Logros económicos de Bolivia tambalean en medio de la crisis política
El incierto panorama llevó a que Fitch rebajara su clasificación crediticia, mientras que Moody's también advirtió sobre los riesgos que encara el país.
El avance del PIB anual sobre 4% con el que Bolivia lideró el crecimiento económico de América Latina está sufriendo un shock. La crisis política y social reducirá tan pronto como este año la expansión, con una estimación de 2,5% desde el 4,2% registrado en 2018, mientras que el próximo año ese avance se reducirá a 1%.
Esto de acuerdo con las previsiones de Fitch, que ya rebajó la calificación crediticia del país, sin quitarle la perspectiva negativa, debido a "los riesgos a la baja para el crecimiento y la estabilidad macroeconómica por la persistencia del descontento social y la incertidumbre en torno a las medidas políticas", según detalló Todd Martínez, el analista que da seguimiento al país en dicha agencia.
Aunque Moody's no ha tomado acciones, su vicepresidente y oficial senior de crédito, William Foster, ya advirtió que "un período largo de incertidumbre pesará sobre el crecimiento económico y exacerbará el deterioro de colchones fiscales y externos que dan un apoyo clave al perfil crediticio soberano".
El panorama económico del vecino país ya enfrentaba desafíos previos a las elecciones que desataron la crisis. A partir de 2015 se comenzó a acumular un déficit fiscal y comercial, mientras se comenzaron a reducir las reservas internacionales.
Lo anterior no es solo efecto del fin del boom de los commodities, sino que también obedece a una disminución de las compras de gas de Brasil y Argentina, sus principales compradores.
En esos dos países crecen las dudas sobre el futuro del suministro boliviano, teniendo en cuenta los cortes que han sufrido casi una centena de empresas de gas debido a manifestantes rompieron un gasoducto que, además, dejó a varias zonas sin gas natural.
La incertidumbre en la materia llega en un momento complejo, considerando que el próximo año vence el contrato actual con Argentina, mientras que a fines de este año llega a su fin el de Brasil.
Álvaro Ríos Roca, socio director de Gas Energy Latin America, se encuentra en Sao Paulo justamente explicando a clientes la situación que enfrenta el país. Desde allá asegura a PULSO que "las empresas no están produciendo, no están generando empleo y muchas de ellas quebrarán. El ducto hasta ahora no ha sido reparado, porque la zona es de alta conflictividad".
En ese marco, el experto boliviano plantea que "el crecimiento del PIB no va a ser como antes y definitivamente va a afectar el empleo y va a haber mucha más pobreza en el país".
En una línea similar, el informe de Fitch plantea que "es probable que el crecimiento económico se desacelere dado el alcance cada vez más estrecho para sostener las políticas expansivas (fiscales, monetarias y salariales) que lo han apoyado en los últimos años".
Sin embargo, pese a la fuerte crisis, que ha dejado más de una decena de fallecidos, todavía no aparece el fantasma de la recesión en las perspectivas.
Por el contrario, Ríos Roca sostiene que las elecciones presidenciales, que deberían tener lugar antes del 20 de enero, podrían disminuir los grados de incertidumbre, dando espacio para enfrentar de mejor manera los desafíos económicos.
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