La nueva etapa del Teatro del Lago
Tras la salida de Nicola Schiess de la presidencia de la fundación, cargo que ocupó por 20 años, la entidad tendrá un directorio más ejecutivo y las familias donantes estarán en otra instancia, más estratégica. La fundación ya autogestiona el 51% de los recursos que requiere. La meta es llegar al 60% en 2025. “Nuestro foco tiene que estar en la diversificación de ingresos”, dice su director ejecutivo, Gonzalo Larenas.
Un avance hacia la sostenibilidad de sus operaciones por cuenta propia y ofrecer una filantropía con impacto medible son parte de los principales puntos que marcan la hoja de ruta de Teatro del Lago, una organización que vivió recientemente un recambio relevante: la empresaria Nicola Schiess dejó la presidencia de la fundación tras casi 20 años. En su reemplazo asumirá el abogado y artista visual Gonzalo Sánchez.
El plan de futuro de la fundación se enmarca en un contexto donde la filantropía relacionada al mundo de la cultura ha quedado rezagada frente a otras actividades, comenta el director ejecutivo de Teatro del Lago, Gonzalo Larenas, quien afirma que ahora quienes entregan donaciones esperan resultados efectivos.
“La cultura se fue quedando atrás en filantropía estratégica. A la hora de donar te dicen: ‘bueno, ¿y para qué sirve la cultura?’ y otras actividades como el deporte ya definieron bien eso. La cultura no tenía una respuesta, es como que la cultura es buena por sí misma”, comenta Larenas.
Otras de las barreras que identificó fue que la música clásica, una de las principales actividades de la sede en Frutillar, ciudad de la Región de Los Lagos y reconocida como ciudad creativa por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, se aleja del público ante el avance de otros estilos.
“No ha existido nunca un momento en que todas las personas tengan más acceso a la música, pero es cada vez más a la música de menor complejidad. ¿Por qué? Porque tiene un costo acceder a la música de mayor complejidad, partiendo por el entendimiento, por el aprendizaje, porque si no tienes un tutor o un profesor, no puedes tocar esos instrumentos”, analiza Larenas.
De esta forma, el ejecutivo plantea que se deben impulsar medidas para reducir la brecha entre las personas y la música clásica. “Generar un trabajo para que se entienda que la complejidad a través del arte genera más frutos, más transformación social”, dice
“Eso genera impacto, y cuando genera impacto, entonces las empresas y las organizaciones te ayudan. Así es como nosotros entonces hemos modificado lo que estamos haciendo en el teatro, hacia un modelo de filantropía por impacto que sí genera más engagement”, agrega.
El plan de financiamiento
La Fundación del Teatro del Lago busca avanzar a cada vez más a un financiamiento más autónomo. Según cifras del teatro, desde 2022 y en menos de dos años, el teatro pasó de un 12% a un 51% de autonomía financiera y esperan llegar a un 60% durante 2025. “Dentro de las organizaciones culturales, diría que, prácticamente, hay muy pocas en América Latina que tengan tal nivel de autonomía financiera como nosotros”, comenta Larenas.
En este 2024, el Teatro del Lago necesita unos $3.300 millones para funcionar, una baja desde los alrededor de $4 mil millones que necesitaron en 2023. La reducción se explica por el fin de su escuela de artes. Además, los ingresos propios proyectados al cierre del 2024, gracias a sus ventas y alianzas, llegarán a cerca de los $1.692 millones, un alza de cerca un 67% frente los $1.026 millones reportados en 2023 en su memoria anual.
Hoy, el 49% de presupuesto se financia vía donaciones de la familia Schiess, quienes son los que pagan los costos de funcionamiento basal del teatro. Mientras, la Fundación Mustakis financia el programa Puedes Bailar, la fundación Ibáñez Atkinson entrega recursos para Formando Maestros y la familia Matetic dona para la programación artística.
En el contexto de esta nueva etapa también se busca tener “un directorio más ejecutivo” y que las principales familias donantes tengan una instancia de trabajo “más estratégico”, donde participaran vía un directorio especial. “Yo creo que son cambios que apuntan hacia la eficiencia del teatro”, dice Larenas en el marco de la nueva etapa tras la salida de Nicola Schiess.
Teatro del Lago también busca ir más allá de la venta de entradas: “Si bien ha habido un aumento de personas que van al teatro, las entradas a nosotros no nos significan un aporte en el presupuesto: cada programación de música clásica es tan cara que la retribución en ticket no alcanza a veces a cubrir ni el 10%”.
“Nuestro foco no está ahí, tiene que estar en la diversificación de ingresos”, apunta Larenas. Entre otras iniciativas que la fundación buscará estarán el arriendo de espacio para empresas, para tiendas, la realización de programas formativos y de capacitación relacionados a la cultura a lo largo del país y tener tiendas de ventas de productos en espacios como los aeropuertos. “Nosotros tenemos la capacidad de armar un verdadero retail cultural (...) porque si queremos ayudar a la gente a través de la música y las artes necesitamos ingresos para poder llevar estos programas donde se necesiten”, comenta el ejecutivo.
El avance en una mayor sostenibilidad de las operaciones también tiene como objetivo que más familias u organizaciones realicen donaciones y a un monto menor, una búsqueda que se enfoca más allá de Chile.
Mirada al gobierno y del mundo de la cultura
Al ser consultado por su opinión sobre la gestión del gobierno de Gabriel Boric en las iniciativas culturales, como promotor o financista, Gonzalo Larenas apunta a que los problemas se extienden en varias administraciones.
“Es poco entendible todavía el valor que tiene la cultura para muchas personas, sobre todo en una cultura en la cual no se pone de relieve excepto el arte, por ejemplo, y el valor que tiene este para el desarrollo humano, para el bienestar”, comentó
En este contexto, Larenas plantea que “difícilmente podemos esperar que un gobierno le pueda poner más o menos presupuesto a algo que todavía no entienden bien cuál es el valor en sí. Todos sabemos que la cultura hace bien, todos sabemos que el arte hace bien, pero hay que ser más tangible”.
De esta forma, el ejecutivo plantea la importancia de que se mida el impacto de la presencia o no de la cultura, un trabajo que ellos dicen que están impulsando vía investigaciones académicas.
“Estamos midiendo cómo, por ejemplo, el arte genera valor dentro del tratamiento de problemáticas de salud mental, de tratamientos de dolor crónico o en la oncología (...) Otro fenómeno también que queremos trabajar el próximo año es la inteligencia artificial y las artes. La creatividad se ha visto desde este nuevo paradigma, cambia y cambiará radicalmente las formas de ver el mundo”, comentó.
Larenas planteó que el objetivo es que “la gente vea que desde el teatro se pueden generar centros de pensamiento, de reflexión, pero también de acción, entonces yo creo que nos van a empezar a ver de otra forma y van a poder apoyarnos más siempre en el mundo de la recaudación de fondos”.
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