 oficiara al Coordinador Eléctrico Nacional (CEN), organismo técnico e independiente que supervisa el funcionamiento del sistema, un informe para determinar el impacto en el medio ambiente de la construcción de esta central a gas, para el plan de retiro de centrales a carbón en la zona de Concón, Quintero y Puchuncaví.

El proyecto Los Rulos consiste en dos turbinas a gas natural, con una potencia de 540 MW. Pertenece a la empresa Inkia, con sede en Lima (Perú) pero de capitales israelíes. La iniciativa cuenta con una Resolución de Calificación Ambiental favorable desde el 10 de febrero de 2015, pero su ejecución se ha entrampado debido a la oposición manifestada por vecinos de Limache y organizaciones ambientalistas.

El caso es que, frente al requerimiento, el 10 de noviembre el presidente del consejo directivo del CEN, Juan Carlos Olmedo respondió que la evaluación solicitada excede sus atribuciones, como operador independiente del sistema eléctrico. “El ámbito de atribuciones del Coordinador Eléctrico Nacional se centra en la operación del sistema eléctrico, la valorización de transferencia del mercado mayorista y estudios de expansión de la red de transmisión”, acotó.

Ante la fallida respuesta del regulador, el 27 de diciembre Cerro El Plomo S.A. -titular del proyecto y cuya inversión alcanza a US$594 millones- presentó un escrito de 12 páginas ante el Comité de Ministros en el que indica que “la instalación de la Central Los Rulos en dicho predio de la comuna de Limache tiene enormes ventajas ya que se evita: la intervención de zonas agrícolas, la construcción de infraestructura adicional para suministrar el gas en su operación, la construcción de una línea de transmisión eléctrica para inyectar la energía al sistema y cuenta con favorables rutas de acceso”.

Asimismo, recalcó que el plan de retiro de centrales a carbón ha sido uno de los ejes estratégicos para combatir el cambio climático y lograr la carbono neutralidad: el 50% de las centrales de carbón se retirarán al año 2025, mientras que el resto lo hará antes del 2040. A lo anterior también se suma la creciente incorporación de energías renovables no convencionales, como la solar y eólica, a la matriz de generación. Ambas situaciones implicarán un importante desafío al sector eléctrico dada la pérdida de generación base (generación a carbón) mientras aumenta la generación variable proveniente de fuentes renovables (solar y eólica).

“El objetivo de nuestra representada es la construcción y operación de una central de generación eléctrica de ciclo combinado a gas natural, generación flexible de última generación, para contribuir con un suministro eléctrico seguro y estable, que permita respaldar el desarrollo del país en el Sistema Eléctrico Nacional, con la utilización de tecnología que de pleno cumplimiento a la normativa técnica y ambiental vigente, con energía sustentable, eficiente y, al mismo tiempo, minimizando las emisiones de gases de efecto invernadero del sistema”, sostuvo la compañía.

El proyecto se encontrará emplazado dentro de un predio de 153 hectáreas de propiedad del titular ubicado en la comuna de Limache, ocupando una superficie efectiva de 34 hectáreas.

El predio se ubica en un área en la cual no existe un desarrollo agrícola ya que los terrenos son calificados como de rulo o secano. Además, el predio cuenta con infraestructura que favorece la implementación del proyecto ya que es atravesado por el gasoducto de Electrogas que suministrará el gas para la operación del proyecto desde GNL Quintero y Argentina, y por la línea de transmisión Cardones-Polpaico de 500 kv, a través de la cual se podrá inyectar la energía que se genere. A ello se suma que, el proyecto también podrá suministrar energía directamente al anillo de 110 kV de Chilquinta. Por último, favorece el desarrollo del proyecto la existencia de la Ruta 60 Ch y las líneas ferroviarias del MERVAL.

Otro de los puntos favorables, dijo el titular del proyecto- es que la iniciativa “requiere un bajísimo consumo hídrico”.

La etapa de operación del Proyecto contempla un consumo máximo de agua de 3,5 l/s (litros por segundo) a extraer desde los mencionados puntos de captación de agua subterránea.

“El escenario más desfavorable del proyecto considera una extracción continua de 3,5 l/s por un periodo de 33 meses (escenario más desfavorable), lo que es equivalente al 0,8% del volumen sustentable del acuífero de Limache. Así, el consumo de agua fresca del Proyecto es acotado, dada la tecnología a implementar (condensación de vapor)”, recalcó.

No obstante lo anterior, y con el objeto de asegurar el cumplimiento del máximo de extracción, el proyecto considera como compromiso voluntario, la implementación de piezómetros de control del caudal mientras duren las captaciones, estableciéndose, además, un reporte trimestral de dicho control.