Los parlamentarios de oficialismo y oposición fijan sus prioridades para la batalla por la reforma tributaria

Congreso

Más allá de los enfoques de cada partido, en Apruebo Dignidad y en Chile Vamos ya se acordó actuar como bloques para enfrentar el debate tributario en el Congreso. Mientras en la Democracia Cristiana dudan sobre la meta de recaudación de 4 puntos del PIB de la reforma, en el oficialismo pondrán especial foco en el royalty y las medidas contra la evasión y elusión de los sectores de más ingresos. En la oposición, alertan por el efecto de la reforma en la inversión y el crecimiento económico.


Una de las reformas más importantes del gobierno de Gabriel Boric finalmente comienza a pisar el terreno político en los próximos días. Luego de que Hacienda develara los detalles de la reforma tributaria, los parlamentarios de los partidos políticos presentes en el Congreso ya preparan sus estrategias y definiciones clave para enfrentar un debate tradicionalmente áspero y lleno de simbolismos.

En lo inmediato, la Cámara de Diputados comenzará a tramitar en los próximos días el llamado “corazón de la reforma”, que representa alrededor del 70% y que incluye las medidas en contra de la evasión y elusión, y los cambios en materia de impuesto a la renta, al patrimonio y desintegración del sistema tributario. Paralelamente, el Senado deberá legislar una indicación sustitutiva al proyecto de royalty minero que hoy está siendo tramitado en la Cámara Alta.

Esta semana tanto los legisladores del oficialismo como de la oposición fijaron sus estrategias frente a la clave reforma en medio de las intensas reuniones desplegadas por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, con las diferentes coaliciones para darles a conocer los ejes del cambio tributario.

Los focos de la centro-izquierda

El martes pasado, los senadores de Apruebo Dignidad, la base de apoyo del gobierno de Gabriel Boric, concordaron enfrentar unidos el debate tributario. “Vamos a trabajar unidos, no como partidos aislados. Nos pusimos como objetivo hacer una campaña de comunicaciones para difundir entre la ciudadanía, por ejemplo, lo que significa que los altos precios del cobre y las empresas mineras estén obteniendo ganancias y rentas extraordinariamente ventajosa por la explotación del cobre. Queremos llegar a lo menos al 1% del PIB como piso mínimo para la recaudación por la vía del royalty. También buscamos que una parte de esos recursos quede en las regiones”, afirma el senador del Partido Comunista (PC), Daniel Núñez, a propósito de la indicación sustitutiva que hará el gobierno al proyecto de royalty que se tramita en el Congreso .

“Nosotros no queremos ni vamos a avalar un royalty simbólico”, añade tajante Núñez, quien asegura también que será clave el debate sobre el impuesto al patrimonio y las medidas contra la evasión y elusión tributaria. “Queremos que todos los chilenos paguen los impuestos que corresponden y así terminar con las triquiñuelas y subterfugios que le permiten a los grupos económicos, a los más ricos de Chile, pagar menos impuestos de lo que corresponde”, afirma el senador.

Alejandra Sepúlveda, senadora de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS), coincide y destaca que la reforma apuntará a las personas de mayores ingresos y a las grandes empresas. “Espero que el gobierno no nos presione para sacar esta iniciativa lo más rápido posible sin que podamos tener un diálogo fructífero, con invitados, y un debate que pueda enriquecer en el proyecto”, sostiene Sepúlveda, quien estima que la tramitación de los primeros paquetes de la reforma tributaria debiera estar cerrada en octubre próximo.

En la Democracia Cristiana (DC), partido que no es parte del conglomerado de gobierno, existe una mirada más crítica respecto del proyecto que lanzó el gobierno. El senador de la falange, Matías Walker, muestra sus dudas respecto de la posibilidad de recaudar 4 puntos del PIB en la reforma y pide ponderar sus efectos en la delicada situación de la economía y la inversión.

“Hay una meta de recaudación que es bastante ambiciosa y no sé si será posible de concretar. Entendemos que Chile necesita una reforma tributaria, pero hay que hacerla bien, de manera de no generar más externalidades negativas a la inversión, dado el escenario de incertidumbre que tenemos actualmente”, sostiene Walker, quien estima que el debate tributario se debiese extender durante todo el segundo semestre.

Cauteloso, el senador DC cree que la “tormenta perfecta” que acecha a la economía chilena dada la combinación de efectos por el debate constitucional, la inflación, la guerra en Ucrania y el alza del precio del dólar, entre otros, genera un escenario complejo para la discusión tributaria. Expresa, además, sus dudas sobre cómo la reforma abordará los mayores costos generados por una eventual nueva Constitución y reconoce que la discusión tributaria y previsional podrían cruzarse en algún momento del trámite parlamentario.

El rearme de la oposición

Más allá de la performance y los énfasis de cada partido, en la oposición ya tienen definido actuar como bloque frente al debate tributario. El senador de Evópoli, Felipe Kast, reconoce que ha habido intensa coordinación entre los senadores de Chile Vamos de la Comisión de Hacienda y asegura que recibirán la clave asesoría del exministro de Hacienda Ignacio Briones durante todo el proceso. “Hay una disposición a actuar en forma colectiva, con argumentos, y también en forma muy propositiva”, afirmó Kast, quien espera que la discusión de la reforma tributaria también genere espacios de consenso para una modernización del Estado.

“No tengo problema en discutir una reforma tributaria, siempre y cuando sea parte de un paquete más grande, que incluya un acuerdo nacional por el desarrollo, que fomente el crecimiento económico, la inversión, y la modernización del Estado. Esa trilogía es la que debemos buscar”, sentencia el senador de Evópoli.

El senador de la UDI, Juan Antonio Coloma, asegura que el debate tributario que se genere en el Congreso debe tomar en cuenta el complejo escenario económico que atraviesa el país. “Estamos frente a una megarreforma tributaria del 4,1% del PIB. Todo esto, en medio de una inflación desatada y con perspectivas económicas bien complejas”, afirma el también presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, quien precisa que la reforma subirá la carga tributaria en alrededor de 20% respecto del actual escenario.

Coincide también en que el trámite legislativo debe tomar en cuenta el tiempo necesario para “escuchar, conversar y discutir”. “No debemos entender esto como parte de un cortoplacismo frenético. Hay que ver qué se puede construir (durante el debate)”, afirma Coloma.

En la misma línea, el senador de Renovación Nacional (RN), José García Ruminot, también alerta por la debilidad que presenta la inversión y los efectos que pueda tener la reforma tributaria en el crecimiento económico.

“Con una reforma tributaria que busca recaudar más de 4 puntos del PIB, no queremos que se nos repita la situación que vivimos en la reforma del 2014 con el ministro (de Hacienda) Alberto Arenas, donde se pretendía recaudar 3 puntos del PIB. No solo no se recaudó eso, sino también se le pegó un enorme freno a la economía”, advierte el senador de oposición, quien sostiene que sin crecimiento será difícil poder financiar los programas sociales.

“El ideal es que haya consensos transversales, de tal manera que nos permita transformar esta reforma tributaria no solo en un alza de impuestos, sino también en un motor de desarrollo y progreso”, añade García.

El senador incluso se abre a la posibilidad de dividir el llamado “corazón de la reforma” de manera de despachar anticipadamente las materias más urgentes que se contemplen como parte de la recaudación para el Presupuesto 2023.

Jorge Alessandri, diputado UDI, sostiene que es el peor momento para hacer una reforma tributaria. “Cambiar los impuestos cuando hay 13% de inflación, se está ad portas de una crisis económica, cuando el consumo se fue a pique y la construcción también está totalmente frenada... es el peor timing que nos podríamos haber imaginado”, concluye el diputado, quien alerta por el alza de impuestos a la renta que puede afectar a muchos profesionales del país.

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